Gritos, insultos, amenazas, bocinazos, denuncias, empujones, cortes de tránsito y un amplio despliegue policial fue lo que se vio durante toda la jornada en la zona comercial de Encarnación.
Un jueves de tensión se vivió en la cabecera paraguaya del puente que une Posadas con Encarnación. Una decisión administrativa tomada en base a una sugerencia de la Dirección Nacional de Vialidad prohibió la realización de filas estáticas sobre el viaducto, para evitar que este se dañe con el paso del tiempo. Esto obligó a que decena de miles de automovilistas esperaran su turno para ingresar a la Argentina en suelo encarnaceno. Por decisión de las autoridades paraguayas la espera debió hacerse antes del acceso a la zona de frontera. Esto derivó en un caos anárquico del tránsito.
Gritos, insultos, amenazas, bocinazos, denuncias, empujones, cortes de tránsito y un amplio despliegue policial fue lo que se vio durante toda la jornada en la zona comercial de Encarnación, donde el enojo de los que intentaban trasponer la frontera se acrecentaba a medida que aparecían más denuncias de pedido de coimas para adelantamiento o de que del lado argentino no se activaba una cantidad de casillas acorde a la demanda.
Tres veces los manifestantes cerraron el paso de autos impidiendo que la frontera pudiera ser atravesaba por los pocos suertudos que lograban llegar al portón de acceso a la zona de migraciones paraguaya. De ahí en adelante, todo era un paseo placentero, incluso en el lado argentino, donde decenas de videos virilizados mostraban la tranquilidad con la que la que las casillas habilitadas hacían pasar los autos tras los trámites migratorios.
Cristian Castro, coordinador del Centro de Frontera del lado argentino, dialogó con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7 y explicó porque se estaban produciendo los cortes en la otra orilla del puente. “Es un corte que se disolvió y se volvió a concentrar nuevamente del lado de la cabecera del lado paraguayo, manifestantes que se dicen trabajadores prometen que si no hay autoridades de Paraguay volverán a hacer un corte a las 12 de Argentina. Estamos preocupados porque uno está haciendo todo lo posible para que el flujo sea lo más acelerado de este lado y también del lado paraguayo, y los manifestantes quieren se haga fila sobre el puente”.
Y sobre el cierre del puente explicó que “es una cuestión que escapa al coordinador del lado paraguayo o del argentino porque es algo que está muy detallado en un informe que hizo Vialidad Nacional a través de la Dirección de Grandes Puentes porque siempre estaba esta recomendación y cuando nos pedían algo técnico nunca teníamos una documentación que avalara esta cuestión pero se hizo este informe muy pormenorizado de que por más que el puente sea nuevito, no está diseñado para que haya tránsito estacionado y la gente no entendió”.
Del lado paraguayo la opinión no es la misma, al respecto Daniel Ferreira, vicepresidente de la Cámara de Comercio reconoció en declaraciones a Más Encarnación que “lo de Vialidad fue una recomendación para que tenga mayor durabilidad el puente”, y reclamó por más casillas habilitadas del lado argentino, para provocar mayor fluidez en el paso. El comerciante también se refirió a la reciente polémica desatada por las declaraciones del ministro de Industria, Luis Castiglioni, sugiriendo la construcción de un muro entre Posadas y Encarnación. “Mucho hincapié hicieron los periodistas argentinos sobre ese comentario, pero en realidad nosotros tenemos un muro hace rato que no es de material del lado argentino y se llama Migraciones Argentina, Aduana Argentina y Gendarmería Argentina y a todos los que les compete estar en la cabecera del puente del lado argentino”.
Los problemas para traspasar la frontera entre Argentina y Paraguay, entre Posadas y Encarnación, no son nuevos. Como una especia de nudo gordiano el caos en el puente aparece de una y otra margen del viaducto, según la época del año o la situación económica a uno y otro lado del río. Esto, sumado a la falta de una estrategia conjunta entre los gobiernos de ambos países, que parecen no prestarle la atención adecuada a un problema que para la región se torna cada vez más complejo, y que los gobiernos locales de Misiones e Itapúa no tiene herramientas para resolver, más que tratar de ordenar el caos que se genera por el cuello de botella que representa un puente de dos carriles, son capacidad para filas estáticas y con organismos de migración y aduana que a veces funcionan como tapones más que como fusibles.
Por Damián Cunale-El Territorio