El periodista que acaba de incorporase a A24 participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Comunicación de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA). La inestabilidad emocional del Presidente. Y sus asesoramiento a narcotraficantes.
Santiago Cúneo participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Licenciatura en Comunicación Periodística de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA) dependiente del Grupo Perfil. Donde se refirió a la conversión al judaísmo del líder de La Libertad Avanza, Javier Milei. “No es genuino el judaísmo de Milei. No solo no cumplió ninguno de los pasos de transición hacia la fe judía, sino que yo creo que es una ofensa hacia aquellos que realmente son religiosos de la fe judía”, declaró.
El periodista que acaba de incorporase a la señal de A24 participó del Ciclo de Entrevistas donde habló de la extraña relación entre Javier Milei y su perro Conan, quien falleció en 2017. “Llevaba cenizas de Conan en su agendita. Me mostró. Me hablaba de Conan con afecto”, destacó Santiago Cúneo en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Qué opinión le merece el acercamiento del Presidente hacia la cultura y la religión judía?
—Sólo conozco un caso de conversión religiosa que me parece genuina hacia la fe judía, que es la mujer de mi amigo Chiche Gelblung. Hizo todo el camino de conversión hacia el judaísmo que termina en Israel. Fue una decisión personal y le llevó mucho tiempo y finalmente lo hizo. Obviamente tenía motivaciones de convivencia familiar, con lo cual, era parte de su vida cotidiana. En el caso del Presidente, al cual conozco infinitamente, creo que no es genuino el judaísmo de Milei. No solo no cumplió ninguno de los pasos de transición hacia la fe judía, sino que yo creo que es una ofensa hacia aquellos que realmente son religiosos de la fe judía. Por eso, creo que es una ofensa hacia aquellos que realmente son religiosos, que alguien utilice tan marketineramente una cuestión de fe. Por lo general, ninguno de nosotros tiene la particularidad del fanatismo. Creo que este fanatismo temporal de él tiene que ver con sus debilidades personales, se hace fanático de lo último que escucha, o de lo que le da resultado, con lo cual creo que en este momento de su vida encontró ahí un refugio de sus debilidades. Cuando vos haces algo desde el punto de vista pasional sos un barra brava. Entonces, él al ejercer pasión religiosa es un barra brava de la religión judía y no le hace bien, ni al judaísmo ni al catolicismo. Sí te puedo decir que con la misma fuerza que hoy dice que se ha hecho converso judío, decía que era católico. Y también decirte que con la misma fuerza que hoy dice que es judío, decía que era de Boca y ahora es de River. Y yo de gente que cambia de religión y de club de fútbol desconfío siempre.
—¿Por qué dice que no es genuina la conversión al judaísmo de Milei?
—Lo entiendo como una necesidad personal de sus debilidades nada más. Si Milei mañana encuentra en Buda la solución, va a ser budista.
—¿Qué le genera que el presidente argentino sea judío?
—Mientras sea patriota no me importa nada. Si la solución de la Argentina está en manos de alguien de religión judía, islámica, budista, o la que sea será bienvenido. Yo para tener jefe tengo que empoderar a quien me da órdenes, tengo que delegar la autoridad del mando y en este caso no lo hago. Alguien de religión judía o de cualquiera que tuviera en sus manos resolver este conflicto social de la Argentina y su continuidad que está en riesgo, le obedecería con gusto.
—¿Milei es un patriota?
—No, yo creo que en todo caso es un patriota es inglés. Es más, Liz Truss, la ex primer ministro libertaria británica, fue consultada en una entrevista reciente a RT a quién consideraba el conservador británico más destacado de la época. A lo que respondió: “Javier Milei”. Con lo cual, si es patriota es inglés.
—Usted fue uno de los primeros periodistas en entrevistar a Milei. ¿Alguna vez le confesó que habla con Conan, su perro muerto?
—Ese perro simbolizó para él la única compañía durante muchísimo tiempo. Dormía con el perro, vivía con el perro, vivía para el perro, en absoluta soledad. Era un tipo solo. Las horas se la llenó el perro y se transformó en su apego, de lo cual no pudo despegar nunca. Porque él tiene una condición psiquiátrica que hace que tenga estas debilidades, que lo atan a situaciones como las de querer hablar o comunicarse con un perro muerto. Eso efectivamente está comprobado, no solo porque yo lo sé, sino porque el día que murió su perro me dijo: “Conan no está más, pero está”. O sea, yo no me enteré de Conan hace cuatro minutos. Me enteré el día que supuestamente pasó a la inmortalidad y él decía que no estaba del todo ido porque él seguía hablando con Conan. Esa situación te marca sus debilidades profundas y serias que tienen que ser cuestionadas por el pueblo argentino. Porque evidentemente lo que planteaba Sergio Massa en términos de que todos nos hagamos un test de aptitud para ocupar un cargo como la presidencia de la nación empieza a tener sentido. La realidad es que él sí cree que habla con el perro muerto, cree que Conan está vivo porque reencarnó en uno de los clones. Clonó a Conan en Nueva York. Trajo los cinco perros, le quedan cuatro, y su hermana es su médium.
