En el medio de la represión en contra de los jubilados, que dejó a más de un centenar de heridos, detenidos y al fotoperiodista Pablo Grillo gravemente herido, hubo dos hechos vinculados a las fuerzas de seguridad que llamaron poderosamente la atención por su similitud a plantar una prueba o a incitar a la violencia.
El primero ocurrió cuando en un momento, en la plaza de Los Dos Congresos, un grupo de policías y prefectos se preparaba para avanzar a reprimir. En ese momento, una cámara de televisión filmó con claridad como uno de los efectivos deja caer una pistola sobre el césped. Lejos de levantarla, el uniformado la pateó un poco y siguió caminando como si nada pasara junto con el resto de los policías.
El segundo episodio llamativo ocurrió sobre Avenida de Mayo, también cerca del Congreso de la Nación. Cuando los manifestantes se dirigían a Plaza de Mayo escapando de las balas y los golpes y para manifestar frente a la Casa Rosada, pudieron registrar cómo la Policía dejó estacionado un patrullero vacío, llamativamente con las dos puertas abiertas de par en par, y con la sirena encendida. Parecía que estaba listo para que alguien, en el contexto de la represión y la furia, pueda violentarlo. Algo que finalmente ocurrió porque el patrullero terminó dado vuelta y prendido fuego.
Fuente: Página/12