El cordobés quiere terminar con la grieta y el bonaerense, correr a Máximo Kirchner del PJ bonaerense.
El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, sumó un nuevo capítulo a la larga novela que construye en torno a su armado nacional antigrieta y recibió al expresidente Eduardo Duhalde en su despacho de la Casa de la provincia de Córdoba en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Ambos coincidieron en la necesidad de trabajar en un espacio superador, que tenga como meta la producción y el trabajo”, señala el comunicado publicado en las cuentas oficiales de redes sociales del gobierno cordobés.
Hace apenas unas semanas, el ex presidente interino había anticipado que se abocaría a trabajar “para conducir el PJ de la provincia de Buenos Aires”, para que esa estructura sirva de base para construir una fuerza transversal como la que propone el gobernador cordobés.
“Es necesario que nos pongamos a trabajar y evitemos estar todos peleados con todos adentro del partido. Y, rápidamente, una vez que esté organizado, unirnos en una gran coalición con otras fuerzas políticas, como lo hicimos siempre”, había dicho Duhalde, quien a comienzos de año también anunció el lanzamiento del sello político Red Bonaerense, un espacio con “postulados originales del justicialismo”, como publicó Letra P en la nota titulada “Duhalde asoma la cabeza: qué busca y qué tiene”.
Con motivo de ese lanzamiento, su esposa y compañera política, Hilda Duhalde, había puesto en valor el trabajo de Schiaretti, sobre todo luego del anuncio conjunto que había encabezado con el salteño Juan Manuel Urtubey. Semanas después, el cordobés recibió a su par de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, y la semana pasada, a la titular del Partido Socialista, Mónica Fein. Esta semana, por temas impuestos por la agenda de gestión, también sumó un acercamiento con el santafesino Omar Perotti.
Schiaretti suele tener palabras de elogio para con el exgobernador de Buenos Aires cada vez que busca un ejemplo para dar cuenta de la necesidad de un frente antigrieta que sirva para dejar atrás la crisis política que –dice- vive el país. “La última vez que Argentina sorteó una crisis de grandes magnitudes fue cuando Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín se pusieron de acuerdo para la salida de la convertibilidad”, suele decir el cordobés. “No hay ninguna duda de que las cosas se logran si las fuerzas mayoritarias de tradición popular se ponen de acuerdo y consiguen hacer un programa que ponga al país en la senda del progreso, el crecimiento y la justicia social”, dijo en octubre pasado buscando interlocutores en el partido centenario y apuntando, centralmente, a Facundo Manes.
En caso de manifestar su apoyo a una eventual candidatura presidencial de Schiaretti, no será la primera vez que el hincha de Banfield más famoso apueste por un cordobés. A comienzos de 2002, cuando se hacía cargo interinamente del gobierno tras la crisis de 2001, había elegido a José Manuel De la Sota como candidato a sucederlo. Las vueltas del destino hiceron que, tras los números adversos que experimentaba a nivel nacional, el “Gallego” decidiera quedarse en Córdoba. El elegido y sucesor definitivo de Duhalde fue Néstor Kirchner.