El gobierno de Nicolás Maduro anunció la partida de sus representantes de esos países, además, de Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay y denunció “injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington”.
El canciller de Venezuela, Yvan Gil, exigió el retiro de todo el personal diplomático de la Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay que se encuentre en Caracas, a la vez que anunció la partida de sus representantes de esos países después de que sus gobiernos cuestionaran la reelección del presidente Nicolás Maduro.
“Venezuela expresa su más firme rechazo ante las injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, tratando reeditar el fracasado y derrotado Grupo de Lima, que pretenden desconocer los resultados electorales”, expresó el ministro.
Gil resaltó que los comicios de este domingo “dieron la victoria como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, para un nuevo Periodo Constitucional 2025-2031”.
Horas antes, el gobierno de Javier Milei anunció que “rechaza y desconoce” el resultado electoral en Venezuela que le dio la victoria a Maduro, a quien acusó de “despreciar una vez más la voluntad del pueblo de vivir” en una nación “libre, próspera y democrática”.
Al respecto, el gobierno nacional instruyó al Encargado de Negocios en Caracas a “no participar del acto de proclamación de la candidatura oficialista convocado por las autoridades venezolanas en el día de la fecha”.
“La República Argentina considera indispensable que se permita el acceso de la oposición a las actas de escrutinio así como insta a las autoridades venezolanas a respetar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del cual es Parte, en especial su artículo 25”, expresó la Cancillería en un comunicado.
La cartera que comanda Diana Mondino, a su vez, condenó “enérgicamente el accionar del presidente Maduro que, tal como se esperaba, ha despreciado una vez más la voluntad del pueblo venezolano de vivir en una Venezuela libre, próspera y democrática”.
“La proscripción y persecución de opositores políticos, la sistemática violación de los derechos humanos, el rechazo de la presencia de veedores y prensa extranjeros, así como las mismas trabas impuestas al registro en el exterior de sus conciudadanos para impedirles votar, eran claros indicios de que estas elecciones no serían democráticas ni transparentes”, señaló.
“A pesar de eso muchos miembros de la comunidad internacional, incluida la República Argentina, eligieron confiar en que, en ese mínimo espacio de participación que quedaba, era posible un cambio para Venezuela”, agregó.
La Cancillería recordó que “ha denunciado en forma enfática y permanente todas estas irregularidades y el creciente deterioro de la situación política y humanitaria en Venezuela, no sólo en palabras sino también a través de hechos concretos como el asilo diplomático otorgado a dirigentes de la oposición, a quienes después de cuatro meses aún no se les otorgó el salvoconducto para poder retirarse de forma segura del territorio venezolano”.
Por último, remarcó en el comunicado que Argentina “continuará apoyando decididamente el anhelo de libertad del pueblo venezolano y hace un llamado a la comunidad internacional en su conjunto para que se desconozca el fraudulento resultado de estas elecciones”.
Más temprano, los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay habían exigido la “revisión completa de los resultados” electorales en Venezuela.
“Nuestros gobiernos solicitarán una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para emitir una resolución que salvaguarde la voluntad popular”, dijeron, luego de que el Consejo Nacional Electoral venezolano, controlado por el chavismo, declarara ganador de las presidenciales a Nicolás Maduro.
“El conteo de votos debe ser transparente y los resultados no deben arrojar dudas”, señala el texto publicado en medio de denuncias de fraude electoral.
El oficialista CNE anunció en la madrugada del lunes que Maduro había obtenido 5,15 millones de votos (51,2%), frente a 4,45 millones (44,2%) del principal candidato opositor, Edmundo González Urrutia.
China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia felicitaron a Maduro, mientras que el resultado fue criticado por la Unión Europea, que pidió “total transparencia” en el recuento de votos y Estados Unidos, que manifestó su “seria preocupación”.
El canciller uruguayo, Omar Paganini, sumó su voz a la de aquellos que ven con “preocupación” el resultado electoral: “Ese resultado preliminar entre otras cosas ni siquiera suma el 100%, suma mucho más (…) el gobierno de Uruguay, junto con muchos países de la región, vemos con preocupación esto”, dijo.
“Esperamos los números detallados, circuito por circuito, acta por acta, para ver si tiene sustento lo que ayer anunció el CNE venezolano. Todo indica que no lo tiene, y en esa medida se nos hace muy difícil poder dar pasos de reconocimiento a este acto eleccionario”, agregó Paganini.
La resolución que preparan las cancillerías estará “enmarcada en la Carta Democrática y los principios fundamentales de la democracia en nuestra región”, agregó el comunicado.
La Carta Democrática de la OEA es un mecanismo al que se apela para definir casos de alteración o ruptura del hilo democrático y constitucional en un Estado miembro.
Fue invocada en 2016 por el secretario general Luis Almagro para referirse a la crisis en Venezuela. El gobierno de Maduro acusó entonces al organismo multilateral de “injerencista” y de ser un “espacio de dominación imperial” y solicitó salirse de la OEA en 2017, lo cual se formalizó dos años después.