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Un abrazo, un tiro y un asesino “fantasma”: el crimen de las mil hipótesis en Mar del Plata

A días de cumplirse cinco años del asesinato de Karina Fragoso, la causa no tiene imputados ni pistas. El pedido de justicia de la familia.

El jueves 5 de septiembre de 2019 Karina Fragoso fue asesinada en la ciudad de Mar del Plata. Era de noche y su pareja la estaba esperando en la casa de él, pero apenas se bajó del colectivo, una persona la interceptó en la calle y le disparó a sangre fría en la cabeza.

El asesino se escabulló entre las sombras sin robarle nada a la mujer, que trabajaba como cuidadora domiciliaria y era madre de dos hijos, y sin dejar ningún rastro. Los interrogantes que se abrieron entonces siguen abiertos en una causa que se debatió entre un abanico de hipótesis y actualmente no tiene imputados ni pistas.

“A casi cinco años del crimen no tenemos absolutamente nada, la causa está en ‘foja cero’”, dijo a TN María Eugenia Fragoso, hermana de Karina. Movilizada por la proximidad de un nuevo aniversario, expresó: “No es fácil ningún 5 en el calendario y mucho menos un 5 de septiembre, cada vez que se acerca esta fecha resurgen muchas cosas. El duelo es algo para toda la vida”. Así también la necesidad de verdad y Justicia.

El abrazo de la muerte

Una cámara de seguridad fue la única testigo aquella fatídica noche cuando Karina descendió del colectivo y empezó a caminar sola por la calle México en dirección a la casa de su novio. El agresor la alcanzó antes de que cruzara la esquina de Garay. No hubo golpes, ni gritos ni una discusión previa al “abrazo” que selló su suerte. Ese gesto fue lo último que registró la grabación, antes de que el cuerpo de la víctima quedara tirado en la calle y la misteriosa figura desapareciera de la escena.

Un vecino que pasaba por el lugar encontró a la mujer inconsciente y una ambulancia poco después la trasladó de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) Dr. Oscar Alende, pero ya era demasiado tarde.

“Ella ingresa al hospital como un accidente en vía pública, no como herida de bala. Eso lo determinan después”, explicó su hermana María Eugenia, y agregó: “Entonces todo se hizo mal, no se activó ningún protocolo, no se preservó la escena del crimen”.

Karina fue asesinada de un disparo en la cabeza. (Foto: gentileza María Eugenia Fragoso).
Karina fue asesinada de un disparo en la cabeza. (Foto: gentileza María Eugenia Fragoso).

El registro de la cámara de seguridad permitió conocer la mecánica del asesinato, ya que las imágenes captaron el momento en el que el agresor cruza su brazo izquierdo por sobre la espalda de la víctima y se pierde de vista. Fue entonces cuando disparó.

Después, la autopsia determinó que Karina recibió un balazo en su nuca, a distancia corta, que generó el orificio de entrada y salida que terminó con su vida casi en el acto. Los médicos no tuvieron oportunidad de revertir el daño causado por el proyectil.

Las mil y una hipótesis

Sin descartar ninguna hipótesis, las primeras sospechas apuntaron a un posible crimen por encargo, una venganza vinculada a algún tipo de conflicto personal, pero no se encontraron elementos en la investigación que alimentaran esa teoría.

“(Fragoso) era una persona trabajadora, sin ningún tipo de indicador a la vista que la puedan llegar a poner en el ojo de un sicario”, señaló oportunamente a TN el fiscal Leandro Arévalo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7.

La causa se inclinó entonces a un intento de robo, pero esa línea se desdibujó rápidamente porque a la víctima no le faltaba ninguna de sus pertenencias cuando la encontraron. Se especuló también con la figura de un asesino hombre y finalmente detuvieron a dos mujeres: Eugenia Natividad Argañaraz y Valeria Soledad Álvarez, acusadas de homicidio y encubrimiento, respectivamente.

Los numerosos antecedentes penales de Argañaraz y la declaración de tres testigos de identidad reservada las habían colocado en la mira de la Justicia, pero se probó que ambas habían pasado la noche del 5 de septiembre lejos de la escena del crimen y recuperaron la libertad a menos de un mes de la detención.

La investigación entró así en un callejón sin salida. “Nunca encontraron el arma, se había limpiado la sangre en la escena del crimen…”, detalló María Eugenia sobre algunos de los obstáculos que frenaron el avance de la causa. Toda la expectativa se concentra en una filmación que aportó un vecino, tal vez la clave para identificar al homicida, pero la mala calidad de la imagen atentaría contra esta posibilidad. “Sin eso es muy difícil que puedan armar un identikit”, remarcó.

El Ministerio de Seguridad bonaerense ofreció una recompensa de $5 millones para esclarecer el caso. (Foto: gentileza María Eugenia Fragoso).
El Ministerio de Seguridad bonaerense ofreció una recompensa de $5 millones para esclarecer el caso. (Foto: gentileza María Eugenia Fragoso).

Acompañada por la Asociación Civil apartidaria Usina de Justicia, María Eugenia y su hermana Paula Fragoso le pusieron el cuerpo durante los cinco años que pasaron a la lucha por conocer la verdad de lo ocurrido con Karina. El Ministerio de Seguridad bonaerense ofreció una recompensa de 5 millones de pesos para quien aporte “datos fehacientes que permitan esclarecer el homicidio”, pero las respuestas siguen sin aparecer.

En relación al móvil del crimen, apuntó: “No tenía enemistad con nadie, no debía dinero y no le debían a ella dinero tampoco”. “Nos hemos contado todas las películas habidas y por haber, pero lamentablemente nunca supimos qué pasó”, sostuvo María Eugenia, y arriesgó: “Yo creo que ella estuvo en el lugar y en el momento equivocados”.

En este sentido, señaló que se trataba de “una zona complicada y debería haber estado su pareja esperándola”. “Creo que no fue cuidada, no la cuidó el municipio y no la cuidó su última pareja”, reafirmó.

Karina junto a sus hermanas, María Eugenia y Paula Fragoso. (Foto: gentileza María Eugenia Fragoso).
Karina junto a sus hermanas, María Eugenia y Paula Fragoso. (Foto: gentileza María Eugenia Fragoso).

La ausencia que duele

En septiembre de 2019 Karina tenía 50 años, dos hijos de 27 y 25 años y trabajaba como cuidadora domiciliaria. Hacía poco más de un año que había iniciado una nueva relación y estaban planeando las primeras vacaciones juntos.

“Por qué la mataron…solamente su asesino lo sabe”, lamentó su hermana sobre el final de la nota con TN. “Ojalá algún día pudiera saber quién fue para preguntarle por qué lo hizo… si no le robó nada por qué matarla así, tan fríamente”, completó.

A cinco años del crimen, María Eugenia manifestó: “Uno aprende a vivir con el dolor, pero se la extraña mucho. La ausencia física, lo cotidiano, eso es lo que se extraña”. Además de ser su hermana, Karina era también la madrina de su hijo.

“Ella era alegría, era energía de la buena, era imposible no quererla”, recordó por último. Y concluyó: “La vida continúa porque te obliga a hacerlo, pero uno continúa roto, diferente. Se dice que el tiempo cura todo, pero yo creo que acentúa aún más la ausencia”.

Por Luciana Soria Vildoza – TN