Llegaron al economista a través de la hermana Karina. Kikuchi es el jefe. Lo escolta Gervan, un exñoqui del Senado. Serna, el que da la cara. Pareja se aseguró su banca y se retira.
Hace un año Javier Milei y su hermana Karina se propusieron reclutar colaboradores que facilitaran la construcción nacional de La Libertad Avanza, una tarea en la que ninguno tenía experiencia, ni siquiera como testigo.
El primer elegido fue Carlos Kikuchi, quien no llegó solo: trajo a Mariano Gervan, un exfuncionario PRO y su compañero de andanzas en los 90. Milei sumó a Julio Serna, quien este domingo en una nota con Infobae contó que llegó a través de una consultora que tenía al economista como cliente.
La lista la completó Sebastián Pareja, a través de una gestión de Martín Menem, candidato libertario en La Rioja y uno de los pocos que no hizo un papelón en una elección provincial.
Así fue como quedó conformado el equipo de Milei para su armado electoral. Kikuchi ejerció de jefe, con Gervan de asistente. Serna tuvo la tarea de sumar millas en el país y Pareja estuvo a cargo de conseguir postulantes en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires.
El cuarteto no se hizo querer entre la militancia libertaria que le había puesto el cuerpo a la campaña de 2021 y se encontraba con nuevos líderes, que sólo reportaban a Karina y tenían impunidad para tomar decisiones.
El primero en rechazar nuevas jefaturas fue Carlos Maslatón, exlegislador porteño de la UCEDE, asesor financiero y hasta entonces uno de los tuiteros más convocantes que tenía Milei. Escapó luego de un acto del economista en el club El Porvenir, al que no fue casi nadie. La imagen del campo de juego vacío fue tapa de los diarios y Kikuchi se ganó los reproches internos de la dirigencia libertaria, pero siguió protegido por los hermanos Milei.
“El problema fue que en la campaña de 2021 Karina y Javier no quedaron conformes con la coordinación y decidieron buscar gente nueva. Pero armaron un equipo improvisado y generaron tensiones que no terminaron nunca”, explicó a Letra P un candidato libertario que debió lidiar con las internas en el cierre de listas.
Aunque Milei festeje haber presentado el frente electoral en 21 de las 24 provincias (no fue posible en Santa Cruz, Misiones y La Pampa), sigue molesto por las listas que armó Kikuchi (que incluyeron a exaliados del Gobierno) y las denuncias por venta de candidaturas, que lo obligarán a dar explicaciones en la Justicia. Tal vez un breve repaso del currículum de sus colaboradores le hubiera evitado algunos problemas.
¿Quiénes son los cajeros?
No hay una única versión en el espacio libertario de cómo fue que Milei le cedió a Kikuchi el título de “armador nacional” de La Libertad Avanza. La mayoría coincide en que a lo cautivó su pasado como vocero de Domingo Cavallo, pero no tienen claro si el exministro fue quien lo recomendó.
Otro rumor fue que a Kikuchi lo acercó Mauricio Macri en una de sus charlas con los hermanos Milei para hablar de política y de Boca, una pasión que hasta podría unirlos en la política, porque Karina y Javier se autodefinen como opositores a la gestión del presidente del club de la ribera, Juan Román Riquelme. Como gesto, ubicaron en las listas de La Libertad Avanza a integrantes de agrupaciones que lo enfrentarán en diciembre, cercanas al líder del PRO.
Kikuchi tuvo la lapicera en el cierre de listas y quien no lograba consensuar un nombre con él, sólo podía resolver el problema con Karina. Nadie más. Inexperto, se apuró en definir los cinco partidos que integraron el frente y luego no tuvo más opción que pagarles con lugares en las listas que aseguran alcanzar una banca.
El caso que más molestó a Milei fue el del exdiputado Pablo Ansaloni, dueño del partido Fe, propiedad del sindicato de empleados rurales. Hasta 2021 fue aliado del Gobierno y recuperará su banca como libertario.
La mano derecha de Kikuchi es Gervan, quien hasta diciembre de 2019 fue director de relaciones parlamentarias del Senado, a cargo de la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti. Nadie pidió por él cuando asumió Cristina Fernández de Kirchner, un ninguneo que sólo recibieron quienes habían accedido a un cargo por el dedazo de Macri o de su entonces vicepresidenta.
Rebelde, Gervan no quiso renunciar y siguió cobrando. Fue necesaria una resolución de la secretaria administrativa del Senado, María Luz Alonso, para que dejara su cargo y devolviera una dieta que en ese momento ascendía a 242 mil pesos mensuales. Después, se dedicó a militar en redes sociales contra la ley que habilitó la interrupción voluntaria del embarazo, finalmente sancionada.
El viajante
En el búnker de Milei llaman a Julio Serna “el viajante”, porque le gusta mostrarse con valijas y relatar sus incursiones en las provincias, donde no le fue muy bien: fue el encargado de armar Neuquén y Entre Ríos, donde surgieron las primeras denuncias de venta de lugares en las listas.
En el PRO lo recuerdan como la mano derecha del exintendente de Neuquén Horacio “Pechi” Quiroga, un radical que falleció 20 días antes de las elecciones de 2019, en las que iba a competir como primer candidato de JxC al Senado. Siguió su tarea en Córdoba, según relató él mismo, a través de una consultora que luego lo acercó a Milei.
La falta de precisión de esa etapa de su vida es motivo de sospechas entre las segundas líneas libertarias. Quienes se persiguen con mayor intensidad, creen que colaboró con Horacio Rodríguez Larreta y es un infiltrado dedicado a romper el espacio.
De Monzó a un Menem
El pasado de Pareja en el PRO no está en discusión: hasta 2021 fue uno de los colaboradores de Emilio Monzó, armador de la campaña presidencial de Macri en 2015 y desplazado de ese rol en las elecciones que siguieron. Oriundo de Lomas de Zamora, se mantuvo fiel a su jefe, en 2021 se sumó a la campaña de Facundo Manes y pidió como premio encabezar la lista de la Tercera sección para la Cámara baja provincial.
El radicalismo no le dio ese lugar, Monzó no pidió por él y fue el fin de la relación. Desocupado, Pareja llamó a su amigo Martín Menem, sobrino del expresidente Carlos Menem, con quien trabajó hasta que falleciera en 2021. Había llegado a su despacho luego de haber colaborado hasta 2005 con el hermano, el exsenador Eduardo Menem.
Pareja y su familia fueron de los primeros en acercar una corona al velatorio del líder riojano, realizado en el Salón Azul del Congreso, con la vicepresidenta como anfitriona. En la página web del Senado, aún figura como empleado, categoría A3 y a cargo del senador de la UCR Pablo Blanco.
Con Milei tuvo a cargo el armado de la provincia de Buenos Aires y el economista le reconoce haber presentado listas en 120 de los 135 distritos. No averiguó los nombres de los candidatos y quiénes lo conocen de cuando colaboraba con Monzó recomiendan no indagar demasiado: lo recuerdan por no tener mucho filtro en la búsqueda de aliados.
El precandidato presidencial tampoco se enteró hasta el cierre de listas que Pareja se eligió a sí mismo para encabezar la nómina de la Tercera sección, que este año pone en juego las bancas del Senado provincial. “Mi rol terminó ahí”, dijo en una entrevista radial. Consiguió lo que buscaba.
Por Mauricio Cantando-Letra P