Destinos vacacionales de todo el mundo sufren condiciones meteorológicas extremas. El cambio climático no se detiene en ningún lugar. ¿Cómo potencia el turismo el calentamiento global? ¿Existen alternativas sostenibles?
Hasta las catastróficas inundaciones de 2021, el valle del Ahr, en el oeste de Alemania, se consideraba un destino de ensueño para los amantes del vino y del turismo del bienestar. La destrucción causada por las lluvias torrenciales es vista como una señal de que los fenómenos climatológicos extremos podrían volverse más frecuentes en Alemania debido al cambio climático. ¿Cómo puede el valle del Ahr renacer de las ruinas? Aún falta mucho por hacer, pero una cosa está clara: una catástrofe como ésta no debe repetirse. La reconstrucción ha de estar encaminada a convertir el valle del Ahr en una región modelo para un turismo suave y sostenible.
Turismo sostenible: ¿demasiado tarde ya en Mallorca? La isla española se ha visto invadida por el turismo de masas en las últimas décadas. Las consecuencias se hacen patentes en tiempos de cambio climático: la sequía extrema y la escasez de agua se han vuelto un grave problema para la isla, donde el turismo supone una cuarta parte del consumo total de agua.
Apenas hay otro lugar en el mundo donde el cambio climático sea tan evidente como en Groenlandia. Sin embargo, algunos habitantes de la isla también ven oportunidades en el calentamiento global. Y es que el deshielo de los glaciares abre la vía para la extracción de tierras raras y otras valiosas materias primas. Pero la minería es nociva para el medio ambiente y la población. ¿Puede ser el turismo una alternativa sostenible para el clima y la economía?