Representantes de 47 países consumidores y productores de “metales críticos” -cobre, cobalto, litio, níquel, entre otros- celebran este jueves en París la primera cumbre dedicada a esas materias primas vitales para la transición energética.
Auspiciada por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) la cumbre es el primer paso en el armado de una “diplomacia de los metales”, crucial para la reducción de las emisiones de los combustibles fósiles en la lucha contra el cambio climático.
China y Rusia, dos actores de peso en estas industrias, calificadas por algunos expertos como el nuevo oro negro, no participan en la cumbre.
Los desafíos son numerosos: ¿Cómo garantizar y diversificar los suministros? ¿Cómo aumentar la producción? ¿Cómo evitar los problemas sociales y ecológicos provocados por la minería? ¿Cómo recaudar las enormes necesidades de financiación para lanzar nuevas instalaciones mineras y desarrollar el reciclaje?
Entre los presentes figuran los responsables de los gigantes mineros australianos BHP y Rio Tinto o del grupo chileno Sociedad Química y Minera de Chile, pero también actores de peso del comercio de materias primas como Glencore y Trafigura.
También participarán en esta reunión cerrada en su mayor parte a la prensa el responsable del London Metal Exchange (el mayor mercado de metales del mundo), inversores, organizaciones internacionales, oenegés y científicos.
“Se necesitan más proyectos de aquí a 2030 para limitar el calentamiento climático por debajo de 1,5 ºC” respecto a la era preindustrial, señaló la AIE en su análisis.
“Agencia internacional”
Según la AIE, sólo electrificar los transportes en el horizonte de 2040 multiplicará por 40 la demanda de litio a nivel mundial, por 20 la de cobalto y níquel y por tres la de cobre en los escenarios de descarbonización compatibles con el cumplimiento del acuerdo de París sobre el clima de 2015 para limitar el calentamiento global a +1,5 ºC.
El riesgo de escasez de metales críticos esgrimido por algunos “no es un gran problema”, estimó el director general de la AIE, Fatih Birol, en una entrevista reciente con la AFP.
“Tenemos que solucionar dos problemas. Primero, el refinado de metales está muy concentrado en China”, dijo.
Por otro lado, los procesos de extracción y refinería “deben ser sostenibles” tanto “en el plano medioambiental como en el plano social”, añadió.
China garantiza “cerca del 70% de la producción de tierras raras”, señalan Emmanuel Hache, investigador especialista en materias primas, y Benjamin Louvet, gestor de activos, en su reciente obra “Metales, el nuevo oro negro”.
“Sólo en el segmento de las baterías, China refina alrededor del 67% del cobalto, el 62% del litio, el 60% del manganeso y el 32% del níquel” mundial, explican.
En el caso del cobalto, China produce un 1% del mineral, pero se encarga de más de dos tercios del refinado. Lo mismo ocurre con el cobre, de la que solo produce el 8% pero refina el 41%.
De su lado, Rusia contribuyó en un 37% de la producción mundial de paladio en 2021, de un 13% del titanio, del 10% del platino, del 9% del níquel y del 5% del aluminio.
La cumbre del jueves puede ser “un primer paso hacia la creación de una agencia dedicada” a estos recursos alrededor de la AIE y del Banco Mundial, bajo el auspicio de la ONU o del G20, estiman los dos expertos.
“Fundar una agencia internacional sobre los minerales y los metales abriría un espacio de diálogo entre países productores y consumidores” que permitiría “imponer criterios de gobierno social y ambiental en las principales zonas de producción”, afirmaron.