Liu Zhijiang tiene 66 años y vive en Tierra del Fuego desde 1994. Su propio barco, el Tai An, fue sorprendido con esa cantida de pescado cuya captura está regulada. El caso derivó en la renuncia de un funcionario de Pesca y otro de Cancillería. Quién es este coleccionista de obras de arte, dueño de un hotel, un emprendimiento inmobiliario y una casa de cambio.
Hace un año, Liu Zhijiang estaba obsesionado por contarle al mundo que tenía en su poder –en la ciudad de Ushuaia– un cuadro de Rembrandt, el pintor neerlandés y uno de los mayores exponentes del período barroco. Por eso pedía que las entrevistas, con la obra presente, se realizaran en lugares seguros y preestablecidos. Sin embargo, cuando este periodista acudió a la cita unos minutos antes de la hora pautada se encontró con la siguiente escena: el empresario de origen chino, nacido en Beijing hace 55 años y afincado en Tierra del Fuego desde 1994, avanzaba por la vereda a paso veloz, con el cuadro cargado como una ventana, sin protección ni resguardo de ningún tipo.
Algo de esa especie de improvisación, de carrera arriesgada y de algunos datos verdaderos mezclados con otros falsos, parecen explicar la realidad de Zhijiang en 2024, cuando la fama no le llegó de la mano de su supuesto Rembrandt, sino de las actividades del buque factoría Tai An, propiedad de su empresa pesquera Prodesur, con asiento en la capital fueguina.
Es que además de sus ansias de coleccionista de obras de arte, escritor y productor de películas, Liu es ingeniero pesquero y Prodesur es la pieza fundamental de sus negocios en el sur del sur.
El Tai Aian se autopromociona como el “único barco de Sudamérica” dedicado a la elaboración de surimi –esos varas de pescado de apariencia imprecisa– a bordo, a partir de la pesca de las especies polaca y merluza de cola.
El buque también captura y procesa merluza austral, abadejo y savorín, entre otras, además de producir harina de pescado, un producto de alta demanda.
Por otro lado, Zhijiang es propietario del Hotel Antártida, ubicado en pleno centro de Ushuaia sobre la calle Rivadavia, a 150 metros del Canal Beagle, y en un local contiguo funciona una “agencia de cambio” donde acuden por dólares blue desde vecinos con ahorros modestos hasta encumbrados funcionarios y, por supuesto, turistas.
Hace un tiempo que el empresario también diversificó sus actividades para incursionar en el rubro inmobiliario, con lo que a su vez regentea un emprendimiento de nuevas casas y terrenos situado cerca del ingreso a Ushuaia.
Denuncia y renuncias
Los problemas para Lui empezaron a mediados de este mes, cuando a partir de una foto publicada en redes sociales por un marinero del Tai An y de otros datos extraoficiales, tres empresas pesqueras (Argenova, Estremar y Pesantar) denunciaron que el barco estaba pescando ilegalmente merluza negra (un producto muy codiciado que ronda los $ 9.000 el filet) por encima del cupo autorizado por las regulaciones. Los primeros datos mencionaban una cantidad impactante: cerca de 140 toneladas destinadas a su exportación en el mercado norteamericano y chino.
La denuncia recayó en la Dirección Nacional de Control y Fiscalización Pesquera, a cargo de Julián Suárez, quien decidió ordenar el regreso del buque al puerto.
Después se produjo una confusa intervención que todavía no fue explicada públicamente: un funcionario de la Cancillería, el Coordinador General Pablo Ferrara Raisberg, intercedió a favor de la empresa pesquera y la orden al capitán del Tai An se limitó a abandonar la zona de captura.
El resultado de esa medida desencadenó la renuncia de Suárez y después la del propio Ferrara Raisberg, con lo que el caso adquirió notoriedad nacional y se restauró la orden de que el barco retornara de inmediato al puerto de Ushuaia.
La semana pasada, en medio de un operativo que convocó al propio subsecretario de Pesca Juan Antonio López Cazorla, la carga comenzó a ser analizada y allí se constataron las irregularidades que habían sido objeto de la denuncia. Toneladas de merluza negra congelada y lista para exportar con el agravante de que más de la mitad (entre el 55 y el 60% según la fuente) corresponde a ejemplares jóvenes, cuya pesca se encuentra expresamente vedada.
“Intencionalidad manifiesta”
Un informe oficial realizado por el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) despejó las dudas sobre lo acontecido.
El relevamiento analizó la actividad del Tai An durante la marea de pesca que fue desde el 4 de febrero al 11 de marzo de este año.
El documento lleva la firma de cinco técnicos del Inidep: Patricia Martínez, Otto Wholer, Gonzalo Tróccoli, Germán Lukaszewicz y Emiliano Di Marco.
Allí se concluye que en el período analizado el barco pescó “175 toneladas de merluza negra, en siete lances de pesca de un total de 72, realizados con red de arrastre de fondo y en un Área de Protección de Juveniles de Merluza Negra a profundidades promedio de 450 metros”.
También menciona que las capturas se llevaron a cabo de manera repetitiva, a pesar de haberse superado el límite de pesca incidental de la especie, lo que “sugiere una intencionalidad manifiesta”.
