De acuerdo con el Instituto Nacional del Agua (INA) se espera que el caudal del río, que llega va desde Argentina hasta Brasil, supere los siete metros, algo que podría generar consecuencias.
La llegada de “El Niño” puede complicar la situación del Delta del Paraná. Esto se debe a que las lluvias del noreste del país y la deforestación se convirtieron en algunos de los factores que contribuyen a la intensificación del fenómeno climático.
Es ahí donde los humedales comienzan a cobrar mayor importancia ya que actúan como una especie de esponja cuya función es absorber el avance de los grandes volúmenes de agua. Sin embargo, estas herramientas naturales que facilitan la absorción del agua se encuentran en peligro por el avance de la frontera agrícola y la deforestación.
Según la Convención Ramsar, de la cual Argentina forma parte, entre el año 1970 y 2015 se perdió cerca del 35% de los humedales del planeta. La gran importancia de estos ecosistemas se debe a que ayudan a disminuir los efectos de las crecidas, además de que aportan aire limpio y funcionan como un sistema de reciclaje natural y de generación de materia orgánica.
De acuerdo a la convención, la pérdida de humedales fue acelerando con los años generando que dejen de absorber y actúen como pistas por donde se escurre el agua. Esto enciende las alarmas del Instituto Nacional del Agua (INA) que estimó que el caudal de agua del río Paraná supere los 7 metros en la capital de Corrientes, y los 5,70 en la ciudad de Goya, también de la misma provincia. Además, en Barranqueras, Chaco, se estima que el caudal pase los 6,50 metros.
Río Paraná, NA
“El Niño” llegaría para agravar la situación
De acuerdo con la INA, los efectos del fenómeno climático tendrán lugar en el país, por lo menos, hasta principios de otoño. De acuerdo con el subgerente de Sistemas de Alerta Hidrológico del organismo, Juan Borús, afirmó que estos efectos serán de “moderados a fuertes”, a tal punto que recomienda a los ganaderos buscar lugares para dejar la producción a salvo hasta que termine el verano.
Además, la INA brinda los datos sobre los niveles del caudal del río Paraná para actuar ante cualquier posible eventualidad. “Estos hechos nos muestran que el cambio climático está. Tenemos que conservar lo que nos quedó porque necesitamos estos ecosistemas. De base, los humedales funcionan como un gran filtro de agua, purificándola para que luego la consuman los humanos. Son una red de drenaje importante”, concluyó Boscarol, miembro del Programa Corredor Azul, que se encarga de la preservación de los humedales.