El presidente venezolano ordenó a más de 5.600 militares participar de ejercicios militares como “respuesta a la provocación y amenaza del Reino Unido”.
El Gobierno de Venezuela consideró este jueves como una “provocación hostil” la llegada de un barco de guerra de Reino Unido a las costas de Guyana, en medio de la tensión entre ambas naciones por la controversia territorial por el Esequibo, un territorio rico en petróleo, y movilizó a militares para que participen en ejercicios en la costa este del país.
Guyana respondió que la presencia del buque británico fue planificada “hace mucho tiempo” y que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, “sabe” que Georgetown no tiene “ningún plan” de atacar a Venezuela.
Maduro dijo que ordenó a más de 5.600 militares participar de ejercicios militares como “respuesta a la provocación y amenaza del Reino Unido”.
“He ordenado la activación de una acción conjunta de toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana sobre el Caribe Oriental de Venezuela, sobre la fachada atlántica, una acción conjunta de carácter defensiva y como respuesta a la provocación y a la amenaza del Reino Unido contra la paz y la soberanía de nuestro país”, dijo Maduro en una cadena de radio y televisión, en la que mostró imágenes de navíos y aviones de guerra patrullando la zona.
En paralelo, el canciller venezolano, Yván Gil, publicó en la red social X que su país rechazaba “de manera categórica la llegada del buque HMS Trent, de la Armada Británica, a las costas de Guyana, lo que se convierte en un acto de provocación hostil y una violación a la reciente Declaración de Argyle, asumida como una hoja de ruta para abordar la controversia territorial por la Guayana Esequiba entre Venezuela y Guyana”.
“Estas son medidas que fueron planificadas hace mucho tiempo y que son rutinarias y parte de la construcción de nuestra capacidad de defensa”, dijo más tarde el vicepresidente de Guyana, Barrat Jagdeo, en conferencia de prensa.
“No planificamos invadir Venezuela, el presidente Maduro lo sabe, no tenemos ningún plan de tomar acción ofensiva en contra de Venezuela”, insistió Jagdeo, quien descartó que fuera a cancelarse “la actitivad programada” con los británicos, según la agencia de noticias AFP.
El domingo trascendió que el patrullero británico HMS Trent tenía previsto participar en maniobras militares después de Navidad con otros aliados de Guyana, que fue una colonia británica hasta 1966, sin precisar cuáles serían esos otros países.
Para Caracas, “la presencia de la nave militar es extremadamente grave, ya que viene acompañada de declaraciones por parte de voceros políticos y militares de quien fungió como despojador de la Guayana Esequiba, el cual insiste en inmiscuirse en dicha controversia”, según el comunicado que adjuntó Gil en su publicación de redes sociales, según la agencia Sputnik.
El Gobierno venezolano manifestó en el documento que estas declaraciones están sincronizadas con las acciones del “Comando Sur de los Estados Unidos, lo que se convierte, a todas luces, en una amenaza directa a la paz y la estabilidad de la región”.
Por ello, Venezuela instó a Guyana a tomar acciones inmediatas para el retiro del buque y abstenerse de seguir involucrando potencias militares en la controversia territorial y a continuar con la vía del diálogo directo entre las partes.
Asimismo, el Gobierno advirtió en el texto a los miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que estas acciones son contrarias al espíritu de paz y entendimiento que surgió de la reunión que se realizó el 14 de diciembre en San Vicente y las Granadinas.
El envío del barco de guerra británico a Georgetown se produjo dos semanas después del encuentro que sostuvieron Maduro y el presidente de Guyana, Irfaan Ali, en el que acordaron que ambos países “directa o indirectamente no se amenazarán, ni utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia”.
Además, convinieron que cualquier controversia entre los dos Estados se resolverá de conformidad con el derecho internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Desde hace más de 100 años Venezuela y Guyana mantienen un diferendo sobre la soberanía de la Región del Esequibo, que abarca unos 160.000 kilómetros cuadrados al oeste del río del mismo nombre.
La disputa por el Esequibo no causó problemas entre ambos países vecinos ni para el resto de la región hasta 2015, cuando se descubrió un gigantesco yacimiento de petróleo -considerado la segunda mayor reserva mundial- en una zona del océano Atlántico correspondiente al área en cuestión.
Tras el fracaso de varias iniciativas para resolverlo, Guyana llevó en 2020 el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU, que en un fallo reciente pidió “abstenerse de cualquier acción que modifique la situación actualmente vigente en el territorio en disputa”, pero Venezuela reiteró que no reconoce la competencia de ese tribunal.
El conflicto territorial se remonta al siglo XIX, cuando un fallo de 1899, defendido desde Guyana, estipulaba que Venezuela renunciaba al Esequibo, aunque más tarde se retractó de ello.
Caracas, por su parte, se apoya en el Acuerdo de Ginebra de 1966 firmado entre el Reino Unido -antigua potencia colonial de Guyana- y Venezuela, en el que reconocían al Esequibo como un territorio en disputa.