Legalmente separados
Mientras recorre el camino que determinará de manera concreta la ruptura o no con el bando opositor interno que lideran Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en lo estrictamente personal, Horacio Rodríguez Larreta consiguió lo único que le faltaba para cerrar lo que fue su matrimonio de casi dos décadas con Bárbara Diez. Esto es, ambos firmaron legalmente el acuerdo de divorcio hace menos de una semana.
En los dos años y medio que siguieron a la confirmación de la ruptura matrimonial entre ambos, se dieron situaciones que, por más que se intentó por todos los medios posibles mantener socavadas, demostraron que alcanzan apenas doscientos cuarenta caractéres en redes sociales para dar un mensaje certero –y masivo– que dé cuenta de, así como hay separaciones diplomáticas, hay otras que no permiten mantener la guardia baja.
Y en eso, Bárbara Diez dio una muestra concreta de que, así como por un lado plantea a cierta gente su impotencia por lo que considera no se cuenta sobre lo sucedido, también sabe qué decir para hacerse escuchar. Del otro lado, la respuesta es el silencio porque, para Rodríguez Larreta, esta fue una cuestión personal para tratarse –y resolverse– a puertas cerradas. Así también se maneja el acuerdo de divorcio que ambos sellaron. ¿Habrá incluido, en el caso de Bárbara Diez, la imposibilidad temporaria de postear cualquier mensaje que aluda a su exmarido? El tiempo lo dirá.
Qué sigue. Con los papeles ya en orden, el casamiento de Horacio Rodríguez Larreta con Milagros Maylin no tiene una fecha determinada. Consultados por PERFIL los encargados de prensa de ambos, ninguno tiene información al respecto. La campaña por las PASO ocupa toda la agenda.
En el viaje al Llao Llao para el foro de empresarios que organizó Eduardo Elsztain, Rodríguez Larreta y Milagros lucieron alianzas que, a simple vista, eran de un modelo similar a las que dan cuando una pareja se casa o compromete. Pero para ellos esos anillos no tienen esa simbología, no son de compromiso. Sí, explican desde su entorno, son anillos que se regalaron de forma recíproca pero que usan de manera esporádica.
Lo único que en el caso de Milagros Maylin se sabe es que ella ya tiene quien la vista para cuando se organice la boda: una de sus hermanas, que es diseñadora de modas y que en un reportaje dado a La Nación, tímidamente, se ubicó como quien la vestiría.
Por Ernesto Ise-Perfil