El candidato a diputado nacional de Activar por la provincia de Misiones y presidente interino de la Nación habló sobre las horas antes de la renuncia de Fernando de la Rúa. "Estaba políticamente agotado y psicológicamente disminuido", dijo.
Ramón Puerta describió la caída del gobierno de Fernando De La Rúa y los momentos previos a su asunción como presidente interino por tres días en 2001. Además, habló sobre su decisión de volver a la política como candidato a diputado nacional. "Para constituir un frente no hay nada mejor que el peronismo", declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Ramón Puerta es un político, ingeniero y empresario argentino perteneciente al Partido Justicialista. Ocupó el cargo de gobernador por la provincia de Misiones entre 1991 y 1999. Posteriormente fue elegido en diversas oportunidades legislador por aquella provincia como diputado y senador nacional. En diciembre de 2001, como senador, alcanzó la presidencia provisional del Senado y, tras la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, estuvo a cargo del Poder Ejecutivo nacional por tres días.
Un gusto hablar con vos.
La ley decía 48 horas, pero la Asamblea duró un día más, así que estuve 3 días a cargo del Poder Ejecutivo nacional y firmé más de 100 decretos. Y la verdad que esa crisis vale la pena repasarla rápidamente, porque el relato histórico por ahí va cambiando. Si hubo algo que caracterizó esa crisis fue el fuerte apoyo de toda la oposición para que continuara Fernando De la Rúa. Le ofrecimos votar las leyes que él necesitara con el solo requisito de que diga que era un pedido de él, porque al pobre De la Rúa se le fuga el vicepresidente a los 8 meses, pierden las elecciones en octubre, donde me tocó a mí ganarle a Lozada que era presidente del Senado, entonces asumí yo.
Lo primero que hice fue reunirme con De la Rúa y le dije: "Quédese tranquilo, conmigo usted no va a tener problema, que tuvo para aprobar la ley laboral. Me plantea lo que necesita y nosotros vamos a asegurar la gobernabilidad, pero que quede claro cuáles son sus pedidos". Y en esa derrota de octubre al radicalismo lo deja solo. Le echaron toda la culpa a él. Cuando uno pierde una elección no solo pierde el candidato, sino pierde el partido también, sobre todo en una democracia que funcionaba a plenitud. Esos años teníamos democracia de partidos. Y después el Fondo le niega la plata y viene el corralito. Renuncia el día último de su gestión. Cuando entró el sol estaba deprimido y renunció.
Brasil tuvo dos Asambleas Legislativas, dos juicios políticos, con Collor de Mello y con Dilma Rousseff. Nadie duda de la sustentabilidad de la democracia brasileña. Recién acaban de condenar a 27 años de prisión al expresidente y a varios generales. ¿Creés que la experiencia traumática de aquel fin de 2001 a 2002 dejó cierto grado de resistencia cultural en la sociedad argentina, de que una Asamblea Legislativa y que un presidente no termine su mandato es algo más negativo que, frente a una situación de inviabilidad, se produzca un recambio dentro del sistema constitucional?
Es muy inteligente tu pregunta y la verdad que hay que reflexionar sobre cada caso en cada contexto. La democracia tiene instrumentos muy claros para resolver problemas. En el caso de De la Rúa, nosotros pretendíamos que él continuara, como pretendíamos después de la derrota en 1989 de Raúl Alfonsín que él completara su mandato. Pero las elecciones las hizo el 14 de mayo el presidente Alfonsín y en el mes de julio le pide por favor a Menem.
¿Por qué relato eso? Porque se hizo carne en muchos que al peronismo le gusta tumbar gobiernos, y no es cierto. Yo soy peronista, no soy kirchnerista, no tengo nada del kirchnerismo. Dejemos de lado el kirchnerismo, esa es otra fuerza política, otra ideología y otra realidad que ha usurpado gran parte de nuestro partido. Entonces eso da lugar a la confusión. Nosotros institucionalmente siempre fuimos víctima de los golpes y hemos respaldado, quizá en forma ya traumática, la continuidad de gobiernos que por ahí estaban agotados.
Cuando el corralito se convierte en corralón, De la Rúa estaba políticamente agotado y él estaba psicológicamente disminuido. Me firmó la renuncia a las 19:35, muy bien redactada, pero fue cuando entró el sol, la depresión fue muy grande. Estuvo 3 horas mirando desde la ventana al río y habló conmigo. Le dije: "Presidente, por favor, no renuncie. Nosotros nos vamos a reunir en Merlo, en San Luis, y vamos a apoyar todas las leyes que usted necesite, pero con tal requisito." Me escuchó, pero no le dio importancia. Simplemente me preguntó a qué hora era la reunión y le dije que le iba a avisar, pero que se iba a resolver en las dos cámaras y el propio partido va a apoyar. Y sabés lo que me dice De la Rúa: "Puerta, pero a esa hora va a ser de noche". Y después quedé pensando: claro, la depresión era muy grande. La calle estaba llena de gente que quería retirar sus fondos.

