La vicepresidenta separó seis legajos de más de 300 que fueron aprobados por la Comisión de Acuerdos del Senado. Dijo que fue por “falta de consenso”. Entre los afectados está Jorge Berredo, comandante operacional de las Fuerzas Armadas; y Juan Carlos Coré, número 3 de la Armada
La vicepresidenta Victoria Villarruel tomó una decisión de alto impacto, sin estridencias. Tan sigiloso fue que pasó debajo del radar del kirchnerismo. El freno de seis ascensos militares que se conoció el fin de semana ocurrió sin que en la Comisión de Acuerdos del Senado se escuchara ninguna alarma. Fueron seis altos jefes que tuvieron “bolilla negra”, pero dos generaron sorpresa e intriga en el seno de las Fuerzas Armadas: el general de brigada Jorge Berredo y el contraalmirante Juan Carlos Coré fueron excluidos de los 309 pliegos que se aprobaron la semana pasada. Pero no fueron los únicos.
El general Berredo es el Comandante Operacional de las Fuerzas Armadas y ocupa el tercer lugar en el Estado Mayor Conjunto, detrás del brigadier general Xavier Julián Isaac; y del contraalmirante Marcelo Dalle Nogare. El contraalmirante Coré es Comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada Argentina, número tres de la Marina, detrás de los contraalmirantes Carlos María Allievi y Marcelo Flamini. Son dos militares de peso que por distintos motivos quedaron a un paso del retiro efectivo, pese a que unos meses atrás habían sido ratificados en sus cargos.
La vicepresidente adjudicó oficialmente a una supuesta “falta de consenso” su decisión de excluir a esos altos jefes de los pliegos que fueron discutidos y aprobados por mayoría el jueves pasado. El mismo argumento se esgrimió con los generales de brigada Roberto Agüero y Aldo Ferrari y con los coroneles mayor Gustavo Sívori y Héctor Tornero, que también fueron separados. Pero detrás hay motivaciones políticas que se confiesan sotto voce.
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Lo cierto es que Villarruel mantuvo el mismo bajo perfil que tuvo al tomar la decisión de separar esos pliegos. Fue una medida quirúrgica, porque para que esos militares puedan ascender habrá que volver a postularlos, convocar a la Comisión de Acuerdos y, después, aprobarlos por mayoría. Los tironeos que hay para que el próximo jueves se traten los ascensos que sí fueron convalidados exponen claramente la dificultad que tiene cada paso que da el Gobierno en el Senado. Es la Cámara donde el kirchnerismo tiene 33 bancas, a sólo cuatro de la mayoría.
En la Cámara alta explican que la vicepresidente le comunicó al ministro de Defensa, Luis Petri, la decisión que iba a tomar y la desvinculan de cualquier intencionalidad política de rivalizar con el Presidente. Es que la interpretación que surge por default -más en cuestiones militares- es que Villarruel busca exponer su influencia en el ámbito castrense y plantear una narrativa autónoma del Gobierno sobre el área que Milei le había delegado en tiempos de campaña.
“La intención es volver a estudiar los pliegos y ponerlo a consideración de los senadores. No había consenso suficiente y para garantizar que se aprueben los ascensos, que están tan demorados, se sacaron. No hay más que eso”, fue la explicación que transmitieron a Infobae fuentes oficialistas en el Senado. Cerca del presidente tampoco hicieron un tema del freno de los ascensos, aunque reconocieron que Milei “no estaba al tanto” de lo ocurrido. “Con Victoria Villarruel está todo bien”, respondió una fuente inobjetable sobre la relación política del jefe de Estado y la vice.
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En el Ministerio de Defensa confirmaron a este medio que la decisión de frenar los ascensos se tomó en el Senado y que esta semana habrá contactos entre Petri y Villarruel para definir el futuro de los uniformados afectados. “Lo trascendente que pasó la semana pasada es que se terminó con la demora del kirchnerismo de dos años en los ascensos. Fue un maltrato que afectó la carrera profesional y hasta los sueldos de los militares que fueron privados de ascender al cargo que les correspondía”, explicaron en el Gobierno. Y agregaron: “Son 309 pliegos y se habla de seis”.
Lo cierto es que en el caso de Berredo, su retiro había sonado a principios de años por dos motivos: porque era superior al actual jefe del Ejército, general de brigada Carlos Presti, y porque se lo identificaba con la gestión del kirchnerismo. “Algunos lo veían como el futuro jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas si Sergio Massa era presidente”, admitió una voz calificada del oficialismo en diálogo con este medio. Desde el Frente Renovador, sin embargo, aclararon que, al igual que Milei, Massa hubiera nombrado al brigadier Isaac en el EMC. “Que busquen otra excusa”, dijeron en el massismo al trascender la versión.
¿El pasado en la Dirección de Inteligencia de la Armada también le jugó en contra para el ascender al contraalmirante Coré? ¿O fue el asesoramiento que brindó a una empresa alemana con intereses en el litio? Son preguntas que no tuvieron respuestas.
Posiblemente el jueves el Senado de la Nación trate en sesión ordinaria los pliegos de los militares que sí fueron aprobados en la Comisión de Acuerdos. Entre ellos está el ascenso del general brigada Presi al cargo de general de división, el del contralmirante Carlos María Allievi a vicealmirante, y de brigadier mayor Fernando Mengo.
La cúpula de las Fuerzas Armadas. El brigadier general Isaac, el brigadier mayor Mengo, el general Presti y el contraalmirante Allievi
Por Facundo Chaves-Infobae