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Santilli, un híbrido “rojo” en el triángulo de hierro violeta

Con tres décadas en el oficio, “El Colo” alcanza el punto más alto de su carrera. El trato con Karina, el 2027 y un plan para desembarcar en la Justicia.

Sin saber todavía la fecha de su jura, Diego César Santilli invitó a Horacio Rosatti, el presidente de la Corte Suprema, a su acto de asunción como ministro del Interior. Sabía, Santilli, que el supremo –al igual que otros dos integrantes del tribunal, a los que también hizo llegar invitaciones– rechazaría el convite pero puso un mojón en una relación que hace tiempo está a la deriva: el canal entre la Casa Rosada y el poder cortesano.

Ministro con banca o diputado con ministerio, Santilli es un híbrido: actúa como ministro del Interior pero no deja su banca en el Congreso por temor a lo que haga su reemplazo, el platense Nélson Marino, que reporta al exintendente Julio Garro. Un macrista que tuvo un paso accidentado por la gestión de LLA, como secretario de Deportes, y fue una de las primeras víctimas de la furia de los trolls libertarios.

El mensaje de Garro a Santilli para transmitirle que Marino no haría una travesura no pareció suficiente: el dipu-ministro quiere tener la certeza de que el tratamiento del presupuesto 2026 se postergará para después del 10 de diciembre. Cuando esté clara esa hoja de ruta, Santilli dejará su banca y armará su jura. Hasta entonces puede rumear, además, los cambios que hará en la cartera de Interior.

Staff colorado

Todo el staff que venía, primero con Guillermo Francos y luego con Lisandro Catalán, tiene boleto de salida. En Casa Rosada dejan ese proceso en manos de Santilli. A simple vista, más allá de que no parece que haya nadie por el que alguien del triángulo de Hierro pida la supervivencia –todo un interrogante para Daniel Scioli–, la reconfiguración del equipo de Interior será la primera prueba de fuego para el dipu-ministro, respecto a cómo juega con los dos sectores libertarios.

El “Colo” contó, en las charlas en Diputados, que su designación no fue una sorpresa: que siempre estuvo en el menú de Milei convertirlo en ministro. Lo cierto es que el movimiento de Santiago Caputo de no aceptar la propuesta presidencial, aceleró ese desembarco. En estos meses, Santilli se ganó el “aprecio” de Milei y desde hace tiempo, es el dirigente del PRO con mejor línea directa con Karina Milei.

En el ala karinista hubo un despliegue gestual para mostrar a Santilli como una pieza propia. Martín Menem lo hizo copartícipe del “logro” de que se haya obtenido dictamen de mayoría para el tratamiento del Presupuesto 2026. “Buen debut del dúo Menem-Santilli”, decían, el martes, en el Congreso. En LLA dicen que Karina quiere sentarlo en una mesa operativa donde estén, capitaneados por ella, Santilli, Menem, Patricia Bullrich y Manuel Adorni, y en la que “seguramente” estará Santiago Caputo.

La entronización de Santilli se recorta, a priori, como una amenaza para el asesor Premium que, sin embargo, construyó vínculos y acuerdos con los gobernadores mientras Interior lo ocuparon, en continuado, Francos y Catalán. ¿Por qué ahora sería distinto? Santilli se esfuerza por hacer equilibrio entre Karina y Santiago, los dos jugadores del mundo Milei, pero asume que la figura más poderosa en ese juego es la hermanísima.

La fantasía del “Colo”, que temió que se alejara cuando Milei eligió a José Luis Espert como primer diputado, es ser gobernador bonaerense. En 2021, luego de ganarle las PASO a Facundo Manes, pensó que ese camino estaba allanado, pero la fractura en el PRO, que fue con dos candidatos a presidente y a gobernador, le frustró el deseo. Aliado de Horacio Rodríguez Larreta, se convirtió en su postulante en la provincia pero perdió por pocos votos con Néstor Grindetti, la apuesta de Bullrich.

La palabra de Karina

Como Caputo, como todos los que habitan el mundo Milei, Santilli sabe que la llave para convertirse en candidato en la provincia no podrá cristalizarse sin el apoyo de Karina. Espert fue, si se quiere, una excepción porque Karina no lo quería y lo impuso su hermano. Pero el mal destino de “El Profe”, mirado su derrotero, puede servir de indicio de que al final es más fuerte la postura de la hermanísima. Lo sabe, por caso, Victoria Villarruel, otra elegida por Milei contra la voluntad de Karina. Romper lazos con Mauricio Macri, una malquerencia que es preexistente a los Milei, es una buena credencial que Santilli puede lucir ante Karina.

En sus primeras 72 horas como ministro del Interior “en tránsito”, Santilli se contactó con la Corte y habló con varios gobernadores. Tuvo una charla con Martín Llaryora, de Córdoba, una carta difícil en el mazo de las provincias porque en estos meses, LLA no pudo lograr un puente con el gobernador cordobés. Llaryora tuvo cruces duros con el ala Caputo por los ataques en redes que le atribuyó a los trolls libertarios.

La invitación de Santilli a los integrantes de la Corte Suprema refleja, además, un interés puntual que apareció en la agenda de la hermanísima: la relación con la Justicia y la intervención en el proceso de selección de jueces en la Justicia Federal, en particular Comodoro Py, y en la Justicia Nacional. Sobre 1002 jueces, de distintas instancias, hay 347 cargos vacantes. De esos, hay 184 ternas que están en poder de Milei que las debe enviar al Senado. Y 153 están en proceso de selección.

Ese universo del 30% de la Justicia es un territorio fértil para que el gobierno pueda meterse en los tribunales. Para avanzar puede, incluso, prescindir del peronismo porque las ternas se aprueban con mayoría simple del Senado, número que puede lograr con el acuerdo con el PRO y el apoyo de algunos gobernadores. Esa tarea la intentó, el año pasado, Caputo cuando negoció con gobernadores la designación de jueces en las provincias. Tropezó.

Ahora Karina, que tiene como delegado propio en ese círculo a “Lule” Menem, y puede sumar a Santilli, quiere intervenir en ese ajedrez. Se afirma que con ese fin le pidió a Mariano Cuneo Libarona, el ministro de Justicia, que siga en su cargo hasta febrero del año próximo, a pesar de que el abogado mediático había presentado su renuncia 72 horas antes de la elección. Karina lo hizo, cuentan en Tribunales, con el único objetivo de que ese lugar no lo ocupe Sebastián Amerio, actual viceministro, y amigo de la adolescencia de Santiago Caputo. “Lo de Amerio fracasó”, dicen en la Justicia.


Por Pablo Ibáñez-Cenital