¿Vale la pena ser docente? ¿Después de los padres quienes son los que conocen mejor a nuestros hijos?, ¿Los que observan su comportamiento?, ¿Los que pueden describir en minutos a nuestros hijos? ¿la docencia es un trabajo fácil y por eso lo pagan bajo?
En las condiciones en que está la docencia creería que está en peligro de extinción, la carrera docente es poco atractiva a la hora de elegirla como opción de trabajo. La pregunta de fondo es por qué hoy es tan poco atractiva esta profesión para los estudiantes, y más complejo aún por qué las altas tasas de deserción que se producen a los pocos años de su ejercicio, que afectan especialmente a la educación.
La docencia está entre las ocupaciones profesionales de menor remuneración en Argentina. Esto ha sido así desde hace varios años y todo parece indicar que no va a cambiar en el mediano plazo.
Los profesores no somos respetados por muchos al mismo nivel que otros profesionales, la educación es una profesión y vocación. Los docentes estamos demostrando día a día que la educación tiene que cambiar y dejar a un lado esta lucha sociedad-escuela pero… es más fácil echar culpas a otros. Quienes nos dedicamos a la docencia tenemos la paciencia de esperar los resultados que, en la mayoría de los casos, no llegamos a ver jamás.
En este inicio de labor docente pareciera que el ejercicio docente es como un viacrucis que te llevará a limpiar mocos en la secundaria, decirle que tienen que ir al baño ¿Cómo es posible que en nuestras propias aulas desacreditemos todo lo que significa ser docente por miedo a los padres, autoridades, etc. ? Nos encontramos también con chicos que al iniciar la carrera docente huyen enseguida personas que comienzan estudios de docente y no los terminan, o personas que empiezan otros estudios y al final acaban siendo maestros o profesores como si la docencia fuera un plan B. Es el claro ejemplo de alumnos desmotivados que no concluyen sus estudios por querer dedicarse a aquello que les gusta… y, al fin y al cabo, lo importante es acabar donde quieres estar.
Se docente NO es una actividad más, no lo es o ¿es el trabajo de los docentes menos importante para la sociedad que el de políticos, médicos?
Se habla del poco reconocimiento que tenemos los docentes, de la rigidez y poco espacio de crecimiento que nos ofrece esta profesión sumada del deterioro en sus condiciones laborales con una violencia que crece en las escuelas por la falta de autoridad que se nos dinamita día a día. Los docentes realizamos hoy más tareas por menos dinero. Estos problemas empujan a los jóvenes a buscar otras carreras.
La educación no debe ser tomada como un gasto como una mercancía, el lema no es “mercancía-educación” porque si fuera así todo gran negocio necesita de una buena inversión y, en el caso del tema de la educación como pilar del desarrollo humano, ésta debe ser una inversión social, efectuada bajo la premisa de un derecho humano universal intransable e irrenunciable.
Los que somos docentes decimos que el salario docente no es un negocio rentable, ni es un negocio. Nuestra profesión no es oportunista ni pensamos que tenemos a la docencia como un quiosco. Si hay personas que así lo consideran no son docentes, son paracaidistas. Miles de nosotros los rechazamos.
Es necesario mejorar las condiciones de los docentes actuales y de esta manera incentivar a jóvenes talentosos para que consideren ser maestros en el futuro. Para atraer a estos jóvenes es necesario ofrecerles una carrera docente digna.
Como docente nos han descuidado, porque también hemos descuidado la educación.
Por Daniela Leiva Seisdedos – revista.elarcondeclio.com.ar