Suecia se unió a la OTAN este jueves 7 de marzo, dos años después de que la invasión rusa a Ucrania le obligara a replantearse su política de seguridad nacional y a concluir que el apoyo de la alianza era la mejor garantía para la nación escandinava. La adhesión marca un punto de quiebre luego de que, durante más de 200 años, Suecia evitara las alianzas militares y adoptara una postura neutral en tiempos de guerra. ¿Cómo cambia el panorama?
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, entregó este jueves 7 de marzo la documentación final al Gobierno estadounidense, el último paso de un largo proceso para conseguir el respaldo de todos los miembros para unirse a la OTAN.
“Lo bueno se hace esperar”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, al recibir de manos de Kristersson los documentos de adhesión de Suecia a la OTAN.
Blinken dijo que “todo cambió” después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, citando encuestas que muestran un cambio masivo en la opinión pública sueca sobre la adhesión a la OTAN.
“Los suecos se dieron cuenta de algo muy profundo: si Putin estaba dispuesto a intentar borrar a un vecino del mapa, entonces bien podría no detenerse ahí”, indicó Blinken.
Para la OTAN, las adhesiones de Suecia y Finlandia -que comparte 1.340 km de frontera con Rusia- son las incorporaciones más importantes en décadas. También es un golpe para el presidente ruso, Vladimir Putin, que ha tratado de impedir cualquier nuevo fortalecimiento de la alianza.
“Hoy es un día verdaderamente histórico. Suecia es ahora miembro de la OTAN”, declaró Kristersson. “Defenderemos la libertad junto con los países más cercanos a nosotros, tanto en términos geográficos como culturales y de valores”.
De esta forma, Suecia se beneficiará de la garantía de defensa común de la alianza, según la cual un ataque contra un miembro se considera un ataque contra todos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dio la bienvenida a Suecia de esta forma: “Hoy tengo el honor de dar la bienvenida a Suecia como aliado 32 de la OTAN. Hace 75 años, cuando se creó la OTAN, el presidente Truman dijo que la Alianza “crearía un escudo contra la agresión y el miedo a la agresión”. Ese escudo –y la seguridad transatlántica– es más fuerte que nunca”.
Hakan Yucel, de 54 años, trabajador informático en la capital sueca, se refirió a la adhesión:
“Antes estábamos fuera y nos sentíamos un poco solos… Creo que la amenaza de Rusia va a ser mucho menor ahora”.
El país nórdico añadiría a las fuerzas de la OTAN submarinos de última generación y una flota considerable de cazas Gripen de producción nacional y sería un enlace crucial entre el Atlántico y el Báltico.
Rusia ha amenazado con tomar “medidas políticas y técnico-militares” no especificadas en respuesta a la decisión de Suecia.
“Entrar a la OTAN es como comprar un seguro, al menos mientras Estados Unidos esté dispuesto a ser el proveedor del seguro”, declaró Barbara Kunz, investigadora del grupo de reflexión sobre defensa SIPRI.
Aunque Estocolmo se ha ido acercando cada vez más a la OTAN durante las dos últimas décadas, la adhesión marca una clara ruptura con el pasado, cuando durante más de 200 años Suecia evitó las alianzas militares y adoptó una postura neutral en tiempos de guerra.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se forjó una reputación internacional como defensora de los Derechos Humanos y, desde la caída de la Unión Soviética en 1991, los sucesivos gobiernos han recortado el gasto militar.
En 2021, su Ministerio de Defensa rechazó el ingreso en la OTAN, pero pocos meses después el gobierno socialdemócrata de entonces lo solicitó, junto con su vecina Finlandia.
“Supongo que [Suecia] tenía que adoptar una postura y estoy contento de haberlo hecho y de que la OTAN nos proteja, porque la tensión con Rusia ha ido en aumento durante un par de años”, dijo Carl Fredrik Aspegren, de 28 años, estudiante en Estocolmo.
Mientras Finlandia ingresó en la alianza el año pasado, Suecia se hizo esperar, ya que Turquía y Hungría, que mantienen relaciones cordiales con Rusia, retrasaron la ratificación de la adhesión sueca.
Turquía aprobó la solicitud de Suecia en enero.
Hungría retrasó su decisión sobre la adhesión de Suecia hasta que Kristersson realizó una visita de buena voluntad a Budapest el 23 de febrero, en la que ambos países acordaron un acuerdo sobre aviones de combate.