El referente del Peronismo Federal dijo tener “coincidencias” con Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, los principales impulsores de su incorporación junto a Elisa Carrió. Mauricio Macri y Patricia Bullrich, por ahora, bloquean esa posibilidad. Juan Manuel Urtubey, su ex aliado, criticó la jugada.
Pese a que la mesa nacional de Juntos por el Cambio no llegó a un acuerdo sobre su incorporación, el proyecto de un armado nacional opositor que incluya a Juan Schiaretti sigue en pie. Salvo el exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, quien ya avisó que no está dispuesto a compartir espacio con el PRO o la UCR, el resto de los dirigentes del Peronismo Federal continuarán insistiendo en la conformación de una nueva alianza. En esa idea trabajan Diego Bossio y Florencio Randazzo, entre otros, en contacto permanente con las terminales de Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, los principales interesados en ampliar la coalición. “Me parece razonable competir en unas PASO dentro de un gran frente de frentes”, blanqueó finalmente este lunes el propio gobernador cordobés, para despejar cualquier tipo de dudas de que jugará a fondo.
Cerca de Schiaretti reconocen que “ahora la pelota está del lado de Juntos por el Cambio”. Conscientes del terremoto que generaron en la oposición, esperan que los dirigentes que apuestan a ampliar el espacio “se la jueguen” y logren imponer un acuerdo desde la mesa chica. Incluso a sabiendas que una decisión de ese calibre puede derivar en una ruptura definitiva entre Larreta y el tándem Mauricio Macri-Patricia Bullrich.
“Nosotros les hicimos una propuesta muy seria, que creemos es lo más razonable para este momento del país: generar un espacio amplio y consensuar diez puntos básicos que garanticen gobernabilidad para lo que viene, y que el próximo presidente tenga el consenso político necesario para impulsar reformas, con apoyo del Congreso. Y en ese marco, hacer una gran PASO. Ahora tendrán que dirimir ellos qué hacer”, le dijo a Página/12 el jefe del Interbloque Federal en la Cámara de Diputados, Carlos Gutiérrez, uno de los dirigentes más cercanos al gobernador cordobés.
Durante una conferencia de prensa post-encuentro de la mesa nacional de JxC, Schiaretti reveló que se siente cerca tanto de Gerardo Morales como de Facundo Manes y Horacio Rodríguez Larreta, a quienes, dijo, lo unen “coincidencias como la cultura de la producción y del trabajo, y que queremos dejar atrás la grieta”. No mencionó a Bullrich ni a Macri. En su entorno, si bien reconocen que mantiene una relación cordial con el expresidente, intuyen que detrás del rechazo de Bullrich está su mano y que será el último escollo a sortear para sellar el acuerdo de su incorporación. Macri tenía planeado llegar a Córdoba este martes, para apoyar la candidatura de Luis Juez, que enfrentará al schiaretismo en las elecciones a gobernador del 25 de junio.
El que no encuentra coincidencias es Urtubey, a estas alturas ya un ex aliado de Schiaretti. “Tengo una mirada muy diferente a la que plantea Juntos por el Cambio respecto de su forma de organización del país, ese es el motivo por el cual yo no soy parte de ese espacio”, aclaró y calificó de “imprudente” la intromisión de extrapartidarios en las contradicciones propias de JxC.
Respecto de la interna en Córdoba, Schiaretti intentó desvincular su apuesta presidencial con la cercanía de las elecciones a gobernador. “No tiene nada que ver una elección provincial con esto, que es la necesidad de Argentina”, dijo. Juez, su principal contrincante a nivel provincial, tuvo que apersonarse en el cónclave de JxC para reducir daños. “No tenemos forma de explicar lo inexplicable. Vamos a confrontar contra un modelo que a mi provincial la tiene de rodillas hace 25 años y la incorporación de Schiaretti complejiza absolutamente el tema”, lanzó. Lo cierto es que las idas y vueltas son pura ganancia para Martín Llaryora, que se postula como el candidato a continuar el modelo schiarettista.
Si bien el Peronismo Federal apuesta a una precandidatura presidencial de Schiaretti, algunas opciones alternativas siguen abiertas, como acompañar a un radicalismo ordenado detrás de un único candidato, escenario que por ahora parece lejano. De todos modos, la intención en ese marco sería plantear una propuesta basada en “las banderas del peronismo, con la camiseta puesta”, dicen desde el espacio. Tampoco está muy claro el armado en las provincias, sobre todo en Buenos Aires, donde el casillero a gobernador por ahora no está definido.
Pero para llegar a ese punto, todavía deberá torcer la resistencia de Bullrich y Macri. Ya logró el apoyo de dirigentes como Elisa Carrió y Miguel Pichetto. Cerca del gobernador tampoco descartan una ruptura de JxC. “Imposible no es”, dicen. El fin de la novela llegará dentro de los próximos diez días, antes del 14 de junio, cuando vence el plazo para la inscripción de alianzas electorales a nivel nacional.
Por Matías Ferrari-Página/12