Misiones Para Todos

Resistencias en contexto de Dictadura y continuidades de las luchas populares

Diálogo junto a Celina Rodríguez Molina(FPDS-CP), Chiqui Falcone(OLP) e integrantes de hijas

El último fin de semana en el Centro Cultural “Olga Vázquez” de La Plata, invitados por el Equipo de Comunicación Popular de Pañuelos en Rebeldía, intercambiamos con compañerxs del FPDS – CP, MULCS y Arde Memoria sobre continuidades y rupturas en la resistencia popular desde Videla a Milei.

En dicho marco, expusimos el perfil de nuestra organización, y a continuación aportamos algunas ideas surgidas de una de las tradiciones que nos constituyen, el nacionalismo popular revolucionario. A continuación, damos cuenta de las principales.

1 – La resistencia montonera 

Lxs compañerxs que desde la tradición nacionalista revolucionaria en los 70s adherimos a Montoneros, lo hicimos tratando de complementar siempre política de masas, comunicación popular, y lucha armada, autofinanciándonos con recursos expropiados al monopolio Bunge & Born. En el primer rubro, desarrollamos un intenso trabajo de base en los territorios, en los frentes estudiantiles, en el frente fabril, en el frente de mujeres, y en el de las villas de emergencia. En el segundo, creamos un diario de gran tiraje con amplia llegada de público, denominado Noticias (que contó con plumas ilustres como las de Miguel BonassoPaco Urondo o Juan Gelman); una revista de difusión masiva que bajaba línea quincenalmente a nuestra militancia, El Descamisado, dirigida por Dardo Cabo; entre la legalidad y la clandestinidad, sostuvimos las revistas Evita Montonera y Estrella Federal, órganos de difusión restringida a nuestra estructura de cuadros y a nuestro ejército respectivamente; y ya en la segunda de esas etapas creamos la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), que emitía gacetillas de prensa diarias dirigidas a los medios de comunicación masiva, las interferencias televisivas basadas en el equipo denominado Radio Liberación TV (tecnología propia que compartimos con organizaciones revolucionarias hermanas); y la emisora de onda corta Radionoticias del Continente, que emitía su programación a toda la región desde Costa Rica. Por último, en materia militar, miliciana o de élite, montamos la fábrica “José Sabino Navarro” de granadas de mano en la zona sur de la Provincia de Buenos Aires y, además de recurrir al famoso Fusil Automático Liviano (FAL), incorporamos el fusil lanzagranadas RPG – 7.          

A diferencia de otras organizaciones hermanas de Nuestra América – como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria chileno, el Ejército de Liberación Nacional boliviano, o los Tupamaros uruguayos, nosotrxs nacimos condicionados por un liderazgo con el que sostuvimos una tensa relación, hasta polemizar públicamente con él en Plaza de Mayo el Día de lxs Trabajadorxs de 1974. Recién tras su muerte adquirimos una relativa autonomía, procurando – en la lógica de John William Cooke – radicalizar al peronismo desde dentro.

Haber pasado a la clandestinidad en vigencia del orden constitucional bajo el fuego de organizaciones parapoliciales nos aisló bastante de las masas, y eso favoreció cierta deriva posterior de carácter militarista, severamente cuestionada al interior de la organización por nuestro compañero Rodolfo Walsh, quien recomendara enfáticamente no exponer la fuerza en la primera línea en momentos de reflujo de masas.

