Misiones Para Todos

¿Se usa más el tren tras la prohibición francesa de vuelos cortos?

El reglamento fue muy debatido y lleva en vigor poco más de un año en el que ya se ha notado un cambio de tendencia.

En junio de 2023, Francia introdujo formalmente una prohibición de los vuelos nacionales de corta distancia en un esfuerzo por reducir las emisiones de carbono.

En teoría, la normativa prohíbe los vuelos cuando exista una alternativa ferroviaria de menos de 2,5 horas. En aquel momento, los críticos afirmaron que no iba lo suficientemente lejos, ya que afectaba a muy pocas rutas y no incluía los vuelos de conexión. El sector de la aviación se ha opuesto alegando que la normativa es injusta.

Más de un año después de su entrada en vigor, ¿cuál ha sido el impacto de la prohibición?

¿Ha reducido las emisiones la prohibición de los vuelos nacionales?

Antes de la introducción de la prohibición, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) estimaba que la nueva normativa podría reducir hasta 55.000 toneladas de emisiones, apenasel 2,6% del total anual de emisiones de los vuelos nacionales en Francia.

El impacto aparentemente mínimo de la medida en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero fue la base de un recurso contra la ley por parte de la Unión de Aeropuertos Franceses a principios de este año, que argumentó que se trataba de un “abuso de poder”.

Perdieron el recurso, ya que el Consejo de Estado dictaminó que la prohibición “puede contribuir a corto plazo a la reducción de estas emisiones en el ámbito del transporte aéreo”.

Sin embargo, más de un año después de su introducción, aún no existen cifras oficiales sobre la reducción de emisiones conseguida directamente gracias a la prohibición.

El único dato que tenemos, según el responsable francés de aviación de la organización sin ánimo de lucro Transport & Environment, Jérôme du Boucher, son las emisiones globales de los vuelos nacionales el año pasado.

Disminuyeron un 3,4% en 2023 con respecto a 2022, mientras que, a nivel internacional, estas emisiones aumentaron.

Pasajeros esperando el check in en el aeropuerto Charles de Gaulle de París.
Pasajeros esperando el check in en el aeropuerto Charles de Gaulle de París.AP Photo/ Thomas Padilla

“Así que eso ilustra realmente que, en general, los vuelos nacionales en Francia han disminuido y la prohibición de los vuelos de corta distancia contribuye a ello”, explica. “¿En qué proporción? Es difícil de decir”.

“Lo que podemos decir de forma más cualitativa es que al mismo tiempo, en 2023, la compañía nacional de ferrocarriles SNCF ha recuperado su nivel de actividad“.

Si lo ponemos en paralelo con los vuelos nacionales, dice, la tasa de viajes y de actividad empresarial no ha vuelto a los niveles anteriores al COVID.

“Así que parece que se ha producido un cambio, de forma más general que sólo en esos vuelos concretos [cubiertos por la prohibición]”.

La prohibición se aplicará durante al menos tres años, tras los cuales el Gobierno francés estudiará su impacto antes de tomar nuevas medidas.

Más que cifras de emisiones

Sin embargo, el legado de la prohibición no se limitará a la eficacia de la normativa para reducir las emisiones de los vuelos nacionales.

“Parece que es poco en términos de emisiones de CO2, pero es buena como medida política, como pieza legislativa”, afirma de Bouchard.

La ley fue muy debatida en Francia y su aplicación, sea cual sea, “es una señal para la gente”. Cree que eso les hace plantearse lo que los franceses llamarían ‘sobriété’ o moderación: ¿merece realmente la pena coger estos vuelos por negocios o por ocio?

“Tiene un efecto real en cómo la gente se comporta y considera este medio de transporte”. Una reciente encuesta nacional de pasajeros aéreos de la DGAC preguntaba a los ciudadanos qué harían si su viaje no fuera posible en avión. En el caso de los vuelos nacionales, el 41% afirmó que habría utilizado otro medio de transporte.

No sólo eso, añade de Bouchard, sino que abre puertas y la posibilidad de más regulación. España, por ejemplo, tiene previsto introducir una prohibición similar en los vuelos de corta distancia cuando existan alternativas ferroviarias de menos de 2,5 horas.

Cuando un país se compromete a una normativa como ésta y la Comisión Europea la aprueba, resulta más fácil que otros países de la UE se planteen hacerlo también.

Por Rosie Frost- EN