Lo trasladaron a la una de la mañana desde la cárcel de Ezeiza hasta la Alcaidía de Investigaciones de la Policía Federal, y salió a las 4.35 de la madrugada caminando con su familia; se fue a Córdoba
Luego de permanecer siete años preso, el primer secretario de Transporte del gobierno kirchnerista, Ricardo Jaime, recuperó su libertad durante la madrugada, en un operativo realizado con la máxima reserva, y se dirigió con su familia a Córdoba, donde se instalará con su pareja. Se le colocó una tobillera electrónica para controlar sus desplazamientos, por disposición de la Justicia.
Jaime, condenado en seis ocasiones por hechos de corrupción, administración fraudulenta y enriquecimiento ilícito durante su gestión, entre 2003 y 2009, estuvo preso en prisión preventiva y, por otro lado, cumplió las penas menores que se le dictaron. Pero las sentencias más abultadas no se encuentran todavía firmes, ya que están siendo revisadas por la Cámara de Casación y la Corte Suprema. Por esa razón no se pueden ejecutar aún.
La libertad del exfuncionario kirchnerista, de 68 años, fue decidida por el Tribunal Oral Federal N° 7 en la causa de los cuadernos de las coimas, que lo tenía con prisión preventiva. Su estado de salud fue determinante para la resolución de los magistrados, ya que padece de un cáncer de piel y otras dolencias.
Si bien Jaime tiene condenas firmes, ya las cumplió. Y otras, como la que se le aplicó por la tragedia de Once, no se encuentran firme, por lo que no está obligado a cumplirla en prisión. El exsecretario de Transporte es un caso emblemático de la corrupción en los primeros gobiernos kirchneristas, que terminaron con una veintena de funcionarios y empresarios cercanos al poder apresados, a raíz de distintas investigaciones judiciales.
El Tribunal Oral Federal N° 7 ordenó el cese de la prisión preventiva a partir de hoy, cuando salió a la una de la madrugada de la cárcel de Ezeiza, en un operativo secreto, controlado por agentes de la Policía Federal, ya que se temía que pudiera haber algún tipo de manifestación, por lo que se montó un fuerte dispositivo de seguridad.
Jaime fue llevado a la Alcaidía de Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal, en Villa Riachuelo, donde se averiguó si existía alguna orden de detención en su contra dictada por algún otro tribunal que lo retuviera. Como eso no ocurrió, se le colocó allí una tobillera electrónica y, a las 4.35 de la mañana salió caminando con sus familiares.
Según trascendió, les dijo a los policías que lo trasladaron que se iba a vivir a Córdoba. Los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero, en disidencia parcial, y Germán Castelli resolvieron que Jaime debe “prometer” que va a someterse al procedimiento y no obstaculizar las investigaciones pendientes, notificar cualquier cambio de domicilio y avisar si se ausenta por más de 48 horas.
Asimismo, el exfuncionario condenado no puede desplazarse a más de 70 kilómetros del lugar donde vivirá, que es en Duarte Quirós 1939, del Barrio Alberdi, de la ciudad capital de Córdoba. Allí estará con su pareja Claudia Ochoa, controlado por la tobillera electrónica.
Ricardo Jaime tiene prohibido salir del país sin autorización judicial. Debe entregar su pasaporte y no puede tramitar nuevos ejemplares de ese documento. Fue determinante para que los jueces tomaran la decisión de liberar a Jaime el hecho de que se vencía la prórroga de su prisión preventiva, que lleva cuatro años. La conformidad la dio la fiscal del caso, Fabiana León, debido a su estado de salud, ya que tiene un carcinoma de piel cerca de un ojo, por el cual debe ser operado.
El exfuncionario kirchnerista presenta, además, hipertensión arterial esencial. Es un exfumador, padece de hipotiroidismo subclínico, hiperglucemias, un nódulo benigno en el pulmón y una depresión reactiva, según se informó
Jaime fue condenado seis veces en casos de corrupción. En 2013 se dictó una sentencia por intentar robar pruebas en un allanamiento. En 2015 se declaró culpable en un juicio abreviado y acordó una pena por haber cobrado coimas de parte de la empresa TBA, que explotaba colectivos y trenes, y TEBA, que tiene la concesión de la Terminal de Ómnibus de Retiro. Esas dos condenas están firmes.
Fue condenado por su responsabilidad en la Tragedia de Once, que provocó 52 muertos el 22 de febrero de 2012. Este fallo está pendiente de revisión por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la Casación le impuso una pena de seis años de prisión. En abril de 2022 se dictaron dos condenas por haberse enriquecido ilícitamente y por administración fraudulenta contra el Estado y coimas, por la compra de trenes chatarra a España y Portugal.
En septiembre del año pasado, Jaime fue condenado por recibir sobornos por el proyecto del tren bala que iba a unir Rosario y Buenos Aires y que no se concretó. Estas tres últimas condenas no están firmes y no están en condiciones de ser cumplidas en prisión. Además, Jaime está acusado de ser uno de los funcionarios que recibía el dinero de las coimas en bolsos en la causa de los cuadernos y es investigado por el cobro de sobornos en el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento.
Cercano a Néstor Kirchner, Jaime hizo su carrera política en la provincia de Santa Cruz. Procedente de Córdoba, a fines de los años 80 se radicó en Caleta Olivia, donde fue concejal y presidente del Concejo Deliberante. Ya como gobernador, Kirchner lo convocó para que se desempeñara como secretario general de la gobernación y, en el segundo mandato, fue designado al frente del Consejo Provincial de Educación. En 2003, al llegar su amigo a la presidencia de la Nación, asumió como secretario de Transporte, área en la que no presentaba experiencia previa.
Por Hernán Cappiello-La Nación