2 – Contraofensiva popular

Hacia la primera mitad de 1979 advertimos una escalada en la resistencia político-gremial, que – con la central obrera proscripta – se pondría de manifiesto en el Paro Nacional de los 25 Gremios en Lucha celebrado el 27 de Abril de ese año. Por entonces ya era notoria la gravitación de los organismos de DDHH, que se aprestaban en largas colas a recibir la visita de la CIDH de la OEA. Con el propósito de que tales iniciativas no se amesetaran, nos propusimos golpear duramente sobre el nodo de articulación del Proceso de Reorganización Nacional, o sea, sobre el gabinete económico de José Alfredo Martínez de Hoz. A tal efecto, reclutamos a gran parte de nuestro exilio y un puñado de exiliados internos, los entrenamos militarmente en el Líbano conformando las Tropas Especiales de Infantería (TEI), y comunicacionalmente en Méjico, conformando las Tropas Especiales de Agitación (TEA), lanzamos la primera fase de la contraofensiva en la primavera de ese año, y – al cabo de un acalorado balance autocrítico que, al calor de la Revolución Iraní, llevó a revalorizar la tradición insurreccionalista del pueblo argentino (17 de octubre de 1945, Cordobazo, Rosariazo, etc.), encaramos una segunda fase a principios de 1980 cuya prioridad, en vez de golpear sobre el centro de gravedad del enemigo, fue la inserción social en los frentes de masas, cometido que se vería potenciado por la ola de nacionalismo que dejaría el conflicto bélico en el Atlántico Sur. 

3 – Derrota del proyecto revolucionario y democracia de baja intensidad

Uno de nuestros comandantes, el ingeniero civil Raúl Clemente Yäger, quien cayera combatiendo a la dictadura emboscado en una ruta cordobesa el 29 de Abril de 1983, alguna vez pronunció la siguiente frase “las balas de azúcar de la democracia nos causarán más bajas que las balas de plomo del gobierno de facto”. Y, a juzgar por la diáspora que produjo en las filas de las organizaciones político militares la derrota del proyecto revolucionario, y sus derivas posteriores, habría que concluir que no se equivocó. Algunxs compañerxs se asimilaron a los organismos de DDHH, otros continuaron intentando condicionar programáticamente al peronismo, y algunos también cruzaron de vereda, como la actual Ministra de Seguridad.

4 – El Argentinazo: Punto de inflexión entre dos siglos

Diciembre de 2001 produjo un clivaje entre viejas y nuevas experiencias, fuertemente influenciadas por el movimiento zapatista, cuyos planteos autonomistas atravesaron a la mayor parte de los movimientos de trabajadores desocupados, enriquecidos por el emergente fenómeno piquetero eclosionado a mediados de la década anterior. A ese nuevo sujeto se sumaron fenómenos tan novedosos como las asambleas barriales, los clubes de trueque, o las empresas recuperadas por sus trabajadores. En ese caldo de cultivo, el esquema organizativo piramidal de carácter marxista leninista iría siendo desplazado por nuevas formas de funcionamiento horizontal y la autogestivo. 

5 – La presidencia de Milei como derrota de la clase política

     que sostuvo 40 años de democracia fallida

Una clave para interpretar los tiempos que corren consiste en advertir que la última dictadura, más allá de ciertos relatos épicos, no fue desalojada por la resistencia popular, sino que tramitó su desprestigio mediante una salida electoral negociada con la clase política, retirándose ordenadamente a sus guarniciones, y presionando por una legislación de impunidad.

Convengamos que, pese al mérito que supuso juzgar a las Juntas Militares o impulsar los Juicios de la Verdad, a lo largo de las últimas cuatro décadas los sponsors del horror viajaron cómodamente en los charters presidenciales. A quien dude de su buena salud bastará recordarle que el Sr. Paolo Rocca, representante del monopolio Techint, hoy domina ni más ni menos que el Ministerio de Trabajo de la gestión Milei.

Así, a nuestro criterio, en las últimas elecciones no triunfó La Libertad Avanza, sino que fue derrotada la partidocracia que gestionó sin mover el amperímetro 40 años de una democracia incapaz de garantizar la Justicia Social. En todo caso, el hartazgo de muchos compatriotas dio un peligroso salto al vacío apostando por el mejor intérprete de su bronca, un outsider de la política no salpicado por el pasado, y los resultados están a la vista.

