El Ciclón aún no ganó en la Copa de la Liga y no marcó en los dos partidos de local; Insua espera la llegada de un delantero
Los únicos “ole, ole..” de la tarde los generó el perro que entró en la cancha a los 30 minutos del segundo tiempo, cuando el aburrimiento se extendía. Con una energía y velocidad que ya no tenían los 22 jugadores, el can estuvo durante más de dos minutos surcando el campo, eludiendo a los jugadores y auxiliares que querían atraparlo, y desconfiando de los que querían acercarse con un gesto amistoso. Lengua al aire, dichoso de todo el verde que tenía para él. Pasó a ser la figura de un 0-0 entre San Lorenzo y Unión que no tuvo individualidades destacadas. En las tribunas del Nuevo Gasómetro se multiplicaban las sonrisas que habían escaseado por razones estrictamente futbolísticas. Una brisa para amenizar la tarde sofocante.
Pasaron tres fechas y San Lorenzo sigue sin ganar, no convirtió goles en los dos encuentros de local. El único tanto que marcó en la Copa de la Liga fue en un córner, con un cabezazo de Adam Bareiro en el empate frente a Belgrano. Rubén Darío Insua sigue pidiendo un centro-delantero. Los dirigentes tienen tiempo hasta el próximo viernes, cuando cerrará el libro de pases para los que transfirieron a un jugador al exterior, como es el caso del colombiano Perea. Los apuntados son Ángel González, ex Estudiantes y Godoy Cruz, y el colombiano Diego Herazo (Tolima).
Más allá de que llegue alguna incorporación, San Lorenzo necesita potenciar lo que tiene para salir de la mediocridad por la que atraviesa. Extraña la chispa de Nahuel Barrios, que no completó la pretemporada y lo acusa físicamente. Eric Remedi, llegado de Banfield quedó afuera tras el error que cometió contra Lanús y Sebastián Blanco continúa poniéndose a punto.
Adam Bareiro no deja de mostrarse e insistir, pero le llega poco juego. Las escaladas de Giay y Braida por los costados son discontinuas. Cristian Ferreira trajo su buena pegada de media distancia. Lo demostró con un tiro libre que dio en el travesaño. Eso fue en el segundo tiempo, cuando San Lorenzo tampoco aumentó el caudal ofensivo con el ingreso de un delantero (Tarragona) por uno de los volantes centrales (Perruzzi).
Si bien Insua dice que la palabra proyecto no la utiliza nunca porque está convencido de que en el fútbol todo es provisional y lo que un día parece estabilizado al otro vuela por los aires, su gestión en San Lorenzo se asimila bastante al concepto que rechaza. Su proyecto se sustenta en la laboriosidad, en una construcción colectiva en la que la entrega y el compromiso son esenciales para ganarse un lugar en la formación.
Lo más destacado de San Lorenzo 0 – Unión 0
Con esas premisas, ya lleva más de un año y medio en San Lorenzo, al que mejoró bastante, en resultados e imagen, respecto al que era. Hubo un cambio de presidente y los nuevos dirigentes no dudaron de que el camino seguía siendo con el entrenador heredado, al que le renovaron el contrato.
Néstor Ortigoza, en la función de director deportivo que antes ocupaba Matías Caruzzo, dijo que “hay un equipo nuevo”. Seguramente exageró, sin restarles importancia a las salidas Batalla y Jalil Elías y la llegada de algunos refuerzos. A Insúa le toca encajar algunas piezas nuevas, siempre dentro de su esquema preferido, con tres zagueros centrales, dos carrileros (siguen Giay y Braida), un doble pivote y dos media-puntas para acompañar al indiscutido Adam Bareiro, que estuvo a punto de emigrar y el club hizo el esfuerzo económico para retenerlo.
Muy táctico y apretado fue el comienzo del partido contra Unión, que hizo un planteo en espejo, con línea de cinco en el fondo. Mucha lucha, poco juego. Acciones entrecortadas, ritmo inconstante por el intenso calor, pocas luces individuales. A Unión se lo veía cómodo y San Lorenzo no se deja llevar por la ansiedad si el desarrollo es trabado y debe trabajar en cada metro del campo para generar en ataque, siempre sin resignar un ordenado posicionamiento defensivo.
Un cabezazo de Campi tras un córner y algunos entreveros ofensivos de Bareiro fueron las primeras aproximaciones. Unión no atinaba a armar algún contraataque, sobre todo si intentaba por el sector izquierdo, donde el colombiano Jhohan Romaña, con su físico de estibador, era infranqueable. Quizá sufra si es exigido en velocidad, pero en el cuerpo a cuerpo transmite una fortaleza que ya arranca los aplausos de los hinchas.
San Lorenzo fue un poco más profundo en el final del primer tiempo. Desequilibró una vez por la izquierda con Braida, Bareiro volvió a merodear en el área. Todo muy forzado y confuso. El Ciclón propuso un partido más directo en el segundo período al sumar un delantero más con Tarragona. Quiso acortar metros con pelotazos y no fue claro. Se apuró, no tuvo sorpresa. Unión encontró un poco más de espacios para contraatacar. El balance de San Lorenzo se hizo más negativo por la expulsión de Irala, que había quedado muy solo en la contención.
Sabor a nada les quedó a los hinchas de San Lorenzo. Acostumbrados a disfrutar del “Perrito” Barrios, esta vez el único imparable fue un ejemplar beige, con collar, al que solo le faltó meterse en un arco para que desde las tribunas se gritara ¡¡¡gol!!!
Por Claudio Mauri-LN