El reconocido exmotonauta de 66 años forjó desde los ’90 una larga carrera política en el peronismo y llegó a ser vicepresidente de la Nación y dos veces gobernador de Buenos Aires sin declaraciones polémicas ni enfrentamientos.
Daniel Osvaldo Scioli, el reconocido exmotonauta forjó desde los ’90 una larga carrera política en el peronismo y llegó a ser vicepresidente de la Nación y dos veces gobernador de Buenos Aires con un perfil moderado y sin declaraciones polémicas ni enfrentamientos, pero este año mostró una versión más desafiante, al mantenerse firme en presentar su precandidatura presidencial.
Eso obligó a una competencia interna a Unión por la Patria (UxP) en las próximas PASO, pese a que buena parte de la dirigencia justicialista prefería un acuerdo a partir de una lista de unidad.
El ‘Pichichi’, apodo que se ganó por ser el delantero goleador de su equipo de futsal ‘Villa La Ñata’, de 66 años, tiene más de 25 años en la función pública, en la que consolidó un estilo en el cual la moderación y la pertenencia partidaria fueron un lema en su carrera política, al igual que su ya conocida frase “con fe y con esperanza”.
En esta etapa, su impronta no cambió y tampoco su costumbre de hacer ejercicios físicos bien temprano y la pastafrola de todas las mañanas, pero en el perfil político se muestra con mayor autonomía ante los líderes partidarios: en esta oportunidad, no acató el pedido de bajarse de su precandidatura presidencial que transmitieron la mayoría de los gobernadores peronistas y muchos intendentes bonaerenses.
“No es contra nadie. Es a favor de todos los argentinos”, explicó una y otra vez sobre su postulación, con el mismo tono parsimonioso que exhibe hace más de dos décadas, aunque puertas adentro sus formas son más fuertes y es muy exigente con su equipo de trabajo.
Así lo confiesan todos aquellos que fueron parte del entorno de Daniel Osvaldo, hijo de un famoso comerciante dueño de ‘Casa Scioli’, que nació en la localidad bonaerense de Ramos Mejía pero pronto se mudó a la ciudad de Buenos Aires y creció como un porteño más, por lo que su corazón se divide entre Capital Federal, la provincia de Buenos Aires y la ciudad balnearia de Mar del Plata.
En ‘La Feliz’, con la que tiene una predilección inocultable, Scioli tejió además una relación de confianza casi familiar con el empresario hotelero y mediático Florencio Aldrey Iglesias.
En su trayectoria política fue, además de vicepresidente de la Nación acompañando a Néstor Kirchner en 2003, diputado nacional por la Ciudad y por la provincia de Buenos Aires; secretario de Deportes y Turismo; gobernador bonaerense; ministro de
Producción, y actualmente se desempeña como embajador argentino en Brasil.
Justamente, el multicampeón de torneos de motonáutica ingresó al mundo de la política como un outsider a partir del padrinazgo del entonces presidente Carlos Menem, quien en la misma época alentó a otros famosos a seguir el mismo camino, como el cantautor Ramón ‘Palito’ Ortega y el excorredor de Fórmula Uno Carlos Reutemann.
En el caso de Scioli, la intención era que le disputara el poder del peronismo de la Capital a Miguel Ángel Toma, que era un dirigente cercano al lomense Eduardo Duhalde, rival político de Menem en esos tiempos en el PJ.
En esa interna, Scioli logró romper una hegemonía de años de la estructura del PJ porteño, lo que ahora recuerda como “algo beneficioso para el espacio, porque luego todos juntos pudimos con el PJ vencer a Domingo Cavallo, que estaba muy fuerte por esos días”.
Tras desembarcar en el PJ porteño, sus performances electorales y su imagen pública le permitieron conocer al actual presidente Alberto Fernández, integrante de ese espacio: Scioli llegó a formar parte de la fórmula presidencial del Frente para la Victoria en 2003 como segundo de la fórmula detrás de Néstor Kirchner, un lugar en el que Eduardo Duhalde había intentado ubicar al entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna.
Previamente, entre 2001 y 2003, Scioli fue el titular de la Secretaría de Deportes y de la Secretaría de Turismo de la Nación.
Tras vencer en las elecciones junto a Kirchner, ocupó su cargo en el Senado de la Nación y tras superar un entredicho con el santacruceño por las tarifas de los servicios públicos y la política de derechos humanos consolidó un vínculo de confianza y lealtad, que años más tarde le permitiría saltar a la provincia de Buenos Aires.
En la jurisdicción más poblada del país fue gobernador por dos períodos consecutivos, lo que le valió la posibilidad de ser el único candidato a presidente por el Frente para la Victoria en 2015, pero perdió en el balotaje con Mauricio Macri por menos de 2 puntos. Ocho años más tarde y dos períodos presidenciales después, el corredor de fondo busca la revancha.