El presidente de la Corte Suprema sostuvo que ninguno puede prevalecer sobre el otro; además dio definiciones en torno al espionaje ilegal, el juicio político y cuándo podría actuar el máximo tribunal de Justicia en contra de, por ejemplo, la suba de tarifas
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, fue entrevistado por Carlos Pagni en Odisea Argentina y se expidió sobre la polémica en torno a la colisión del derecho a manifestarse y a circular, a días de la movilización programada para el miércoles por diferentes agrupaciones piqueteras, tras la advertencia del Gobierno de priorizar la circulación y la quita de planes sociales a quienes participen de la marcha. El juez sostuvo que ninguno puede estar por encima del otro y explicó por qué.
“Lo ideal es que no llegue al juez”, dijo en primera instancia Rosatti, poniendo como antesala al juicio la buena voluntad de las partes de llegar a un acuerdo. “¿Qué es lo que busca un juez? Optimizar los dos derechos y no confrontarlos”, expuso el abogado y docente universitario.
Consideró que si se definiera que uno de los derechos termina anulando al otro, entonces habría ganadores y perdedores, y que eso no es lo que corresponde cuando se habla de derechos constitucionales.
“La Corte norteamérica tiene jurisprudencia extensa sobre eso donde busca la ‘compatibilización’. Habiendo buena voluntad puede haber compatibilidad”, dijo y aclaró: “Esto en un contexto democrático. Otra cosa sería frente a un gobierno de facto”.
Gobierno de Milei y relación con el Ejecutivo
Consultado sobre su visión acerca de la primera semana de Milei en el gobierno, dijo: “Lo veo como con mucho apasionamiento por temas constitucionales. A partir del discurso de Milei en las escalinatas del Congreso, miro lo que puede venir en función del panorama que pintó y las medidas que insinuó que iban a venir”.
Además, reflexionó sobre cómo cree que será la relación con el Poder Ejecutivo y qué actitud tomarán los ministros de la Corte luego de algunos entredichos, meses atrás, sobre medidas catalogadas como inconstitucionales que anticipó el ahora presidente, como la dolarización.
Comentó que las medidas que anunció el jefe de Estado podrían englobarse “técnicamente en términos constitucionales de emergencia”. Sin embargo recalcó que todo se debe hacer en base a lo que dicta la Constitución: “Las respuestas de emergencia se tienen que encontrar en la Constitución. Hay que buscar adentro, no afuera. Allí tienen que circunscribirse los tres poderes del Estado”.
En esa línea, detalló cuáles son las herramientas de emergencia con las que cuenta el Ejecutivo para aplicar medidas y que fueron incorporadas a la Constitución en la reforma de 1994. “Se incorporaron dos institutos: los DNU y la legislación delegada. Los DNU permiten al Presidente, en acuerdo de ministros, tomar decisiones que normalmente serían tomadas por leyes, pero nunca en tema de partidos, electorales, penales, o tributarios. Eso es por ley”.
Además, explicó que una vez firmado el DNU, pasa por una comisión bicameral de control, en donde se analiza por un plazo de diez días que luego se pasa al pleno para ser ratificados o no por el Congreso. “Otra decisión que puede tomar el Presidente, con permiso del Congreso, es de legislar, por un tiempo limitado, en temas de emergencia pública o administración, y siempre que el Congreso le de las bases definidas de los límites para legislar”, explicó.
El periodista Carlos Pagni le consultó sobre el futuro aumento de las tarifas, tras el plan económico de quitar los subsidios, y le recordó que durante el gobierno de Macri, la Corte resolvió dar marcha atrás a la suba del gas, anteponiendo la falta de crecimiento del salario. Rosatti dijo que se pueden aumentar las tarifas, pero con “previa audiencia pública”.
Después, marcó dos puntos donde puede intervenir la Corte si nota que las decisiones de un gobierno pueden atentar con el bienestar social. Lo justificó como “los efectos que las decisiones, causan” y la “racionalidad”. “Sobre el contenido de los derechos, la Corte ha dicho que si no se aniquila el derecho o no se lo desdibuja puede haber una afectación en términos de tiempo e intensidad. Eso se ve en cada caso concreto”.
“Todo juez debe tener en cuenta la juridicidad del procedimiento, o sea que se practique con igualdad”, dijo Rosatti, y dio ejemplos concretos para argumentarlo. Se vería deteriorada la igualdad si se define de un día para el otro que los hombres pagan un impuesto y las mujeres no, explicó, y añadió: “Si para terminar de raíz con el dolor de cabeza, el gobierno dice que le va a cortar la cabeza a la gente porque con la aspirina el dolor vuelve, ahí hay eje razonable para intervenir. Se interviene cuando hay una absoluta irracionabilidad”.
Juicio político y espionaje ilegal
En otro tramo de la entrevista, Pagni le preguntó sobre dos aspectos polémicos de la interacción entre la Justicia y la Política en los últimos años: el intento de juicio político por parte del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner contra los jueces de la Corte, y la utilización del espionaje para aportar evidencias en juicios o extorsionar a funcionarios.
Sobre el primer punto, Rosatti dijo: “Nosotros tomamos el juicio político con toda veracidad. Respondimos todas los pedidos de informe que nos planteó la comisión. Todo el personal que fue citado a declarar, fue, y no nos amparamos en nada. Dimos las explicaciones del caso. Luego, en nuestro descargo, cada ministro dio su versión. El contenido del juicio político quedó reducido a una disconformidad del pasado gobierno con las sentencias, lo que no es válido para que esto avance”.
Luego, Rosatti consideró que la utilización del espionaje ilegal es una de las cuentas pendientes que tiene por resolver la democracia en estos 40 años. “Me parece que decir inteligencia a lo que nos estamos refiriendo [inteligencia ilegal] ofende a la palabra inteligente en sí misma, porque de eso tiene muy poco”, subrayó y enfatizó: “Repudio el fisgoneo el voyeurismo realizado con intentos de extorsión”.
“La inteligencia tiene que estar en la prevención del terrorismo, el narcotráfico, la pornografía infantil y no dedicarse a espiar a las personas para intentar chantajearlas. Es muy brumoso para la comunidad que haya grupos, o no grupos, organizados o desorganizados. Es algo que me parece detestable. Esto sí que está vinculado con la libertad de todos los días. El sentirse espiado”, concluyó.