Fue considerada una de las cincuenta personas más bellas del mundo mientras recorría un trayecto ascendente hasta que un accidente cerebral sin secuelas mostró que hay muchas formas de coartar una carrera.
Ante la sola mención de su nombre, siempre la veremos con esa mirada desafiante mientras se cruzaba de piernas ante un grupo de policías -Michael Douglas entre ellos- que apenas podían disimular su perturbación. Sharon Stone es tan buena actriz que ese cruce de piernas quedó tatuado en la historia del cine. Superó la excelencia de los diálogos de Joe Eszterhaz (“Yo no era su novia. Solo me acostaba con él”. Uno de los policías, escandalizado, le pregunta: “Qué ¿acaso es una profesional?” Y ella responde: “Solo una aficionada”).
Por encima de todo, estableció un equívoco legendario puesto que, en el momento en que Stone descruza las piernas con alevosía, lo cierto es que no se le ve nada de lo que se supone. El público sabe que ella está desnuda debajo del vestido porque la vio al vestirse: todo lo demás es deducción y picardía.
Bajos instintos ha sido un antes y un después en la carrera de Sharon Stone. Además de Paul Verhoeven trabajó con Martin Scorsese, Sam Rami, Jim Jarmush y Barry Levinson entre otros. Compartió cartel con Arnold Schwarzenegger, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Sylvester Stallone, Gene Hackman y Leo Di Caprio entre otros. Su carrera iba en ascenso tanto en el cine como en la televisión (Law & Order: Special Victims Unit, Magnum P.I., Mike Hammer).
Tuvo su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, fue nombrada Oficial de la Orden de las Artes y las Letras en Francia y figuró, en 1992, entre las 50 personas más bellas del mundo publcada por la revista People.
Pero en 2001 tuvo un ACV, provocado por un aneurisma en una arteria vertebral. En su debido tiempo se recuperó sin secuelas, pero ya no fue lo mismo en cuanto a su carrera como actriz y en su vida personal: todo su dinero había desaparecido; su casa y todo lo demás estaba a nombre de otras personas. Poco a poco logró recuperarse y volver a trabajar.
“Soy una discapacitada y por eso ahora no me contratan mucho”, declaró en una entrevista a Reuters el año pasado. Ha venido lidiando con esto -medicación y otras indicaciones- a lo largo de los últimos 22 años. Pero este duro episodio despertó en ella una fuerte vocación activista. Trabajó con el ex presidente de Israel y Premio Nobel de la Paz Shimon Peres en la promoción de la paz en Medio Oriente; recibió el premio de la Cumbre de Paz por su trabajo en beneficio de la gente que vive con VIH/SIDA y también apoya varias fundaciones caritativas.
Por lo demás, lentamente, y a pesar de las dificultades, vuelve a trabajar como actriz.
Por Cecilia Absatz-TN