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Sri Lanka, más ajuste o cambio

Dos años después del derrocamiento popular de Gotabaya Rajapaksa, su sucesor Ranil Wickremesinghe busca revalidarse en las elecciones presidenciales del 21 de septiembre desafiado por una oposición que cuestiona el severo ajuste económico que impuso para sacar al país asiático de la crisis con el apoyo del FMI.

Sri Lanka, una excolonia insular británica (1948) de 22 millones de habitantes, geopolíticamente estratégica frente al gigante India, irá a las urnas este 21 de septiembre para confirmar o desplazar al presidente Ranil Wickremesinghe del cargo que heredó tras el derrocamiento su antecesor Gotabaya Rajapaksa en 2022.

Llamada originalmente Ceilán -miembro del Commonwealth británico- y desde 1972 república de Sri Lanka, en la isla conviven una mayoría étnica cingalesa (75%) y un minoría tamil (11%) históricamente en conflicto. Las fuerzas separatistas Tigres de la Liberación del Eelam Tamil (LTTE) fueron derrotadas recién en 2009.

Aunque hoy el factor tamil es menos relevante, tras la independencia la mayoría cingalesa bloqueó el acceso de esa minoría a las estructuras del Estado, lo que tradujo en una Ley Sólo para Cingaleses (Sinhalese Only Bill) en 1956.

En 1972, la Constitución de Sri Lanka favoreció la lengua cingalesa y la religión budista, hasta que en 1976 los Tigres Tamiles se opusieron, tomaron las armas en 1983 y después de 26 años de resistencia armada y atentados fueron doblegados.

Sri Lanka, debajo de la gigantesca India (vividmaps.com)
Sri Lanka, debajo de la gigantesca India (vividmaps.com)

El conflicto con los tamiles tiñó las relaciones con la vecina India (a sólo 31 km). En 1987, la isla y el gigante asiático firmaron un acuerdo bilateral. India desplegó una fuerza de paz en Sri Lanka, pero todo empeoró en 1991, con el asesinato del premier Rajiv Gandhi en un atentado explosivo atribuido a una suicida tamil.

Hasta 2023, India era el segundo destino de las exportaciones de Sri Lanka (por un total de U$S 15 mil millones, como la 76° economía del mundo) con envíos de té, caucho y textiles. El primer comprador es EEUU y el tercero, Reino Unido.

Estas elecciones tendrán un récord de 39 candidatos (35 ya se presentaron en 2019) y 17 millones de votantes registrados

Los principales rivales de Wickremesinghe son el líder opositor Sajith Premadasa, un parlamentario de la clase política tradicional e hijo del expresidente Ranasinghe Premadasa (1989-93), y el izquierdista Anura Dissanayake, el más crítico de las reformas económicas que lograron bajar la inflación pero a un alto costo social. 

Sri Lanka encaró con el actual gobierno la reestructuración de su deuda pública -83 mil millones de dólares, poco más que su PIB- y una reforma financiera, ambas parte de un programa de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) para sacar al país asiático de su peor crisis desde la independencia.

En 2022, la deuda acumulada, la falta de divisas y la recesión inducida por la pandemia derivó en una escasez generalizada de combustible, medicinas, gas de cocina y alimentos que terminó en protestas masivas, algunas violentas, la huida de Gotabaya y la elección de Wickremesinghe por el Congreso.

Con un rescate de U$S 2.900 millones del FMI, Wickremesinghe bajó la inflación de  70% en septiembre de 2022 al 2,4% en julio y se espera que la economía crezca un 3% en 2024, tras contraerse un 2,3% el año pasado y 7,3% en lo peor de 2022. Pero la pobreza trepa a 22% y cingaleses de clase media han ido dejando el país.

En el sistema electoral cingalés, los votantes pueden elegir a tres candidatos de la boleta indicando su orden de preferencia (1, 2, 3). Si un candidato obtiene más del 50% como primer preferido gana los comicios. Si no, los dos primeros suman las siguientes preferencias (2 y 3) de todos los votantes y surge un triunfador.

Alternativa “intermedia”

Wickremesinghe (75, foto) es un experimentado miembro de la dirigencia tradicional de Sri Lanka que se hizo diputado en 1977 por Unidad Nacional (UNP) y fue primer ministro -el más joven del país- en 1983 y hasta 1989 con el presidente Premadasa. Volvió a gobernar otras cinco veces y también a liderar la oposición.

Bajo su presidencia, consiguió reducir la inflación anual de 70% a 5%, recuperó el valor de la rupia, bajó las tasas de interés y logró renegociar la deuda con otros países como Francia y Japón, para empezar los repagos en 2028, mientras sigue negociando con acreedores privados otra mitad del total adeudado.

“Se acabaron las filas para comprar combustible, alimentos y medicinas. La gente tiene dinero en sus bolsillos. Pero tenemos que seguir estabilizando la economía. Acabamos de empezar a trabajar y no podemos detenernos. Votadme para seguir adelante”, argumentó el Presidente en campaña.

Pero las divisiones en el oficialista UNP y el hartazgo de muchos cingaleses con la clase política tradicional de la isla, en particular los jóvenes, conspira contra el intento reeleccionista de Wickremesinghe.

En frente, aparece como primer desafiante Sajith Premadasa (57, foto), líder de la oposición en el Parlamento y del Partido del Poder Popular (UPP) escindido del oficialismo, que encuadra al Presidente como un “sustituto” elegido por la clase dirigente que llevó al país a la crisis y ahora toma el peor camino para resolverla.

“Sri Lanka ha sufrido mucho con las políticas económicas neoliberales de extrema derecha, que básicamente han hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. No estamos de acuerdo con eso. También ha dado lugar a un capitalismo de amigos”, ha dicho Premadasa.

Al mismo tiempo, advierte -en alusión al ascendente candidato izquierdista Dissanayake- que “la vía socialista de extrema izquierda tampoco dará resultados en beneficio del país y de la gente. Así pues, ofreceremos una visión intermedia. Adicionalmente, promete empoderar a la minoría tamil del país (11%)

Con o sin elite

Dissanayake (55, foto), líder del izquierdista Poder Popular Nacional (NPP), ha surgido como una tercera alternativa -especialmente entre los más jóvenes- que rechaza a los partidos tradicionales y los responsabiliza por igual de la debacle económica.

“El pueblo de nuestro país tiene grandes expectativas de cambio. Querían un cambio y nosotros somos los agentes de ese cambio. Todos los demás candidatos son los agentes del viejo, fracasado y tradicional sistema”, argumenta Dissanayake, sin relación previa con sectores empresariales ni del poder establecido.

El NPP de Dissanayake es un movimiento de 21 facciones, incluidos partidos, grupos juveniles, de mujeres, sindicales y de la sociedad civil, cohesionados por el Frente de Liberación Popular donde se formó el candidato. Su programa económico, sin embargo, asume el libre mercado.

En el otro extremo de la oferta, aparece un símbolo del poder político histórico de Sri Lanka, el diputado Namal Rajapaksa (38, foto), el joven hijo del expresidente Mahinda Rajapaksa y sobrino del derrocado Gotabaya, cuya postulación pondrá a prueba definitivamente la legitimidad que mantienen esa élite tradicional.

La familia Rajapaksa dominó la política cingalesa desde que el país se convirtió en una democracia tras independizarse de Reino Unido en 1948. El liderazgo de Mahinda Rajapaksa para poner fin a una guerra civil de 26 años durante su presidencia de 2005 a 2015 llevó a su familia a la cima de su popularidad.