—¿Alguna vez lo vio hablar con Conan?
—No, pero llevaba cenizas de Conan en su agendita. Me mostró. Me hablaba de Conan con afecto. Él tiene un auto que lo compró hace ocho años más o menos, y el primer día que lo trajo estábamos en Crónica, él era panelista mío del programa. Me presentó el auto y tenía el asiento del acompañante totalmente enfundado en plástico termosellado. Y yo le hice un comentario que me parecía apropiado en ese momento: ‘Mirá, va a ser muy difícil que una chica se te suba en un asiento sellado en plástico”. Y me respondió: “Acá no se sube ninguna, chica. Acá vamos yo y Conan”. Fin de la cita.
—En otras entrevistas mencionó que hay una línea que si Milei cruza, usted va a decir algunas cosas. ¿Qué es lo que tiene para decir?
—Es algo que Milei ratificó con sus dichos. Cuando le dice a Alejandro Fantino en un reportaje: “Me importa un carajo de dónde venga el dinero”. Es el proyecto que mandaron al Congreso proponía originalmente que pudieran venir a blanquear extranjeros. Que no era un argentino que tenía ahorros en negro en Suiza que podía traer su plata, sino que podía venir alguien de Cali, de Sinaloa. Milei tiene una relación morbosa de creer que las mafias son mejores que el Estado. Ha dicho que Al Capone era mejor persona y con códigos que el Estado. Todo eso que él dice de manera grandilocuente en términos macro, es lo que me contó a mí cuando me dijo: “Mirá, la verdad es que andaba pelado, no tenía ni para comprarle la comida al perro, y me presentaron a una gente que quería hacer inversiones y era un narco”. Él nunca tocó un paquete de cocaína, no consume, no pasa por ahí. Pasa por el asesoramiento que le dio a alguien que él sabía que el origen del dinero era espurio y vinculado al narcotráfico. Le dijo: ‘Mirá, hace esto, esto y esto con la plata”. Y los asesoró financieramente. Pero nada que él no haya ratificado después y hoy como presidente.
—¿Usted dice que Milei asesoró a narcotraficantes?
—Él cobró por su asesoramiento financiero a gente que le decía cómo invertir y qué cantidad de dinero, un millón de dólares, cien millones de dólares, cincuenta millones de dólares, cómo se hace en la Argentina para invertir esta plata cuyo origen no podemos explicar. Él me dijo que finalmente sabía quiénes eran las personas. Él no tiene conciencia de delito. Milei no me lo contó horrorizado, arrepentido o asustado. Me dijo: “Me presentaron a esta gente, yo les dije más o menos, les cobré y no los vi más”.
—Agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas con estudiantes de la Universidad del Sur de Buenos Aires y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.
—En principio gracias por estudiar periodismo. Les toca un día muy particular porque acaba de anunciar oficialmente mi vuelta a América 24. Así que hace un instante fue oficializado. Yo trabajé en esta casa e hicimos cosas juntos con Perfil, y siempre es bueno que se mantenga el espíritu de gente con inquietudes. Gente que tenga preguntas por resolver y palabras que no deben rendirse jamás y ustedes deben llevar de manera permanente, que es el cuál, cómo, cuándo, dónde y por qué. Y a partir de ahí, ejercer de periodista es chequear información. La diferencia entre un triste relato y un periodista es el chequeo de la información. Ustedes piensen que hoy cualquiera con un celular es cronista. Sacan una foto en la esquina, te muestran un choque y están siendo cronistas. La diferencia es el chequeo de la información antes de publicarla, antes de decirla, antes de comentarla o viralizarla. Así que bienvenido qué Perfil tenga una universidad, porque tienen el marco de la práctica inserta en el conocimiento y el desafío de honrar la tarea de ser periodista. Nunca abandonen la vocación de ser periodistas, porque algunos que estudiaron periodismo pasaron la universidad, pero la universidad no pasó por ellos. Y no son periodistas, son comunicadores. Que es otra cosa. Muchas gracias.
Por Lucas Gómez y Gabriel Zorrilla-Estudiantes de la Facultad de Comunicación Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA)