Las empresas de logística y servicios hidrocarburíferos dejan el Golfo San Jorge rumbo a la cuenca neuquina. Gremios en alerta. Millones de dólares en danza.
El marcado crecimiento de los niveles de actividad de Vaca Muerta está cambiando en forma acelerada el foco geográfico del negocio hidrocarburífero y deja expuesto un “daño colateral” que afecta cada vez más a la provincia de Chubut que gobierna el massista Mariano Arcioni. Atraídas por la creciente demanda de las productoras de crudo y gas que están dispuestas a pagar valores más altos, las empresas proveedoras de servicios petroleros y logísticos están migrando sus equipos y planteles operativos desde la zona del Golfo San Jorge a la cuenca neuquina.
Ese éxodo se viene acentuando desde mediados del año pasado y puso en estado de alerta tanto al gobierno de Chubut como al gremio petrolero y a las empresas locales que viven al ritmo de la actividad extractiva de las compañías asentadas en la provincia patagónica.
En los últimos 20 años, el Golfo de San Jorge ostentó el título de ser la principal cuenca petrolífera productiva del país. El panorama comenzó a trastocarse desde hace tres años por la doble incidencia de una caída en su nivel de actividad y el despegue registrado en Vaca Muerta que llevó a Neuquén a ocupar el primer puesto en el podio de las provincias hidrocarburiferas.
Los datos difundidos en la última semana por la Secretaría de Energía que conduce la salteña Flavia Royón mostraron que en 2022 la producción neuquina alcanzó un récord histórico de 15,7 millones de m3 de crudo, un 176% más que la marca productiva que había tenido en 2017.
Por el lado gasífero, el aporte de Vaca Muerta también contribuyó a mejorar los números de la cuenca neuquina. La producción de gas el año pasado llegó a la cifra récord de 30.660 millones de m3 de gas, un 16,4% más que en 2021.
Además, la declinación de los yacimientos convencionales y los altos niveles de productividad de Vaca Muerta provocaron que Neuquén desplace a Chubut del ranking de las mayores provincias exportadoras de crudo.
Las estadísticas del período enero-noviembre de 2022 arrojaron que las exportaciones de crudo de Neuquén totalizaron 2,27 millones de metros cúbicos y representaron una facturación total de US$ 1.363 millones. En el caso de la Cuenca del Golfo San Jorge, las ventas al exterior alcanzaron 1,5 millones de metros cúbicos de crudo y dejaron un ingreso equivalente a US$ 954 millones.
Esos datos contrastan de manera significativa con lo que pasaba hace apenas un año cuando las exportaciones que salieron los pozos de Chubut ascendieron a US$ 779 millones, mientras que las de Neuquén apenas llegaron a US$ 191 millones.
Esos cambios en el mapa productivo provocaron que varias empresas de servicios petroleros que tenían sus principales bases de operaciones en Comodoro Rivadavia tomaran la decisión de empezar levantar los campamentos para trasladarse a la cuenca neuquina.
Esa migración hacia la nueva meca hidrocarburifera de Vaca Muerta se ha visto apuntalada por las restricciones a las importaciones y la falta de dólares que frenan el ingreso de nuevos equipamientos y elementos de apoyo a la actividad petrolera.
Las filiales locales de las grandes empresas de servicios petroleros y logísticos que operan en el país no tienen alicientes para invertir y traer más “fierros” y equipos de trabajo porque no pueden remitir al exterior el pago de los créditos tomados, ni las utilidades y ganancias de sus actividades locales.
Entre las compañías que ya se mudaron a Neuquén y las que anunciaron que darán ese paso en las próximas semanas se encuentran Schlumberger, Halliburton, Weatherford, Baker, Superior, Calfrac y San Antonio.
En el caso de San Antonio, el sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut que comanda Jorge Ávila llevó adelante una movida para bloquear el traslado de equipos y motobombas que estaban embaladas para partir hacia Neuquén.
Tras la reclamar la intervención del gobierno provincial, Ávila advirtió: “Estamos ante una situación muy crítica y si no defendemos ahora la industria hidrocarburífera local, en junio la caída del trabajo será trágica”. El dirigente gremial destacó que “la empresa DLS venía operando con 14 equipos de perforación y hoy solo tiene dos en actividad, mientras que YPF bajó de cinco a una sus perforaciones. Las proveedoras de servicios petroleros ganan mucha más plata en la cuenca neuquina y por eso se están yendo de Chubut”.
Por su parte, el gerente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) Seccional sur, Conrado Bonfiglioli, alertó que “sin beneficios impositivos, la actividad petrolera en Chubut se puede reducir muy fuerte en los próximos cinco o seis años y esto va a ser un gran problema económico para todos los sectores”.
“Lo que está sucediendo en Neuquén es absolutamente contundente y los números mandan. Nosotros hemos sido la cuenca del país con mayor producción de petróleo durante 100 años, pero hoy hemos dejado de serlo”, reconoció el especialista.
Tras admitir que “las empresas irán a trabajar donde cuenten con mayores frutos económicos”, Bonfiglioli planteó la necesidad de aplicar un esquema similar al que rige en Canadá, donde las empresas pagan regalías diferenciadas durante algunos años, hasta que las inversiones pasan a ser rentables.
Por Antonio Rossi – LetraP