De la Rúa podía estar deprimido, pero era una persona racional. Es probable que De la Rúa, siendo una persona racional, tuviera conciencia de que ya no tenía más capacidad para gobernar y que lo mejor que podía hacer era renunciar. Por lo que uno podría inferir de que, como él mismo lo dijo, fue un acto patriótico su renuncia, porque si hubiese continuado hubiese sido peor. ¿Puede ser que hoy, a diferencia de De la Rúa, que era una persona racional, tengamos un presidente más autoconvencido de sus ideas y que no logre tener la empatía de descubrir, si tal cosa sucediese, que ya sus capacidades de gobernar generen más costos para el país que beneficios?
En tu pregunta está la respuesta. A mí me preocupa la actual situación porque De la Rúa no tenía vicepresidente, Milei tiene. A Milei le faltan legisladores suficientes y De la Rúa tenía muchos más legisladores. Pero a Milei se le votaron todas las leyes el año pasado. ¿Qué recibió el legislador que votó esas leyes? Agravio permanente a la política. Y un legislador no llega fuera de la política, salvo raras excepciones, y yo diría generalmente malas excepciones. La política es insustituible en el sistema democrático. Ahora, la política tiene que ser a través de partidos, con democracia interna, con funcionamiento institucional, que desde el 2003 en adelante fuimos perdiendo. Hoy es difícil encontrar una provincia donde un partido funcione como debe funcionar. En la mía no, por ejemplo.
Entonces, lo de Milei me preocupa porque cada vez que tiene un problema le echa la culpa a la política. Y acá la culpa es la corrupción, corrupción que involucra a muchos políticos que están gobernando, y a muchos empresarios contratistas del Estado. No a todos, pero a muchos. Y a muchos periodistas que están ensobrados. No es tu caso, si no, no me estarías haciendo este reportaje. Gracias a Dios también hay muchos periodistas y muchos medios como vos. Pero ese cóctel está haciendo daño al sistema.
Basta de echarle toda la culpa a la política, la política, la política, para lavarse las manos. Otros tienen enormes responsabilidades. No se puede enojar con el que piensa distinto. Disentir no puede ser pecado. Estoy preocupado por la situación que se vive en cuanto a la falta de respeto y al atropello a las instituciones. Ese no es el camino.
¿Qué te llevó a volver a ser candidato?
Yo hacía 10 años que no era candidato. Por supuesto mantuve una vida política muy activa trabajando en la construcción del peronismo republicano federal, peronismo frentista, peronismo del tercer milenio. Y en esa tarea me encuentro que en una década se fueron vaciando los partidos. En mi provincia, ni qué decir. Y yo acumulé una larga experiencia. Tengo 74 años de vida, y casi 60 de vida política. Yo empecé cuando el Mayo Francés, en 1968, cuando me apasionó la política y nunca más me aparté de esto. Viví dos dictaduras de 7 años cada una hizo que uno no esté en el candelero, pero todos los días analizando y amando cada vez más la democracia.
Esa experiencia que tengo la tengo que poner al servicio de muchos jóvenes que, pobrecitos, les llenaron la cabeza que por solo ser joven ya tienen derecho a tomar todas las decisiones sin escuchar al que tiene una cara. Tiene que haber una simbiosis, un intercambio de la fuerza de la juventud, ideas nuevas y la experiencia de aquellos que, cuando transitamos un camino y nos fue mal, aprendimos, y cuando transitamos otro y nos fue bien, también aprendimos. Yo le cuento al joven que yo intenté aquello allá y me fue mal, te aconsejo este otro camino que me fue bien.
Es un aporte la experiencia. Y por eso tomé la decisión de encabezar esta lista como diputado nacional en una provincia donde es muy difícil ser opositor, y ahora también se complicó lo nacional porque el Gobierno se enoja con el que es opositor. Es un pecado ser opositor. Y de 11 listas que hay en Misiones, me parece que la única lista opositora es la que encabezo. Ojalá haya otras más. Y hacia el 2027, donde hay que elegir presidente, gobernador, intendente, todas las fuerzas políticas que pensamos parecido, tenemos que confluir en un frente. Y para constituir un frente no hay nada mejor que el peronismo. El peronismo democrático, republicano, federal, el que resolvió la híper del 89 y el que llenó el vacío de poder del 2001.
Fuente: Perfil