El déjà vu de la Ley Bases altera la previa del Congreso. La matemática que acecha a Adorni y Santilli. El pedido del PRO y la revancha de la UCR.
Casi como un homenaje póstumo a Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, los bloques residuales de la UCR en el Congreso se preparan para apoyar la reforma laboral de Javier Milei y ayudar a coronar, con 40 o 25 años de delay, una cruzada que los dos últimos presidentes radicales intentaron pero no pudieron conseguir y, encima, detonaron crisis políticas que precipitaron el final de los dos gobiernos.
Aun rota y disminuida, enredada en la pelea por el Comité Nacional, la UCR tiene diez votos clave en el Senado para darle a la Casa Rosada el único festejo que le importa a Milei: la reforma laboral. No hay, entre los legisladores radicales, objeciones a ese proyecto oficial pero se filtra otro asunto: 60 días de gracia de Milei en paralelo, se discute la ley de Presupuesto y el OK a la reforma laboral podría ser parte de un toma y daca.
El Gobierno pretende un tratamiento express: el 17 aprobar Presupuesto en Diputados y el 18 avanzar con la reforma laboral en el Senado. El sueño húmedo libertario es cerrar el año con los dos proyectos avanzados aunque asoman algunos ruidos que alteran la luna de miel libertaria. El principal es que la Casa Rosada no avanzó en la negociación con Provincias Unidas (PU), el bloque de gobernadores dialoguistas.
Déjà vu
“Esto no es el verano del 2024”, avisan desde el sector de PU que comanda Gisela Scaglia, la vicegobernadora de Maximiliano Pullaro, la exmacrista que quedó como jefa del bloque en Diputados cuyo principal ariete son los cordobeses de Martín Llaryora y Juan Schairetti. La bancada tiene 18 manos y en interbloque llega a 22. Aunque Diego Santilli habla con los gobernadores, todavía no hubo negociación de fondo.
Pullaro, de hecho, no aceptó una reunión y foto con el ministro del Interior con el argumento de que una cumbre tiene que ser con agenda específica y no un encuentro social. No es nada personal, avisan en Santa Fe, al punto que Pullaro y Santilli compartieron campaña en 2023 porque el actual gobernador tenía el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta, mientras que Patricia Bullrich promovía a Carolina Losada.
Llaryora también tiene un vínculo histórico con Santilli y confía en sus destrezas como negociador pero espera que la presencia del “Colo” derive en algún beneficio para Córdoba. “El Colo sale de gira, anota, habla con Caputo y con Guberman (Carlos, secretario de Hacienda), pero todavía no trajo nada”. La sobreexpectativa de los gobernadores con Santilli puede, al final del día, convertirse en un problema.
Matemática fina
En crudo, el Gobierno tiene 128 votos para encarar la aprobación del Presupuesto 2026. Ahí están los 95 de LLA, 6 de la UCR violácea y 12 del PRO que preside Cristian Ritondo. Al panoficialismo se le suman 2 del MID, 3 tucumanos de Osvaldo Jaldo, 3 catamarqueños de Raúl Jalil y 7 salteños y misioneros de Innovación Federal. La cuenta es fácil y, de arranque, el gobierno tiene muchas ventanillas adonde ir a buscar el voto que le falta: 2 del sanjuanino Marcelo Orrego, el santacruceño Claudio Vidal o el neuquino Rolando Figueroa.
Ese escenario es incierto: en medio de la luna de miel, con Milei montado a la fantasía eternista y Martín Menem subido a la reelección, puede volverse riesgoso ir a una votación clave con la matemática tan fina. “¿Qué pasa si se resfría algún norteño?”, pregunta un operador en referencia a los tigres del norte, los gobernadores Jaldo, Jalil, el salteño Gustavo Saenz y el misionero Hugo Pasalacqua.
La lógica indica que Milei, empoderado de la elección, debería poder demostrar que junta números amplios para sacar lo que llama “reformas estructurales”. ¿Por qué, en vez de jugar al límite, casi sin hablar, el gobierno no negocia con PU y se garantiza la aprobación del presupuesto con más de 140 votos? Hasta acá, negoció con Jalil para tener la primera minoría y autorizó endeudamiento a Córdoba y Santa Fe.
La Libertad Avanza descansa sobre un hecho fáctico: la oposición, con UxP, la izquierda y el PJ de San Luis, no llega a 100 votos por lo que no tiene, siquiera, capacidad de bloque. Está, además, muy lejos de intentar –como ocurrió en 2025– quórum con otros opositores. La oportunidad libertaria tropieza, ahí, con los ruidos internos: no sólo la falta de diálogo con PU sino, además, una tenue rebeldía del PRO.
Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, reclama que el bloque de Diputados pida que el Presupuesto 2026 incluya algún punto referido a la devolución y pago de la “copa” para CABA. Macri tuvo tres reuniones, con Santilli, Adorni y Luis Caputo sin lograr, por ahora, una certeza sobre los fondos para su gestión. Mauricio Macri, más allá de sus tensiones familiares, defiende ese planteo de su primo Jorge.

Por Pablo Ibáñez-Cenital

