Los conflictos con la planta estatal enturbiaron una relación que venía tirante. Los números que duelen en el búnker verde.
Alberto Weretilneck, gobernador electo de Río Negro, todavía digiere el resultado del 16 abril. Se fastidia porque entiende que el conflicto social, avivado por el reclamo docente, policial y de buena parte de la planta estatal, perjudicó el plan de obtener un resultado a favor más abultado. En su entorno hablan de una relación “casi irrecuperable” con Arabela Carreras, que empezó a diseñar campaña propia para ser intendenta de San Carlos de Bariloche, el municipio más grande y que aporta más votos en la provincia.
El recuento final oficializado por la Justicia Electoral no calmó los ánimos. Ni siquiera recuperar una banca más para el bloque verde, que ahora tendrá 19, le cambió el humor al jefe político del oficialismo rionegrino. El enfrentamiento es tal que hasta se duda de plasmar la transición en una foto como la de Neuquén, en la que viejos enemigos como Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa dejaron por unas horas el pasado a un lado para aplacar tensiones.
“No voy a cogobernar”, fue la primera frase del senador cuando salió a hablar tras el triunfo, pegado a su colega camporista Martín Doñate y al intendente electo de Cipolletti, Rodrigo Buteller. Cada frase alejaba la posibilidad de un acercamiento. La distancia se multiplicó en dos entrevistas la última semana, sobre todo en la que brindó a CNN Radio de General Roca. “Este gobierno es de Arabela Carreras y Alejandro Palmieri, son ellos los que deben solucionar los conflictos”, les enrostró en referencia a la efervescencia gremial que tensó la previa electoral.
Desde aquellas declaraciones, Weretilneck prefirió evitar más ruido en los medios y espera que las negociaciones con la planta estatal y docente finalicen para bajarle el nivel a la tensión en una provincia que fue a las urnas en medio de un polvorín.
Mientras, la sucesora bendecida en 2019 se dedica exclusivamente a Bariloche. El último fin de semana se brindó a recorrer obras de ampliación del hospital andino y a grabar spots de campaña para su candidatura. “Estamos conversando, estamos dialogando sobre el escenario electoral por delante”, adelantó sobre la discusión de las candidaturas barilochenses y a las internas que pueden darse en la localidad que aspira gobernar.
“Estamos muy agradecidos con el pueblo por elegir a Alberto Weretilneck, es la persona capaz de llevar adelante este proyecto político”, dijo Carreras cuando los medios la abordaron y le consultaron sobre la relación con el mentor político de Juntos Somos Río Negro (JSRN). A la alusión de un supuesto cogobierno, respondió con un intento de bajarle el nivel a la confrontación puertas afuera: “Es lo normal, lo que corresponde. Eso sí, compartimos un proyecto político, con ministros que vienen hace muchos años junto a él. La elección es un momento de inflexión”.
Apartados de la interna en el seno del poder, los espacios aliados del “Gran Acuerdo” que tejió Weretilneck analizan el escenario que se abre a partir de diciembre. En el panperonismo y la Unión Cívica Radical (UCR) se frotan las manos por el rol que deberán cumplir ante una Legislatura fracturada en varios espacios.
Si bien el recuento definitivo le dio un escaño más a JSRN, quitándole a Cambia Río Negro representación en el Alto Valle Oeste, el parlamento se presenta como un desafío.
Hasta fin de año, Juntos Somos Río Negro (JSRN) ostentará 28 bancas propias, a las que anexó gran parte de lo que originariamente fue el bloque de Frente de Todos, fracturado en Unidad Ciudadana, el Frente Grande y el Frente Renovador (FR). Como interbloque, que suma votos con diez bancas y vota siempre en coincidencia, es casi una extensión del sello verde. El resto acumula una oposición sin tanto músculo, como la expresión de un justicialismo más ortodoxo que tiene siete escaños. Juan Martín, de Cambia Río Negro, ocupa la banca que completa el total de 46.
Lo que Weretilneck necesita
La voz y los ojos del senador en Viedma, el legislador Facundo López, encarará una trabajosa tarea a partir de la nueva conformación parlamentaria. Inevitablemente acudirá a sus flamantes socios, que aportaron en el caudal del domingo 16 de abril.
Según los datos publicados por la Justicia Electoral, la boleta verde de JSRN obtuvo 113.950 votos, el 31,34%. Sumado al 11,04% de Nos Une Río Negro, el frente del Partido Justicialista (PJ), Nuevo Encuentro y el massismo, llegó al 42,74% en el tramo a la gobernación. Para abajo, los números varían. En concreto, para la Legislatura, el gobernador electo acudirá a su sistema de alianzas para no pasar turbulencias cuando las leyes deban aprobarse.
Cambia Río Negro será otro factor. La bancada, en la que Martín tendrá un rol protagónico, mostrará mayor poder de fuego y revitalizará el papel del cipoleño Aníbal Tortoriello, que se impuso en el kilómetro cero del provincialismo rionegrino y casi le arrebata el municipio. En definitiva, 13 escaños influirán en el armado macro del Poder Legislativo.
Como contó Letra P, Weretilneck sabe que el parlamento dejará de ser una escribanía. La pérdida de diez lugares propios lo obliga a abrir el juego y ya piensa en una agenda a futuro. En coincidencia esta semana volverá a encontrarse con el ministro de Economía, Sergio Massa, al que vio apenas bajaba la espuma del 16 de abril con su amigo Rolo Figueroa.
Por Ariel Boffelli-Letra P