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Seúl llora a las víctimas; la policía reconoció falta de anticipación ante estampida

En la capital de Corea del Sur se multiplican los tributos para las víctimas de las estampidas ocurridas durante las celebraciones de Halloween, que dejaron 154 personas fallecidas y 33 heridos en estado grave, según datos del Mando de Desastres y Contramedidas de Emergencia. Hay otras 116 personas en condiciones más leves. La Policía admitió haber fallado en la gestión de la seguridad.

El barrio Itaewon de Seúl se llena cada vez más de flores, altares y objetos simbólicos para guardar luto a los fallecidos por las estampidas de Halloween, ocurridas el último fin de semana.

En el lugar se han desplegado profesionales de psicología para atender a las personas afectadas por el suceso y decenas de comercios no han abierto sus establecimientos en respeto por los familiares que lloran a sus seres queridos.

En el distrito de Yongsan, cercano al Ayuntamiento, se levantó un altar en honor a las víctimas, mientras que algunos monjes entonaron plegarias budistas en la entrada del metro más cercana al callejón del fatídico hecho. 

Más de la mitad de las víctimas eran mujeres de entre 20 y 30 años, y 26 de las personas que perdieron la vida eran de nacionalidad extranjera. Funcionarios de México, Rusia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido se han puesto en contacto con las autoridades surcoreanas para saber sobre el estado de sus conciudadanos.

La estampida ocurrió en un callejón cuesta abajo que se encuentra en medio de una hilera de tiendas y el emblemático Hotel Hilton. El camino quedó obstruido por una gran multitud de asistentes a la fiesta antes de que algunos de ellos cayeran y se derrumbaran “como fichas de dominó”, según testigos.

Los dolientes se reúnen para rendir homenaje a las víctimas de un accidente mortal después de las festividades de Halloween del sábado por la noche, en la calle cerca de la escena en Seúl, Corea del Sur, el lunes 31 de octubre de 2022. © AP/Lee Jin-man

La cuestionada gestión de las autoridades

Funcionarios de seguridad del país empiezan a responder a preguntas difíciles, pues pese a que las celebraciones de Halloween en cada país no tienen un control de una entidad ni son gestionadas en un solo sitio, los ciudadanos cuestionan la organización de los uniformados para la noche del sábado 29 de octubre en Seúl.

El Gobierno ha insistido que era imposible predecir que una multitud se saliera de control en una estrecha calle de un barrio en donde la actividad nocturna es alta, pero expertos señalan que ellos sabían que iba a haber una gran concentración de personas luego de la relajación de medidas del Covid-19.

“Nuestro país generalmente hace un buen trabajo siguiendo el manual y manteniendo el control de multitudes en eventos donde hay un organizador específico, pero los funcionarios a menudo no están seguros de qué hacer o incluso no se preocupan por los eventos que no son creados por un organizador específico, aunque son esos eventos los que generalmente requieren una vigilancia más cercana”, indicó Hong Ki-hyeon, un alto funcionario de la agencia de Policía nacional.

Solo 137 policías fueron desplegados en Itaewon, los cuales tuvieron estrictas normas de “monitorear el crimen, con un enfoque particular en el uso de narcóticos”, subrayó Kong Ha-song, profesor de prevención de desastres de la Universidad Woosuk. “Nadie, entonces, estaba cuidando la seguridad de los peatones”, añadió. 

Expertos también precisan que las autoridades tuvieron que haber peatonalizado algunas calles, sugiriendo que la aglomeración podría haberse evitado si se hubieran impuesto carriles para peatones de un solo sentido, bloqueado la entrada a algunos caminos estrechos y cerrado temporalmente la estación de metro de Itaewon para evitar que una cantidad excesiva de personas se movieran en la misma dirección.

Un hombre se inclina en medio de la escena de un accidente mortal después de las festividades de Halloween del sábado por la noche en Seúl, Corea del Sur, el lunes 31 de octubre de 2022. Una multitud mató a más de 150 personas durante las festividades de Halloween en Seúl durante el fin de semana en el los peores desastres del país en años. © AP/Lee Jin-man

Y aunque muchos transeúntes ayudaron con RCP a las personas que podían tratando de reanimarlos, el bloqueo de las principales vías también impidió que los paramédicos llegaran a tiempo. Muchos murieron de asfixia. 

Las muertes deben verse como un “desastre provocado por el hombre”, señaló Lee Changmoo, profesor de planificación urbana en la Universidad Hanyang de Seúl.

El Gobierno de Yoon Suk-yeol ha desplegado un equipo de 475 efectivos. Además, 44 testigos han sido entrevistados, se están analizando fragmentos de videos subidos a redes sociales y el material de por lo menos 42 cámaras de seguridad está siendo revisado. 

Las acusaciones de que hubo personas que comenzaron a empujar con dureza a otras dando origen a la avalancha todavía no se han constatado, según aclaró el responsable del equipo de investigación, Nam Gu-jun.

En los dos años anteriores, los preparativos de las autoridades para las celebraciones de Halloween se enfocaron en la prevención de los contagios de Covid-19. Los funcionarios revisaban con lupa que los establecimientos como bares, restaurantes y clubes nocturnos cumplieran con las reglas de distanciamiento social, pero la actual situación se suma a la lista de aplastamientos que tiene Corea del Sur, aunque ninguna tan mortal como esta.

En 2005, 11 personas murieron y decenas resultaron heridas en un concierto de pop durante una aglomeración multitudinaria en la ciudad sureña de Sangju, y en 1960, 31 personas fallecieron después de ser aplastadas en las escaleras de una estación de tren cuando grandes multitudes se apresuraban a abordar una de las rutas durante las festividades del Año Nuevo Lunar.

Sin embargo, este fue el peor desastre del país en casi una década tras el hundimiento del ferri Sewol, en el que perdieron la vida más de 304 personas, la mayoría de ellos estudiantes de secundaria. 

Por Juan Pablo Lucumí-France24 con AP, EFE y medios locales