Un grupo armado ingresó este 9 de enero al estudio del canal TC Televisión, donde retuvo al personal mediante el uso de la fuerza. El suceso culminó con la detención de 13 individuos y la liberación de los trabajadores. Este ataque, sumado a explosiones, secuestros de policías y motines en cárceles son algunos de los hechos violentos que han vivido los ecuatorianos luego de la fuga del líder de la banda ‘Los Choneros’ y la posterior implementación de un estado de excepción por parte del Gobierno.
Se fugó la paz. La mediana calma tras las elecciones ecuatorianas terminó el domingo 7 de enero. Ese día las autoridades informaron que Adolfo Macías, también conocido como ‘Fito’ y líder de la peligrosa pandilla ‘Los Choneros’, no se encontraba en su celda, y comenzaba un operativo para encontrarlo y saber cómo logró, por segunda vez, fugarse de prisión.
Alias ‘Fito’, reconocido por sus presuntos nexos con cárteles mexicanos, conoció la cárcel por primera vez en el año 2.000. Acusado de robo, el hombre se involucró rápidamente en el creciente negocio del narcotráfico que opera desde las cárceles de ese país.
Los registros públicos muestran que 11 años después fue detenido nuevamente y condenado a 34 años de prisión por delitos que incluyen narcotráfico, delincuencia organizada y homicidio.
‘La Roca’, el Centro de Rehabilitación Social de Varones del Guayas No. 2, fue su lugar de reclusión desde entonces hasta febrero de 2013, cuando ‘Fito’ logró fugarse en un escape de película: usando lanchas para salir por el Río Daule, según narraron las autoridades. Por asombroso que parezca, sería la primera pero no la última vez.
Mientras ‘Fito’ se escondía de las autoridades, Ecuador experimentó un aumento en la vigilancia policial y un crecimiento económico impulsado por el auge de las materias primas. Durante la Administración de Rafael Correa (2007-2017), el mandatario canceló un contrato de alquiler con una base militar estadounidense en Manta, afectando la lucha contra el tráfico de drogas en una zona clave del pacífico.
La ausencia de la base debilitó la seguridad en la frontera con Colombia, facilitando la distribución de drogas en Ecuador, ubicado entre dos de los mayores productores de cocaína: Colombia y Perú.
Cuando Lenín Moreno asumió el cargo, priorizó el pago de la deuda externa del país y promovió varios recortes presupuestarios afectando a las fuerzas públicas. Esto, según varios analistas, contribuyó al auge de las bandas delictivas que expandieron su control hacia ciudades portuarias, manejando el tráfico de drogas, al tiempo que encontraron en la extorsión y el secuestro nuevas formas de ingresos.
El día en que la suerte de ‘Fito’ cambió para siempre
Meses después de su primera fuga, ‘Fito’ fue recapturado por las autoridades y trasladado a la Penitenciaría del Litoral en la ciudad de Guayaquil. En la prisión continuó asumiendo mayor liderazgo en la banda ‘Los Choneros’, formados en los años 90 en Chone, una ciudad en la costa de la provincia de Manabí, y cuyos tentáculos manejan las rutas del narcotráfico en ese país.
Varios informes policiales indican que la banda es la encargada del transporte de cocaína desde Colombia hacia Centroamérica o Norteamérica con vínculos con el cartel mexicano de Sinaloa.
“Ya no nos enfrentamos a la delincuencia común sino a los más grandes cárteles de la droga de todo el mundo”, admitió el expresidente Guillermo Lasso.
El 28 de diciembre de 2020 la suerte de ‘Fito’ cambió para siempre. Ese día tomó el control total de la banda ‘Los Choneros’ cuando se conoció el asesinato del líder anterior, Jorge Luis Zambrano, conocido como ‘Rasquiña’. El jefe criminal fue atacado a tiros en la cafetería de un centro comercial, apenas seis meses después de haber sido liberado de prisión.
La muerte de ‘Rasquiña’ fue vista como un momento de debilidad por otras bandas rivales como los ‘Lobos’, supuestos aliados del Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG. El vacío de poder generó masacres sangrientas en las cárceles, que, según InsightCrime, se convirtieron en centros de reclutamiento de la delincuencia.
“No hay capacidad de respuesta por parte del Estado”: Carolina Andrade
Días antes del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, ‘Fito’ apareció públicamente para anunciar una tregua con otras células criminales, como ‘Los Lobos’ y ‘Los Tiguerones’. “Como compromiso de la buena fe hacemos entrega voluntaria de las armas, lo cual demuestra nuestra fe de compromiso, que la paz y la seguridad regresen al país ecuatoriano”, declaró desde prisión.
El 12 de agosto de 2023, tras el asesinato de Villavicencio en plena campaña electoral, el Gobierno trasladó a José Adolfo Macías Villamar a una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil. ‘Los Choneros’ habían amenazado al candidato presidencial.
En una entrevista con France 24, Carolina Andrade Quevedo, secretaria de Seguridad de Quito, reconoció la falta de capacidad de respuesta del Estado ante la situación de seguridad entonces.
“Son miles de miles de personas que han sido asesinadas en los últimos años. El país ha tocado un fondo inesperado. No hay capacidad de respuesta por parte del Estado, no hay liderazgo, no existe un rumbo”, admitió Andrade Quevedo.
La seguridad en Ecuador ha experimentado un deterioro notable desde el inicio de la pandemia de coronavirus, que también ha impactado significativamente la economía.
Cifras oficiales muestran que las muertes violentas a nivel nacional aumentaron a 8.008 en 2023, casi el doble de la cifra registrada en 2022, que fue de más de 4.500. Las autoridades atribuyen esta situación al creciente alcance de las bandas que se disputan el control de las drogas.
Guayaquil, la ciudad más grande de Ecuador ubicada en la costa, es considerada la más peligrosa del país, y sus puertos se han convertido en un epicentro para el contrabando de drogas.
Al asumir el cargo en noviembre, el presidente Daniel Noboa presentó su “Plan Fénix” enfocado en la seguridad. El plan incluye la creación de una nueva unidad de inteligencia, el suministro de armas tácticas para las fuerzas de seguridad, la construcción de nuevas prisiones de alta seguridad y la implementación de medidas de seguridad reforzada en puertos y aeropuertos.
El plan costaría unos 800 millones de dólares, con una contribución de 200 millones de dólares por parte de Estados Unidos para adquirir nuevas armas para el Ejército.
Este martes la violencia se tomó las calles con el secuestro de siete policías en varios incidentes, así como la toma de un canal de televisión y la confirmación de cinco explosiones en diversas ciudades.
Noboa, firme en su posición de no negociar con “terroristas”, atribuyó la creciente violencia a una respuesta a los planes de su Gobierno. Tras los recientes incidentes, Noboa declaró un “conflicto armado interno” en el país y tildó a bandas como ‘Los Choneros’ como “organizaciones terroristas”. El nuevo presidente prometió “devolver la paz a todos los ecuatorianos”. Una paz que ahora está en fuga.
Por Jorge Hurtado-France24 con AP y Reuters