El robo de un camión en Chile y el intento de asesinato de su propietario volvieron a poner en evidencia el problema de los vehiculos ilegales, el contrabando y el narcotráfico en Bolivia.
Un camión de alto tonelaje robado en Chile y traído a Bolivia, donde los ladrones atacaron a balazos a los propietarios que vinieron a recuperarlo, provoca tensión en la frontera.
El propietario del vehículo, Mario Bello Marañao, recibió un balazo en la espalda y quedará parapléjico, según dicen en el hospital de Oruro, donde fue llevado por la policía boliviana.
Los camioneros chilenos de Calama, lugar en que se sustrajo el camión, anuncian ahora que lincharán a sus colegas bolivianos que entren a Chile, como represalia por lo ocurrido a Bello Marañao.
Y Juan Yujra, dirigente de los camioneros bolivianos, dijo a la televisión: “En nuestro país no hay seguridad en las carreteras y lo otro, hay que decírselo a las autoridades del Gobierno, ellos están fomentando este atraco, este robo, este contrabando. Uno va a las provincias y puede conseguir cualquier cantidad de vehículos ‘chutos’, sin documentos, y la mayoría son robados. Mientras sigan incentivando esto aquí eso va a seguir habiendo, no hay un control en las fronteras”.
Además, María José Bello, hija del propietario del camión, asegura que los ladrones son de Calama, pide seguridades al gobierno de Chile pero además desconfía de la policía boliviana: “No es posible que mi papá haya tenido que estar al borde de la muerte para que recién el gobierno actuara, para que recién el gobierno boliviano, en menos de 24 horas, recuperara el camión. Yo me pregunto: ¿El gobierno boliviano estaba metido en este robo? Yo pienso que sí”, manifestó airada en una conferencia de prensa en Calama, la noche de este domingo.
El policía retirado chileno Hugo Bustos, fundador del Grupo de Búsqueda de Vehículos en Calama, había informado en mayo que están en Bolivia por lo menos 5.000 motorizados robados en Chile. Según Bustos, la familia de Bello cometió un error al pedir colaboración a la policía boliviana, porque es cómplice de los ladrones.
El robo del camión se produjo el 29 de junio en Calama y su ingreso a Bolivia se fue el 1 de julio, lo que hizo que dos hijas del propietario llegaran a territorio boliviano a tratar de recuperarlo.
Un guía contratado por los chilenos les avisó que el camión estaría en Challapata, una población a 130 Km de Oruro, adonde llegaron luego Bello Marañao y su cuñado Luis Auza Achú.
Allí, los dos chilenos fueron emboscados, uno de ellos herido de bala y el otro supuestamente desaparecido, mientras las hijas pedían al gobierno boliviano que actúe para castigar a los ladrones y atacantes. Auza Achú apareció luego en la ciudad de Uyuni mientras trataba de volver a Chile.
Con demasiada demora, la policía boliviana recuperó el camión y detuvo a 14 personas, mientras se informaba desde Oruro que el propietario iba a quedar inválido.
Challapata, la capital de los autos robados
Challapata es una pequeña ciudad conocida como la capital de los autos ilegales o robados llegados de Chile, que se venden en ferias abiertas.
En esas ferias se venden también los papeles de importación, los documentos de propiedad, las placas de registro, los comprobantes de pago de impuesto, las licencias de conducir y los seguros, todo ilegal, pero suficiente para circular por Bolivia.
Hay ciudades lejanas, en la región amazónica del Beni, donde los motorizados circulan sin placas de registro y sólo usan documentos otorgados por las alcaldías a cambio de pagos no autorizados por la ley.
Un Lamborghini Huracán que llegó a Bolivia para circular en las calles de Cochabamba
En la región de Chapare, capital de la coca ilegal, es muy raro ver un motorizado con placa de registro. Allí están los únicos Lamborghini que existen en Bolivia, además del único Rolls Royce.
Los pobladores de Challapata cuentan con la complicidad de los indígenas de la zona cuando tienen que proteger los vehículos que han traído de Chile, e incluso cuando quieren recuperar la droga que captura la policía.
En la región es muy fluido el tráfico de contrabando de entrada, generalmente vehículos ilegales o robados, mientras en sentido contrario la corriente es de droga e incluso armas de fuego.
Los policías que no participan como cómplices de estas actividades son atacados, secuestrados y golpeados, como ocurre en Santa Cruz cuando se trata de asaltos de tierras de propiedad privada.
La justicia o no actúa o se demora mucho en estos casos. O actúa como en el caso del asalto a la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, pidiendo a los legítimos ocupantes llegar a acuerdos con los asaltantes, a los que protege.
Narcotráfico en Chapare
En Chapare se han dado casos de grupos armados que llegaron a recuperar cargas de droga que habían sido capturadas por la policía.
En junio pasado, en solamente tres días, la policía encontró 34 factorías de droga cerca de la casa del ex presidente Evo Morales, pero no capturó a ninguna persona. Se sospecha que los narcos fueron advertidos de la llegada de la policía para que ninguno de ellos fuera capturado.
Tan comprometida está la policía boliviana con estas actividades que un general de esa institución, René Sanabria, estuvo preso en Estados Unidos desde 2011 por haber llevado 144 kilos de droga.
El general retirado René Sanabria, ex jefe nacional de la fuerza antinarcóticos boliviana. (EFE/Martín Alipaz/Archivo)
Y ahora el gobierno norteamericano ofrece cinco millones de dólares por la captura de otro general de la policía boliviana, Maximiliano Dávila, quien tuvo relaciones estrechas con el expresidente Morales.
El ex presidente acusa al gobierno de Luis Arce de estar reactivando el caso Dávila sólo para comprometerlo, quizá en una eventual extradición.
Morales fue elegido presidente en 2005 cuando luchaba en defensa de los cocales ilegales del Chapare, que luego él legalizó y duplicó el área de cultivo de la hoja.
Por Humberto Vacaflor Ganam-Infobae