El presidente ruso llegará en la tarde del martes 18 de junio a Pyongyang, la capital norcoreana, en una visita de Estado al país por primera vez desde el año 2000. Según un asesor del Kremlin, durante la visita habrá conversaciones informales entre Vladimir Putin y Kim Jong-Un y podría firmarse un acuerdo de asociación sobre cuestiones de seguridad. La visita se da en el marco del apoyo de Occidente a Ucrania y en medio de una creciente retórica de tensión entre Moscú y la OTAN. En ese sentido, Putin prometió este martes construir sistemas de comercio y de seguridad con Corea del Norte que “no estén controlados por Occidente” y agradeció a Pyongyang “por apoyar con firmeza la operación especial militar” rusa en Ucrania.
“Desarrollaremos mecanismos alternativos de comercio y acuerdos mutuos que no estén controlados por Occidente y resistiremos conjuntamente las restricciones unilaterales ilegítimas”, señala el presidente ruso, Vladimir Putin, en una carta publicada por medios estatales norcoreanos horas antes de su visita a Corea del Norte.
Putin garantizó, de esta manera, construir sistemas comerciales y de seguridad conjuntas que no estén controlados por Occidente y agradeció a Corea del Norte por apoyar lo que Rusia llama su “operación militar especial en Ucrania”; además reafirmó su respaldo a los esfuerzos de Pyongyang para defender sus intereses a pesar de lo que llamó “presión, chantaje y amenazas militares de Estados Unidos”.
Con estos anuncios previos, Vladimir Putin se encaminará este martes 18 de junio hacia Corea del Norte. Lo hará por primera vez desde el 2000, año en que asumió la Presidencia rusa por primera vez, para una visita de Estado de dos días antes de aterrizar en Vietnam.
El timing del encuentro, justo después de la Cumbre de Paz para Ucrania celebrada en Suiza el fin de semana previo, apuntala la narrativa de la creciente cooperación entre los líderes de Moscú y Pyongyang, dos potencias nucleares, en paralelo al apoyo occidental a Kiev en el marco de la guerra.
Asimismo, el encuentro se da luego de que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijera en una entrevista al medio británico ‘Telegraph’ que la Alianza Atlántica estaba discutiendo sobre el despliegue de más armas nucleares, sacándolas de los almacenes y poniéndolas en pausa ante la creciente amenaza de China y Rusia.
Este extremo fue catalogado por el Kremlin como “otra escalada de tensión”.
El líder norcoreano, Kim Jong-Un, ya había invitado a su par ruso a visitar el país durante una cumbre en el Lejano Oriente en septiembre de 2023, en la que Kim reivindicó sus lazos con Rusia y afirmó estar del lado de Putin en la lucha contra el “imperialismo”:
Rusia está actualmente comprometida en una lucha justa contra las fuerzas hegemónicas para defender sus derechos soberanos, su seguridad y sus intereses (…) Aprovecho esta oportunidad para afirmar que siempre estaremos con Rusia en el frente antiimperialista y en el frente de la independencia.
Ambos presidentes podrían firmar un acuerdo de asociación en materia de seguridad durante la visita, según confirmó el asesor del Kremlin Yuri Ushakov a la agencia de noticias rusa Ria Novosti.
Cualquier pacto “delinearía las perspectivas de una mayor cooperación y se firmará teniendo en cuenta lo que ha sucedido entre nuestros países en los últimos años en el campo de la política internacional, en el campo de la economía… incluyendo, por supuesto, temas de seguridad”.
“Se prestará mucha atención a la discusión de la agenda internacional. Los enfoques de los dos países sobre los problemas actuales de política exterior son muy cercanos o coincidentes. Juntos defendemos la formación de un mundo multipolar sobre los principios de igualdad, respeto a la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos”, remarcó el asesor del Kremlin.
Por su parte, el Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia aseguró el lunes que espera que la visita de Putin traiga “buenos resultados”.
De la visita del presidente de Rusia a Corea del Norte esperamos buenos resultados. La visita está bien preparada. Habrá resultados”, dijo Serguéi Narishkin, jefe del SVR.
El Gobierno de Vladimir Putin ha defendido “el derecho a desarrollar relaciones de amistad” con los vecinos de Rusia, lo que “no debe preocupar a nadie ni puede ser cuestionado”, argumentan desde Moscú.
