Noruega obtuvo históricamente sus recursos básicos del mar, pero en 1967 se convirtieron en una gran fortuna con el descubrimiento de petróleo y gas en el Mar del Norte. Ahora, sus propios ciudadanos discuten qué hacer con el millonario fondo de reserva creado en 1998 y coincidieron: asuntos sociales y energía sostenible.
El Government Pension Fund Global, "el fondo del petróleo" que Noruega creó después de los grandes descubrimientos de petróleo y gas a partir de 1967, ya acumuló activos por 1,8 billones de dólares que separó en un fondo especial: ahora, en otro acierto, son sus ciudadanos que deciden cómo seguir invirtiéndolo.
El fondo noruego, el mayor del mundo, debería invertir más dinero en sectores que abordan retos globales como el cambio climático y la salud, y resignar rendimientos, concluyó un grupo de ciudadanos elegidos para recomendar opciones, un ejemplo para otros países con petróleo y otros generosos recursos naturales.
La iniciativa, una consulta nacional sobre lo que el país debería hacer con su enorme riqueza, fue idea de siete organizaciones no gubernamentales que querían llevar al debate público voces de la sociedad que no suelen escucharse.
Los 66 noruegos seleccionados para representar al resto del país -en función de la edad, el sexo, el lugar de residencia, la educación y la actitud ante el cambio climático- se reunieron desde enero para formular recomendaciones a los legisladores y al gobierno del laborista Jonas Gahr Store.
Si se divide el total del fondo por la cantidad de los 5,5 millones de habitantes del país nórdico, resultan unos 326.000 dólares per cápita. Ahorrando esas divisas, Noruega evitó la distorsión de su economía, o la llamada “enfermedad holandesa”.

"Tuvimos que invertir mucho dinero antes de que pudiéramos gastarlo en algo", según el profesor Alexander Cappelen, de la Facultad de Economía de Noruega, al explicar por qué el país evitó el problema de otros países que vivieron una gran bonanza temporal de recursos naturales.
“Un porcentaje específico del fondo del petróleo debería reservarse para inversiones sostenibles en las que se acepten mayores riesgos y menores rendimientos para promover el desarrollo social y económico en los países en desarrollo”, según las conclusiones del panel ciudadano revelado por Reuters.
También recomendaron disponer de directrices sobre cómo debe gastarse el fondo en tiempos de crisis, como pandemias y guerras, y contar con nuevas sobre cómo debe utilizarse el fondo en el presupuesto nacional. Actualmente, hasta el 3% del valor del fondo puede usarse en el presupuesto sin especificar en qué invertirlo.
Según el grupo, debería destinarse a “estructuras sociales fundamentales”, como la educación, la investigación y la innovación, y no a gastos administrativos.
El Fondo también debería invertir más rápidamente el 2% de su valor destinado a participaciones directas en proyectos de energías renovables en el extranjero, como parques eólicos y solares. Hasta ahora sólo ha invertido el 0,1% en esos proyectos.
“La idea era que fuéramos personas diferentes de distintas partes del país. Mi experiencia es que todos teníamos los mismos valores fundamentales”, dijo Lill Synnoeve Ludvigsen, una estudiante de bachillerato de 17 años, desde su casa en Trondheim, la tercera ciudad más grande de Noruega.
Riqueza récord
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Las inversiones noruegas en petróleo y gas superarán este 2025 los niveles récord de 2024, impulsadas por una avalancha de proyectos de desarrollo, según una encuesta del sector de la Oficina Nacional de Estadística (SSB).
El mayor sector empresarial prevé una inversión de 253.800 millones de coronas (22.610 millones de dólares) en 2025, frente a los 251.200 millones del año pasado.
El aumento de la estimación para 2025 se debió a los planes de invertir más en yacimientos en producción, nuevos desarrollos e instalaciones en tierra, según SSB, y se vio compensado en parte por el menor gasto previsto en exploración.
El panel de ciudadanos que recomendó al Parlamento cómo invertir el millonario fondo del petróleo surgió de entre unos 40.000 ciudadanos, reducidos a 66 por un sorteo estratificado según criterios de edad, sexo, lugar de residencia, educación y una pregunta sobre actitudes.
La pregunta a la que respondieron los ciudadanos fueron planteadas por Save the Children, Norwegian Church Aid, el Consejo Nacional para la Infancia y la Juventud de Noruega LNU, Cáritas, WWF Fondo Mundial para la Naturaleza, Langsikt - el grupo de reflexión para políticas a largo plazo, y El Futuro en Nuestras Manos, decididas a garantizar un debate nacional.
“Esperamos que los políticos de todos los partidos escuchen las recomendaciones del panel”, afirma Eirik Mofoss, director general del think tank Langsikt. El proyecto está financiado por la Fundación Europea del Clima, Sunrise Project, Ragnhild y Jens Ulltveit-Moe y Værkraft Fonden, entre otras organizaciones.
El panel popular es un método de participación reconocido internacionalmente y basado en la investigación, recomendado por la OCDE. Irlanda, Escocia, Bélgica, Alemania, Austria y los Países Bajos son algunos de los países que lo han usado.
El lado oscuro

Greenpeace Nórdica y Natur og Ungdom (Jóvenes Amigos de la Tierra Noruega) se enfrentaron al gobierno noruego en la justicia para frenar la producción de petróleo y gas en tres nuevos yacimientos. Las organizaciones se habían declarado alarmadas por el impacto climático en el Mar del Norte y exigido que interrumpiera su desarrollo y producción.
En 2024, un tribunal de Oslo frenó los permisos de explotación y dio la razón a las dos ONGs por la falta de evaluaciones de impacto sobre los efectos climáticos globales de los tres yacimientos de petróleo y gas -Yggdrasil, Tyrving y Breidablikk- que violaban la legislación noruega y del Espacio Económico Europeo (EEE).
El Tribunal también dictó medidas cautelares que prohibían al Estado conceder los nuevos permisos necesarios para construir y producir en los yacimientos mientras la demanda siga abierta. El Estado cuestionó el fallo y las medidas cautelares fueron anuladas por el Tribunal de Apelaciones en octubre de 2024.
Finalmente, en abril pasado, el Tribunal Supremo noruego avaló la prohibición de explotar los tres yacimientos de petróleo y gas en el Mar del Norte.
“Es una importante victoria para el Estado de Derecho y el futuro de las personas y la naturaleza. Estos yacimientos de petróleo y gas se aprobaron ilegalmente, y ahora el más alto tribunal de Noruega ha restablecido la sentencia por la que debe detenerse toda la producción y el desarrollo”, dijo Frode Pleym, responsable de Greenpeace en Noruega, al conocerse el fallo.
