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Una tarde de verano, un helado y la peor sospecha: “A mi hija la enterraron”

Natalia Ciccioli tenía 12 años cuando la vieron por última vez en enero de 1994. A casi 3 décadas de su desaparición, el fiscal del caso dijo que investigan una nueva pista.

Natalia Ciccioli tenía apenas 12 años cuando salió de su casa en San Martín de los Andes el 16 de enero de 1994. Era domingo al mediodía y quería ir a tomar un helado al centro de la ciudad, pero nunca más volvió. “Se la tragó la tierra”, decían los vecinos. Para su mamá, Mirta Acosta, la sospecha sobre lo que pasó con ella es su peor pesadilla: “La violaron, la mataron y enterraron su cuerpo para no dejar evidencias”.

Desde aquel día y a lo largo de los más de 19 cuerpos y 4 mil fojas que acumuló la causa que investiga la desaparición de la nena, se barajaron todo tipo de hipótesis. Desde una fuga por su propia voluntad, pasando por un secuestro o que fuera víctima de una red de trata, y hasta el homicidio. “No hay una hipótesis principal. La causa sigue abierta y en plena investigación”, afirmó a TN Fernando Rubio, el fiscal a cargo del caso.

Se hicieron numerosas marchas para reclamar por su aparición y su imagen se viralizó en las redes. Incluso, fue publicada en la página de Interpol. Pese a esto, no hubo nunca un detenido en la causa y su familia no tiene todavía, después de 28 años, la certeza que más necesita: saber si Natalia está viva o muerta, y si es así en dónde están sus restos. “Naty es una herida que no cierra y que no va a cerrar nunca”, aseguró su mamá en una de las últimas entrevistas que dio a los medios.Play Video

Veintiocho años después, una nueva pista

Natalia se fue de su casa aquel domingo cerca de las 14. Sus padres le habían dado dinero para que no se volviera sola caminando y pudiera tomar el colectivo. Cuando se hicieron las 7 de la tarde y la adolescente no había regresado, fue que la preocupación los invadió y empezaron a llamar a todas sus amigas aunque no se suponía que fuera a encontrarse con ninguna. Pero nadie sabía nada de la adolescente.

Yo quiero pensar que al día de hoy Natalia esté viva.

Miguel Ciccioli, padre de Natalia, recorrió entonces todas las radios para difundir la búsqueda y finalmente, ya a punto de entrar en pánico, el matrimonio fue la comisaría a pedir ayuda, pero no les recibieron la denuncia.

La Policía dispuso esperar 48 horas para empezar a buscarla y, cuando comenzaron a hacerlo se concentraron únicamente en la zona del centro, donde supuestamente había ido la chica de paseo. “No se pusieron controles en las rutas porque se lo tomó como una picardía de chicos”, cuestionó en ese momento la mamá de Natalia.

Natalia Ciccioli fue vista por última vez en enero de 1994.
Natalia Ciccioli fue vista por última vez en enero de 1994.

“A partir del año 2006 se retomó a pedido de la familia y con la familia la investigación”, apuntó a este medio el fiscal Rubio en referencia a la reactivación que tuvo la causa, y remarcó: “Se hizo un recorrido de todas las instancias y todas las hipótesis, el legajo está permanentemente sobre mi escritorio”. En ese sentido, dijo -sin dar detalles- que actualmente se encuentran trabajando sobre una nueva pista.

“Yo quiero pensar que al día de hoy Natalia esté viva”, expresó Rubio, consciente, sin embargo, de la falta de resultados con la que han tenido que lidiar durante todo este tiempo. Si bien, explicó, se han investigado siempre y se siguen investigando todas las posibilidades, a esta altura espera “que alguien se quiebre” y aporte una prueba concreta sobre la cual avanzar.

Natalia, presente

La desaparición de Natalia, con los años, inspiró algunos libros y recientemente un cortometraje realizado por estudiantes egresados de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) que días atrás se presentó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

Juan Márquez, director de la pieza audiovisual, contó a TN que eligió el caso de Natalia Ciccioli porque su historia fue lo primero que le llamó la atención cuando se mudó a San Martín de los Andes desde su Zapala natal. “Sobre todo por la edad, porque era muy chica”, señaló el realizador, y subrayó: “Era un compromiso contar esta historia”.Play Video

Así surgió “La brisa que estremece los árboles”, un cortometraje que más allá de darle un cierre a su actividad académica tenía por objetivo “visibilizar la historia de Natalia para no olvidar”.

“Queríamos contar la historia de la madre, cómo es vivir después de la desaparición de un hijo”, explicó Márquez, haciendo referencia al trabajo que llevó a cabo junto con María Rosa Lovato, en guion, y Gustavo Chimento, en producción. Y ese encuentro con la familia de la nena desaparecida dejó, sin dudas, una marca imborrable para ellos.

“Nos acercamos a la familia en medio de la pandemia, fue muy surrealista todo”, relató el joven, a quien le tocó conocer a una Mirta Acosta “totalmente cambiada” y ya viuda, desde hacía algunos años. “Una situación desoladora, una mujer que ha llorado todo”, describió.

Es imposible que alguien desaparezca porque sí, en la mayoría de los casos hay connivencia.

Con el trabajo terminado, Márquez apuntó: “Es imposible que alguien desaparezca porque sí, en la mayoría de los casos hay connivencia”. Sin arriesgar una hipótesis en particular, prefirió especular con la posibilidad de que quizás, el día de mañana, alguien vea su cortometraje “y encuentre a partir de ello la oportunidad de hablar”.

La Ley de “Alerta Nati”

El caso de Natalia impactó fuerte en Neuquén y hubo un antes y un después de su desaparición. Tanto es así que aquella injustificable demora inicial para tomar la denuncia de la familia fue el puntapié para que en 2010 se reglamentara la Ley de “Alerta Nati”, que finalmente entró en vigencia una década después, en 2020.

Se trata de una norma que legisla sobre los procedimientos a seguir ante la desaparición de niñas, niños y adolescentes de menos de 18 años, que obliga a notificar sobre estos casos a los medios de comunicación,al tiempo que deberá publicar la foto y toda información relevante para la identificación del menor desaparecido, “y las vías de contacto en una página web creada a tal efecto, procurando su difusión a través las redes sociales mediante la utilización de perfiles oficiales creados a tal fin”.

“Las zapatillas mías no se las deseo a nadie, que no se las ponga nadie ¡Por Dios, en la vida!”, fue el deseo de Miguel Ciccioli, que hizo público en una de las últimas entrevistas que dio a los medios, sin haber podido encontrar a su hija.

Por Luciana Soria Vildoza-TN