Los laboristas se preparan para una posible victoria histórica en las elecciones anticipadas del próximo 4 de julio. Sacar al país de la crisis económica, de los servicios públicos como el de salud y recomponer la confianza en el gobierno, son las prioridades. Sin embargo, no hay claridad sobre el plan de ejecución y el cómo cumplirá sus ambiciosas metas. Expertos advierten que es inevitable el aumento de impuestos.
El dúo Tony Blair- Gordon Brown no solo consiguió una victoria histórica para el Partido Laborista en 1997, sino que su proyecto político, el Nuevo Laborismo, movió multitudes enamoradas y convencidas de su causa.
Años más tarde, la rivalidad personal y un acuerdo secreto entre Brown y Blair, la cara más exitosa y familiar de esa victoria, empezó a difuminar esa versión renovada de los laboristas.
Aunque sin la misma convicción y devoción, un gobierno laborista, liderado por Keir Starmer, tendría, según las encuestas, aún más diputados que Blair quien, en 1997, ganó una mayoría de 179.
La crisis originada por los conservadores y, que agobia a todos por igual en el Reino Unido, ha sido el argumento más poderoso a la hora de votar.
Esas mayorías en el Parlamento, le garantizarían a Starmer carta blanca, poder de maniobra y un camino político libre de obstáculos porque el contexto obliga a decisiones radicales, rápidas y certeras.
“Heredará una situación sin precedentes en la historia reciente en términos de la magnitud del desafío”, resalta Jack Pannell, del Institute for Government.
Sin embargo, resaltan los expertos, esa hoja de ruta o de salvación tiene más interrogantes que certezas. Con las cifras aterrizando en la realidad.
“El rendimiento de los hospitales es uno de los peores de la historia, con tiempos de espera del NHS en un nivel récord, las prisiones están casi al límite de capacidad y el número de autoridades gubernamentales locales que han quebrado en los últimos seis años es seis veces mayor que hace treinta años”, sostiene Pannell.
Y es que el “cambio” que prometen los laboristas, del que han dado pocos detalles, debe materializarse en cuestión de meses.
“Es posible que terminen sin hacer mucho y que las cosas tarden mucho en mejorar, y ahí es probablemente donde estarán durante el primer año más o menos”, explica Karl Pike, profesor de política pública en Queen Mary University of London y exasesor del Partido Laborista.
Aun así, el prestigioso semanario ‘The Economist’ le dio su apoyo al laborismo “porque tiene mayores posibilidades de abordar el mayor problema que enfrenta Reino Unido: una falta crónica y debilitante de crecimiento económico”.
Esa confianza también llegó por parte del diario financiero ‘Financial Times’.
Incremento de impuestos o aumento de endeudamiento, esa es la cuestión
La monarquía parlamentarista establece que el partido que obtiene las mayorías en la Cámara de los Comunes conforma el gobierno.
El segundo partido en número de votos, recibe el título de leal oposición de su majestad y conforma el gobierno en la sombra, con un gabinete exacto al del gobierno, para fiscalizar cada movimiento del Ejecutivo.
En teoría, los laboristas han estado preparándose por catorce años para gobernar. Sus políticas corresponden al contexto nacional.
“Habrá menos dinero disponible para el próximo gobierno que cualquier otro desde 2010”, explica Pannell.
Los expertos advierten que el tamaño de la crisis requiere decisiones radicales, con grandes sumas de dinero que no existen. La ecuación resulta sencilla: aumentar la deuda o subir los impuestos o ambas.
En la campaña, Starmer evadió, pero no descartó subir impuestos, salvo uno bien polémico: poner IVA a las escuelas privadas. Busca que todos los niños accedan a una educación de calidad. No solo los quienes la pueden pagar.
“Sus promesas no dicen nada sobre cómo el Estado británico va a superar sus diferentes crisis en términos de presupuesto en los diferentes departamentos”, afirma Pike.
Recuperar la economía
La fórmula es fomentar y estimular el crecimiento económico en todo el país. Es cierto, Londres es una ciudad muy próspera, pero lejana a la realidad en cada rincón de las cuatro naciones donde abundan el desempleo y la falta de empresas y de oportunidades para jóvenes.
“Los laboristas están diciendo que van a generar un enorme crecimiento económico, pero no cómo”, explica el profesor Anand Menon, director de UK in a Changing Europe.
Para aliviar el pago de facturas de luz y de paso, tener seguridad energética, proponen crear Great British Energy, una empresa pública de energía limpia, “financiada con el impuesto a las ganancias inesperadas de los gigantes del petróleo y el gas”, explica el manifiesto laborista.
Ese florecimiento económico requiere además inversión en nueva infraestructura.
“Tratar de impulsar la economía, aumentar la productividad, facilitando la construcción de cosas. El Reino Unido es famoso por ser un país difícil para construir”, sostiene el experto electoral y profesor de política de LSE, Tony Travers.
