Anoche continuaban los reclamos por las detenciones sin orden judicial y por la búsqueda de paradero de 21 manifestantes. “Continuamos en búsqueda de hermanos y hermanas. Son cerca de 21 personas de las cuales no tenemos datos”, señaló la abogada Marina Vilte.
Hasta el cierre de esta edición, solo 8 de las 23 personas detenidas habían sido liberadas, según confirmó la abogada Marina Vilte, integrante del equipo técnico de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc. A todas estas personas se les acusa por el mismo delito, haber impedido el libre tránsito, pero no se conocen las razones por las cuales 16 no fueron liberadas junto con el resto. Entre las que siguen detenidas, hay una joven madre que está amamantando, y desde hace dos días no puede reencontrarse con su bebé. Además, hay una veintena de personas cuyo paradero se desconoce.
La comunera Carmen Benicio, Santiago Lamas, el turista Cristian Oviedo y los periodistas Camilo Haro Galli y Luciano Godoy, están entre las personas que lograron salir del penal ayer. Entre las que quedan dentro del penal de Alto Comedero “la mayoría son mujeres”, explicó a Salta/12 Marina Vilte. “Continuamos en búsqueda de hermanos y hermanas. Son cerca de 21 personas de las cuales no tenemos datos”, agregó luego en alusión a la escasa información que brinda el fiscal a cargo de la causa, Walter Rondón.
Silvana Llanes, otra abogada del equipo, explicó que la causa abierta a les detenides es la misma para todes y bajo los términos del artículo 194 del Código Penal, por haber interrumpido el libre tránsito. “Una de las detenidas es lactante –advirtió–, no la liberan. No sabemos con qué vara se mide la liberación de los detenidos cuando ya pasaron más de 24 horas. La mayoría de quienes restan liberar son mujeres”.
Ayer cuando fue consultada por este medio Alicia Chalabe, que integra el equipo de abogades de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, estaba yendo a la Unidad de Delitos Complejos en San Salvador, porque allí se encontraba otro detenido. “Nos informan que allí se encuentra un muchacho detenido de apellido Flores (David Flores) y que tiene seis impactos de balines y está quebrado”, informó. “Es una de las 21 personas que estábamos buscando. Intentamos dar con el paradero del resto de las personas de las cuales no tenemos información. No sabemos aún dónde se encuentran”.
Esta veintena de personas cuyo paradero se desconoce completa la cifra de 43 personas detenidas que se informaba la medianoche del sábado.
“No hubo orden de detención”, confirmó la abogada Marina Vilte en diálogo con periodistas en las puertas del penal de Alto Comedero. “No tuvimos respuesta desde la Justicia Federal sobre por qué se dio la orden de reprimir sobre una ruta nacional”, continuó. “Lo único que nos respondieron fue que la orden la dieron autoridades provinciales y que las personas fueron demoradas en flagrancia”. Agregó que como representante de la Mesa Técnica de Salinas Grandes, no recibió ningún llamado de miembros del gobierno provincial. “Queremos que actúen en esta instancia organismos internacionales”, cerró ante la situación que atraviesa la provincia de Jujuy en estos momentos luego de ser aprobada la reforma de su Constitución.
En medio de un clima convulsionado, con piquetes sobre todo en la zona de la Puna, la provincia de Jujuy recibió ayer la visita del secretario de Derechos Humanos de Nación, Horacio Pietragalla, quien visitó a las personas detenidas y se reunió con el fiscal Rondón. Pietragalla dijo después que los detenidos iban a empezar a ser liberados, pero hasta la medianoche se mantenía la detención de 16 personas.
Por otro lado, el Consejo Federal de mecanismos Locales para la Prevención de la Tortura, reunido en sesión extraordinaria, recordó que el Estado tiene la obligación de respetar y garantizar la protesta social, llamó a la “pronta localización de todas las personas que participaron en las protestas, cuyo destino es desconocido por sus familias y comunidades”. También exigió “que se garantice la integridad física y atención médica tanto de las personas detenidas como de todas aquellas que fueron reprimidas durante la protesta”.
Carmen Benicio de la comunidad originaria Quera, Quebraleña y Agua Caliente fue la primera liberada. “Estaba ayudando a un chico que lo estaban reprimiendo”, contó entre lágrimas. “Con el gas (lacrimógeno) alrededor me desvanecí. Me tironearon de los brazos y me subieron a una camioneta. También la agarraron a mi hija (Gabriela Benicio, de 24 años). La golpearon en las piernas”. Alicia Chalabe confirmó que la hija de Carmen tiene muchos golpes, debido a la represión que sufrió al perseguir la camioneta que se llevaba a su madre. “Me asusté mucho, tengo mucho miedo. Temo estar afuera. Nos dijeron que íbamos a salir todas juntas (por los abogados de derechos humanos de Nación que hablaron con ella), pero no fue cierto. No sale mi hija”, y se quebró en llanto nuevamente.
Camilo Haro Galli, periodista de Tilcara contó que fue capturado por estar filmando a la policía mientras reprimía en esa ciudad. “Cada vez hay menos derechos y controlados por una sola persona”, reflexionó minutos después de ser liberado. “Todo puede ser penado, controlado. Es un debilitamiento muy fuerte de la institucionalidad en la provincia de Jujuy. Es un hecho más de una serie, que muestran que la democracia en Jujuy está muy deteriorada”.
Otro relato estremecedor fue el de Cristian Oviedo, un turista bonaerense que viajó al norte argentino aprovechando el Previaje el fin de semana extra largo. Cuando estaban cerca del corte se bajó averiguar qué estaba pasando. “Entonces me agarraron dos policías y me llevan arrastrando a un camión”, contó entre lágrimas. “¡Soy turista no me lleven!”, gritó en vano. “Me subieron a la camioneta ahorcándome por el cuello y cuando una abogada me dijo que mire a la cámara y dijera mi nombre, me taparon la boca, cerraron un telón que tienen esos patrulleros, y me dijeron que no hablara más”. A Cristian Oviedo, como a todos los detenidos esa noche los llevaron al penal de Alto Comedero, después de un breve paso por una comisaría jujeña. En el penal, les quitaron sus pertenencias.
Por Analía Brizuela-Página/12