Decenas de miles de manifestantes expresaron su molestia contra el presidente francés, Emmanuel Macron, y la decisión de su Gobierno de utilizar el controversial artículo 49.3 para aprobar la polémica reforma pensionaria. Durante la noche se registraron enfrentamientos con la policía, quien llegó a lanzar gases lacrimógenos.
París, Nantes, Marsella y Besanzón son algunas ciudades donde los franceses salieron de nueva cuenta a expresar su inconformidad con la ahora aprobada reforma pensionaria. En la capital gala ya son nueve jornadas consecutivas de intensas manifestaciones.
“Las calles son nuestras”, fue otro grito de batalla de los ciudadanos que, iracundos, marcharon desde la Plaza de Italia hacia la planta de incineración de basura más grande de la capital, después de que el Gobierno prohibiera las congregaciones en los Campos Elíseos y en la Plaza de la Concordia.
La policía robó protagonismo en estas jornadas, ya que se hizo uso de gas lacrimógeno y escudos antidisturbios para dispersar a los manifestantes, que poco a poco han ido elevando la intensidad de sus reclamos.
Ya son 81 los arrestos por las manifestaciones del sábado, y en total, las fuerzas de seguridad parisinas reportan 142 detenidos desde el día viernes.
La acumulación masiva de basura en las calles también ha sido un fenómeno propio de las manifestaciones parisinas, ya que la huelga de los trabajadores sanitarios sigue activa.
La controversial decisión de hacer uso del Artículo 49.3
Las protestas se intensificaron después del pasado jueves, cuando la primera ministra del Gobierno francés, Elisabeth Borne, tomo la decisión de utilizar el artículo 49.3 para aprobar sin voto parlamentario la polémica reforma. El bloque opositor – compuesto por partidos de todo el espectro político francés – presentó una moción de censura conjunta en contra del Gobierno de Borne.
El 49.3, como se le conoce popularmente, permite al ejecutivo pasar leyes por encima del legislativo, sin necesitar la aprobación del voto parlamentario. El Gobierno de Borne lo había utilizado ya siete veces, pero es la primera vez que lo utiliza para aprobar una ley no relacionada a materia presupuestaria.
“El Gobierno utilizó la fuerza para aprobar su proyecto de ley. Pero tenemos que luchar por nuestros logros sociales, y la única manera de hacerlo es salir a la calle”, expresó Melodie Tunc, de 22 años, en medio de las manifestaciones.
El bloqueo de la reforma pensionaria
El Ejecutivo de Emmanuel Macron tomó la decisión de hacer uso del artículo 49.3 ante la incertidumbre de que la reforma fuera aprobada por el Poder Legislativo francés el día jueves, fecha en la que estaba presupuestado el debate de la reforma en el hemiciclo galo.
La reforma, que eleva la edad de retiro de 62 a 64 años, fue sumamente cuestionada por una gran parte del Parlamento francés. Desde partidos de izquierda definida como La Francia Insumisa (LFI), hasta la extrema derecha comandada por el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, se expresaron constantemente en contra de la reforma.
El sentir dentro de la Asamblea Nacional se replicó en las calles y desde la presentación del proyecto el 10 de enero, las calles francesas experimentaron miles de ciudadanos que marcharon para expresar su deseo de detener la aprobación de la ley.
Reacción del Gobierno
“La reforma debe aplicarse… No se puede tolerar la violencia”, expresó Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés, al ser cuestionado por medios locales sobre la inquietud popular.
Aunque Emmanuel Macron aún no ha reaccionado públicamente a las intensas movilizaciones, en días pasados expresó que la reforma era necesaria para evitar el colapso del sistema.
Las manifestaciones en contra de la reforma pensionaria han sido el mayor reto popular para el Ejecutivo de Emmanuel Macron desde la crisis de los “chalecos amarillos” hace cuatro años. La aprobación de la reforma, en lugar de terminar con las tensiones, parece haberlas avivado al extremo.
Por Maximiliano Pérez Gallardo-France24 con Reuters y AP