Andrei Belousov, titular de la cartera rusa de Defensa, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el viceprimer ministro Alexander Novak, aliado de Putin en cuestiones energéticas, estarán en la delegación presente en Pyongyang.
Sobre la mesa, en medio de conversaciones informales confirmadas por el Gobierno ruso, estarán también cuestiones relacionadas con la economía, energía, transporte y agricultura.
La cooperación, eje central del encuentro Putin-Kim
“Cooperación estratégica y táctica”: así definió el líder norcoreano la relación con su homólogo ruso durante su encuentro en 2023.
En el último año ambos países han reforzado su alianza, especialmente en el sector de defensa.
Según Occidente, y pese a la negación de Moscú y Pyongyang, Corea del Norte ha transferido en ese lapso miles de contenedores con armamento que el Ejército ruso ha empleado contra Ucrania. Por su parte, se cree desde las potencias occidentales que Rusia ha proporcionado asesoría a sus socios norcoreanos sobre el lanzamiento de satélites espía, un extremo violatorio de las sanciones de la ONU contra Corea del Norte.
Putin se ha esforzado en reafirmar esta cooperación internacional en el marco de su invasión a Ucrania, con el objetivo de despertar la incertidumbre de Estados Unidos y sus socios europeos y asiáticos como la OTAN o Corea del Sur.
A la fecha, observadores de Naciones Unidas concluyeron que al menos un misil balístico disparado desde Rusia contra una ciudad de Ucrania en enero de 2024 fue fabricado en Corea del Norte. Por su parte, funcionarios ucranianos subrayan que Corea del Norte habría enviado unos 50 misiles de este tipo entregados al Ejército de Moscú.
“La lista de países dispuestos a recibir a Putin es más corta que nunca, pero para Kim Jong-Un esta visita es una victoria”, destaca Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha de Seúl a la agencia Reuters.
La cumbre no sólo mejora el estatus de Corea del Norte entre los países que se oponen al orden internacional liderado por Estados Unidos, sino que también ayuda a reforzar la legitimidad interna de Kim”
Los analistas consideran que esta visita puede materializarse en más y mejor cooperación económica, con un intercambio de divisas a cambio de mano de obra norcoreana a Rusia, que sufre la escasez tras la gran movilización de tropas al frente de guerra. No obstante, este punto colisiona también con las sanciones internacionales al régimen de Kim, que implican entre otras la prohibición a los norcoreanos de trabajar en el extranjero.
Por último, la reanudación de los flujos turísticos entre ambos países podría colarse en el orden del día de esta visita de Estado, con el objetivo de apuntalar la cooperación también a escala cultural.
Amistades con derecho a veto
La pompa rodeará al encuentro bilateral Putin-Kim. ‘NK News’, sitio web centrado en noticias de Corea del Norte, afirmó, a través de imágenes satelitales, que el Gobierno de Kim Jong-Un posiblemente esté preparando un gran desfile en una plaza de la capital para recibir a su homólogo ruso.
En marzo de este año, Rusia vetó, ejerciendo su derecho como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la renovación anual de un panel de expertos que supervisaba la aplicación de las sanciones de la ONU a Corea del Norte.
Rusia ha manifestado habitualmente que las potencias mundiales, principalmente en Occidente, necesitan un nuevo enfoque hacia Corea del Norte, acusando a Washington y sus aliados de tratar de “estrangular” al aislado Estado.
Para Corea del Norte, su relación con Rusia aporta apoyo en el Consejo de Seguridad así como “resultados inmediatos y tangibles” en términos de cooperación económica, militar y agrícola y comercial, según los expertos.
A principios de 2024, Putin envió a Kim una limusina Aurus Senat de alta gama, que le había mostrado al líder norcoreano durante la cumbre en el Lejano Oriente ruso. Los observadores dijeron que el envío violaba una resolución de la ONU destinada a presionar a Corea del Norte para que abandone su programa de armas nucleares al prohibir el suministro de artículos de lujo a Corea del Norte.
En paralelo, el líder norcoreano ha aprovechado la guerra de Rusia en Ucrania como una distracción para avanzar en su desarrollo armamentista; prueba de ello los constantes ensayos de misiles balísticos, simulaciones de un ‘ataque nuclear táctico’, demostraciones de nuevas versiones de ojivas nucleares e incluso pruebas con un dron submarino con capacidad para albergar “armas nucleares”.
Un extremo que ha sido respondido por Washington y Seúl fortaleciendo y ampliando sus ejercicios militares conjuntos como estrategia de disuasión.