Tras el fallido levantamiento de junio de 2023, los mercenarios del Grupo Wagner se replegaron a Bielorrusia. ¿Cuántos son y a qué intereses sirven?
En Bielorrusia, los mercenarios del Grupo Wagner reciben amplio respaldo se las fuerzas de seguridad internas y los medios propagandísticos. En imágenes de televisión de ejercicios conjuntos se suele ver la bandera de Wagner, y el viceministro del Interior bielorruso incluso lleva una insignia con sus símbolos.
A fines de junio de 2023, el jefe de esa tropa, Yevgueni Prigozhin -entretanto presuntamente fallecido en un accidente aéreo- lideró un levantamiento contra la cúpula militar rusa. Marchó con parte de su ejército privado hacia Moscú, pero interrumpió el avance tras la intervención mediadora del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Se le prometió impunidad, a cambio de su exilio en Bielorrusia.
Más de mil integrantes de Wagner permanecen aún en ese país, la mayoría en un campamento de la región de Mogilov. Así lo indicó a DW Waleri Sachaschtschik, representante del gabinete de transición de la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya, exiliada en Lituania.
Contratos con Rusia y actividad en África
Según el experto en seguridad, docenas de mercenarios recibieron pasaportes bielorrusos con nuevos nombres y fechas de nacimiento, y se enrolaron en tropas de ese país. Pero el salario no es muy atractivo. En consecuencia, supone que otros más dejarán Bielorrusia. “Muchos han firmado contratos con diversas entidades en Rusia y algunos se han ido a África. En Bielorrusia ya no hay tantos mercenarios como para que pudieran tener influencia en el curso de los acontecimientos en el país”, dice.
Según el político opositor, al recibir a la tropa de Wagner, Lukashenko solo quiso presentarse como el pacificador que “salvó a Rusia”. Pero, a su juicio, con eso no ganó nada. Sus relaciones con Vladimir Putin han empeorado. “La llegada de los mercenarios de Wagner a Bielorrusia provocó grandes tensiones en la sociedad y resistencia, incluso en las fuerzas armadas”, subraya.
En cuanto a las tropas bielorrusas internas, que apoyan activamente a los mercenarios de Wagner, el experto explica que comparten la ideología del “mundo ruso”, concepto que alude a la idea de una unidad étnica e idiomática.
“Instrumento político útil”
Grigory Nizhnikov, experto del Instituto de Asuntos Internacionales finlandés, indica en entrevista con DW que Minsk considera que los mercenarios de Wagner son un “instrumento político útil”. Piensa que el régimen puede utilizarlos para entrenar fuerzas de seguridad propias y como “factor de intimidación” en una campaña electoral.
También el Kremlin se beneficia de la presencia de los mercenarios en Bielorrusia. “Para Putin es importante mantener, por si acaso, al menos una cierta presencia en Bielorrusia. Pienso que se ve perseguido por una paranoia de revoluciones coloridas, por la idea de que Occidente podría derrocar a cada gobierno prorruso de la región”, dice el experto. A su juicio, los mercenarios aprendieron la lección y tienen claro que les amenaza la muerte si no obedecen las órdenes del Kremlin.
La politóloga Rosa Turarbekowa coincide. También ella destaca ante DW que Lukashenko se interesa por la experiencia militar de esos hombres y desea tener “un ejército y una policía más experimentados” porque teme que se repitan las protestas masivas que hubo tras las fraudulentas elecciones de 2020.
Por Tatsiana Harhalyk-DW