Por otra parte, prometen construir 1.5 millones de nuevas viviendas. Otra deuda histórica con varias generaciones que por los bajos salarios no pueden comprar una vivienda, pagar un depósito o una hipoteca, en un sector donde la demanda supera la oferta.
‘The Economist’ se pregunta, sin embargo, qué tan “radical” será Starmer en buscar el crecimiento de la economía.
“Ha llevado a cabo una campaña exasperantemente cautelosa, optando por tranquilizar a los votantes en lugar de buscar un mandato para una oportunidad audaz”, señala.
Más personal, mejorar el sistema nacional de salud
Es una de las más urgentes. Prometen 2 millones de procedimientos médicos adicionales, como operaciones, tratamientos y citas con especialistas al año o 40.000 a la semana.
Afirman que la estrategia serán pagos extra para quienes trabajen horario nocturno y los fines de semana para recortar las listas de espera, así como contratar más personal.
“El verdadero problema es que simplemente no hay dinero y el Instituto de Estudios Fiscales dice que el nuevo gobierno tendrá que aumentar los impuestos, ya sean directos o indirectos, por la guerra en Ucrania y las demandas de la población que envejece”, afirma Catherine Barnard, profesora de la Universidad de Cambridge.
Control de inmigración
Según la Oficina de Estadísticas Nacionales, en 2023, 1.2 millones de personas emigraron al Reino Unido.
Las cifras no paran. En lo que ha corrido de 2024, 13.195 han cruzado de forma irregular el Canal de la Mancha, en pequeños barcos, cifra superior al mismo periodo de hace cuatro años.
Por ende, la inmigración legal e irregular es el gran desafío.
Los laboristas han prometido tirar a la basura el plan Ruanda, que planteaba enviar a ese país africano, a quienes llegaran sin autorización. Este no pudo ser implementado por desafíos jurídicos.
Entonces, busca crear un Comando de Seguridad y Fronteras con un fondo de 75 millones de libras y usar poderes antiterroristas para acabar con las bandas que trafican personas.
“En realidad no tiene muchas alternativas. Habla de algún tipo de acuerdo con la UE, pero esta querrá algo a cambio y esto puede no ser popular entre el gobierno y mucho menos entre el pueblo británico”, sostiene Barnard.
¿Otro referendo al Brexit?
Keir Starmer se ha comprometido a que respetará la voluntad de los británicos que votaron en 2016 para salir de la Unión Europea.
“Sabe que todo el proceso del Brexit ha sido tan doloroso que no quiere volver a luchar contra él”, resalta Barnard.
Y es que, a diferencia de los conservadores, los laboristas hicieron campaña para mantenerse en la UE.
Sin embargo, Starmer ha asegurado que eso no significa que no busque un mejor acuerdo con Bruselas en comercio, defensa, seguridad y educación.
“La pregunta más interesante es qué podría lograr sin volver a la UE. Y la respuesta es tener un pacto de seguridad. Si se mira con atención, este es un cubo bastante grande en el que se pueden poner muchas políticas”, señala Barnard.
En cuestiones de Brexit, Starmer es una voz calificada. Fue, durante las negociaciones del divorcio, el secretario del Brexit en la sombra, con sus ojos fiscalizadores en el resultado.
“Van a ser cautelosos con la UE, con el tipo de cosas que están pensando hacer”. afirmaMenon.
Pike, por su parte, sostiene que “el Brexit apenas se menciona en el manifiesto.Han descartado volver al Mercado Único o a la Unión Aduanera”.
El interrogante, entonces, es si, luego del primer término de gobierno, que puede ser de cinco años, busquen una nueva membresía.
Relaciones con América Latina y el resto del mundo
El secretario de exteriores en la sombra, David Lammy, afirmó que los laboristas “reconectarán al Reino Unido con el mundo”, dado que, a su juicio, el país está “más dividido” e“insular”.
Lammy indicó a France 24 en español que la relación con Suramérica y América Latina es “enormemente importante que nos involucremos con la región” para el gobierno laborista y resaltó con orgullo que sus padres nacieron en Guyana.
Descartó, de paso, una renegociación sobre la soberanía de las islas Falklands, como las llaman los británicos, o Malvinas, como se conocen en Argentina.
El futuro plantea muchos interrogantes. No hay ninguna certeza en el tipo de “cambio” que prometen los laboristas, pero el escenario que se vislumbra es que el país apunta a ser mayoritariamente laborista.
“Significará que el Palacio de Buckingham y el Palacio de Westminster están en el distrito electoral laborista por primera vez. Nunca antes el rey y la reina habían vivido en una circunscripción obrera”, asegura jocosamente Tony Travers.
Por:Luisa Pulido Griffin-France24