La medida de fuerza afectó al transporte, el servicio de taxis, la salud pública y privada, la actividad bancaria, la educación en todos los niveles y el trabajo en las municipalidades.
Uruguay vivió este martes un nuevo paro general de 24 horas convocado por la central sindical, el PIT-CNT, en rechazo al proyecto de ley de reforma jubilatoria. El proyecto, promovido por el gobierno de Luis Lacalle Pou y resistido por los gremios y la oposición, aumentaría la edad de retiro de los trabajadores de 60 a 65 años. En paralelo con la medida de fuerza, el plenario de la Cámara de Diputados vota para darle media sanción al proyecto.
“Ajuste fiscal encubierto”
El presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, dijo que se sumaron a la medida de fuerza “todas las ramas de actividad” e indicó que el paro fue “amplio y contundente”. “Esto es una demostración de protesta y al mismo tiempo un acto importante con todas las organizaciones sociales”, sostuvo el referente sindical. Los trabajadores se concentraron el martes por la tarde cerca del Palacio Legislativo.
Se trata de la tercera huelga general contra el proyecto de reforma jubilatoria del gobierno y afectó al transporte, el servicio de taxis, la salud pública y privada, la actividad bancaria, la educación en todos los niveles y el trabajo en las municipalidades. También se sumó a la protesta la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay.
El rechazo se fundamenta en que “invita directamente a trabajar más años para jubilarnos y a cobrar menos”, según resumió el titular del Sindicato Único de Telecomunicaciones, Gabriel Molina, integrante de la conducción de PIT-CNT. La gremial expresó su rechazo a un “ajuste fiscal encubierto” que representa “el núcleo duro del proyecto de país de avance de la desigualdad”.
Avanza el proyecto
La Cámara de Diputados uruguaya aprobó en general del proyecto de reforma del sistema de seguridad social, que había conseguido media sanción en la Cámara de Senadores el pasado 28 de diciembre. Sin embargo, éste sufrió cambios luego de que Cabildo Abierto y el Partido Colorado, socios de la coalición de gobierno, plantearan modificaciones al texto original.
En la tarde del martes los parlamentarios empezaron a votar el articulado del proyecto que no es acompañado ni por la opositora coalición del Frente Amplio, que gobernó Uruguay entre 2005 y 2020, ni por los sindicatos y los principales colectivos sociales. Se espera que el texto quede definitivamente aprobado este jueves, cuando lo trate la Cámara Alta, instancia a la que debe regresar debido a los cambios sufridos.
La sesión del lunes en Diputados contó con la presencia por algunos minutos de Lacalle Pou, quien había ido al Parlamento a presenciar un acto en conmemoración del 108º aniversario del genocidio armenio, e ingresó después a la sala de la Cámara Baja para ver el debate.
Creada con el aval de una Comisión de Expertos en Seguridad Social, la reforma fue calificada como “necesaria” y “solidaria” por el presidente uruguayo, quien destacó su aprobación como una de las grandes prioridades de su mandato. En cambio, Abdala expresó que constituye un “ajuste fiscal encubierto” y un “recorte de derechos”.
“Es una reforma que nació criticando un presunto déficit en el Banco de Previsión Social y en otras instituciones pero que sin embargo en vez de mejorar la forma de financiación termina recortando derechos”, enfatizó el líder del PIT-CNT, quien agregó: “Se creó un Frankenstein”, sostuvo Abdala.
La reforma jubilatoria modifica la edad promedio actual para el retiro, actualmente en los 60 años. De aprobarse quedará fijada en 61 años para los nacidos en 1973, aumentando en forma escalonada un año para finalizar en los 65 años para los nacidos a partir de 1977.