Además, el informe destaca que el Tai An utilizó una red de arrastre de fondo a profundidades prohibidas, capturando una proporción alarmante de juveniles de merluza negra, lo que contraviene la normativa vigente.
Según el Inidep, el barco carece de CITC (Cuotas Individuales Transferibles de Captura) de merluza negra desde el año 2020, lo que significa que ha incumplido con la Ley Federal de Pesca y otras normativas adicionales.
Multa y ¿recompra?
El secretario de Pesca de Tierra del Fuego, Carlos Cantú, le dijo a este medio que la empresa Prodesur ya fue multada por las autoridades nacionales, a propósito de las irregularidades detectadas con la merluza negra.
El funcionario fueguino reveló que la compañía de Zhijiang recibió una multa de “más de 130 mil dólares”, además de la prohibición de zarpar del puerto de Ushuaia por el lapso de 45 días y del decomiso de la totalidad de la carga ilegal.
Sin embargo, Cantú explicó que, de acuerdo a un procedimiento establecido por la normativa vigente, el empresario tendrá la opción de recomprar la pesca decomisada, a un valor que establecerá la Subsecretaría de Pesca de la Nación. Recién si no lo hace, la mercadería podría ser subastada en un remate público.
“La provincia tiene un observador a bordo de cada buque pesquero y en este caso su informe es coincidente con el del Inidep en relación a la cantidad de merluza negra pescada por encima de lo permitido y a la captura de ejemplares juveniles. Esta es la gran transgresión de la empresa”, detalló el secretario provincial.
También mencionó que la merluza negra se pesca legalmente en profundidades “mayores a 800 metros” por lo que “hacerlo por encima de esos niveles (por ejemplo a 450 metros como el Tai An) es un indicador de intencionalidad.
“Tengo 25 años en el sector y nunca vi un caso como este”, reconoció Cantú, y precisó que Prodesur genera cerca de 200 puestos de trabajo entre tripulantes del barco (80), personal de tierra, de logística y estiba.
Otro dato que no pasó desapercibido fue la mención que hizo Zhijiang al gobernador fueguino Gustavo Melella, durante una entrevista concedida a Clarín.
El empresario dijo que el mandatario intercedió ante las autoridades nacionales para conseguir una cuota de merluza negra en favor de Prodesur.
Cantú dijo desconocer la gestión pero sostuvo que en caso de existir estaría de acuerdo. “Si dependiera de mí yo hubiera hecho esa gestión. La provincia debe propender a que las empresas bajo su jurisdicción maximicen sus actividades. La gestión debe realizarse ante el Consejo Federal Pesquero, que distribuye las cuotas”, señaló el funcionario.
Realidad y ficción
Cuando Liu compró el presunto cuadro de Rembrandt a 15 mil dólares en un local de San Telmo, llevó la obra a la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untres) para que la sometieran a un proceso de limpieza y restauración, y para que le realizaran un análisis de la tela y de los pigmentos.
“Lo único que puedo decir es que en ese estudio no hay ni un indicio ni una mención a Rembrandt, ni siquiera vinculados a la época y al entorno. Esa es una gran confusión que debería ser aclarada por el dueño del cuadro”, explicó después la directora del Centro de Investigación en Arte, Materia y Cultura de la Untres, Gabriela Siracusano, a la agencia Télam.
Gustavo Perino, licenciado en Peritaje y Valuación de Obras de Arte, analizó el cuadro como parte de “Givoa Art Consulting”, una consultora interdisciplinaria a la que acudió el empresario chino.
“Vimos esa obra. Hay cuestiones de confidencialidad que nos impiden ciertas revelaciones. Nosotros hicimos una primera revisión y pasamos un presupuesto para continuar los estudios, porque para comprobar la autenticidad se deben cumplir determinados pasos, pero el cliente desistió porque estaba buscando algo rápido y contundente que no se puede ofrecer desde el punto de vista técnico y científico”, señaló Perino a la misma agencia.
De todas formas, el experto aseguró que la obra “no es del siglo XVII, sino posiblemente de un siglo después”, y mencionó que una pericia adecuada permitiría dilucidar si su origen es italiano u holandés.
De todas maneras, aún hoy Liu asegura poseer un Rembrandt auténtico, titulado “Encuentro de Jacob y Raquel en el pozo de agua” y que retrata una escena bíblica narrada en el Génesis del Antiguo Testamento.
No solo eso. También escribió una novela en honor al cuadro, llamada “El primer amor de Rembrandt en San Telmo”, y espera filmar una película basada en ese texto.
Otro proyecto que lo tiene obsesionado es la apertura de un museo de arte en Ushuaia, donde quiere exhibir su cuadro junto con otros doscientos que integran su colección propia, además de piezas de porcelana china.
En el caso de su cuadro, quizá como en el de la merluza negra, a Liu Zhijiang no le interesan mucho las conclusiones científicas. Prefiere su propia versión de los hechos. Su verdad, aunque sea ficticia.
Por Gabriel Ramonet-ElDiarioAR