Naturaleza y misión 

del libertarianismo

Algunxs venimos barajando la hipótesis de que el repliegue del Imperialismo yanqui a su “patio trasero” probablemente prologue la batalla final de Occidente por defender un mundo unipolar en agonía. Eso explica en parte el rol que nuestro Presidente viene jugando como ariete del eje EEUU – Israel, y la Doctrina del Shock que está aplicando para demoler el Estado en favor del capital más concentrado.

En este punto cabría destacar que se hace necesario salir de la perplejidad que produce una gestión tan distópica, y no reducir a lxs libertarixs exclusivamente a la condición de memes.

A nuestro entender, hay al menos tres aspectos constitutivos del oficialismo que conviene poner en debate:

En primer lugar, el de Javier Milei no es – como muchos pretendieron durante las recientes polémicas generadas en torno al tema de la Memoria – un gobierno negacionista, sino uno lisa y llanamente apologista y reivindicador de los crímenes de Estado.

En segundo lugar, es falso de toda falsedad que la filosofía que abraza el oficialismo solo es una versión recargada del conocido neoliberalismo, cuya lógica era apostar por el libre juego de la oferta y la demanda. Esta gestión no apunta tan solo a que a la economía la rija el mercado, sino a propiciar una concentración económica sin precedentes, en manos de monopolios que tienen nombre y apellido (GalperinPérez CompancBulgheroniZorraquinEurnekian, etc.)

Y, en tercer lugar, la comparación con regímenes fascistas o nacional – socialistas, si bien puede resultar una tentación dado el autoritarismo que se ejerce en la administración de la cosa pública, se divorcia nítidamente de tales configuraciones dado el empeño libertario en desmantelar el Estado apuntando a la disolución nacional, fomentando eventuales bloques territoriales como la República Norteña del Litio, la República Andina de la Minería, o la República Patagónica de los Hidrocarburos, y balcanizando el territorio nacional.

CGT/CTAs/UTEP o Unidad Piquetera/asambleas/sindicalismo clasista:

No existe una tercera vía 

Respecto a la aún débil y fragmentaria resistencia en curso al modelo libertario, advertimos cierta partidocratización de la lucha social, dado que, si el espacio nacional/popular constituido por la CGT, las CTAs y la UTEP todavía no despliega todo su potencial, resulta legítimo sospechar que ello se vea condicionado por los tiempos de reorganización de un peronismo sumamente desencontrado, que por ahora no atina a proponerse como alternativa de recambio. Por su parte, a nivel de las izquierdas, en el espacio en que se mueve la Unidad Piquetera, las asambleas barriales y el sindicalismo combativo, seguramente gravita como horizonte multiplicar el poder institucional del FIT – U. 

Sin tratarse necesariamente de alternativas necesariamente binarias ni estáticas, ya que mantienen muchos vasos comunicantes, en primera instancia podría aventurarse que en el campo popular hoy no aparecen perspectivas disruptivas, sino que más bien las que hay tienden a su modo a mantener la gobernabilidad vigente.

Prisioneros de esta democracia

Dado que a partir del 10 de diciembre la asistencia social es un hecho del pasado, en un contexto caracterizado por una enorme depredación económica y cultural del tejido social, urge convertir a cada unidad organizativa de base en una unidad económica, productiva y comercial, camino a la autogestión, a los efectos de ir reconstruyendo la materialidad de una vida digna y prefigurando una nueva sociabilidad entre sus protagonistas.

Ante la gran encrucijada nacional que enfrentamos, habrá que ocuparse de gestar una nueva alternativa popular, volviendo a abrazar la idea de Que se vayan todos, tanto Milei y sus cómplices, como las y los responsables de traernos hasta aquí durante 40 años de democracia fallida.

A tal efecto se impone dosificar al máximo la lucha en los microcentros metropolitanos donde el poder es amo y señor, trasladarlas a las periferias en que nos movemos como pez en el agua, construir organización desde abajo, priorizando el trabajo territorial con epicentro en las comunas, y ensayando – cuando haga falta – novedosas formas de acción directa, como las intervenciones artísticas – relámpagoy de desobediencia civilcomo losmolinetazos. –

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