La violación del nuevo código de vestimenta e imagen personal conlleva severas represalias que van desde la aplicación de multas hasta trabajos forzados.
Corea del Norte impulsa un estricto código de vestimenta e imagen tendiente a regular con pautas específicas tanto el peinado como los artículos de moda que utilizan sus ciudadanos y residentes. De acuerdo con las nuevas disposiciones, se prohibieron los peinados tipo cresta, así como las prendas que presentan alguna transparencia (más frecuentes en la ropa femenina, aunque no de manera exclusiva), con la particularidad de que “los desobedientes” podrían enfrentar una sentencia de hasta varios meses de trabajos forzados por incumplimiento de las normas.
Las nuevas restricciones en materia de moda e imagen en Corea del Norte involucran una extensa lista de prendas que ya están prohibidas. Entre ellas cabe mencionar las camisas sin mangas, los jeans, las blusas ajustadas, las camisetas con leyendas extranjeras, los pantalones cortos y los bolsos de hombro.
Las estrictas medidas abarcan también los peinados de los residentes, quienes no podrán utilizar pigmentos para teñir el cabello ni presentar un corte de pelo con cresta.
Lo anterior incluye asimismo la prohibición de imitar el peinado del mandatario Kim Jong Un, cuyo corte de pelo dio la vuelta al mundo por tratarse de un look excéntrico con el cual el líder norcoreano busca diferenciarse.
Frente a esto, algunos ciudadanos ya manifestaron quejas frente al nuevo protocolo de vestimenta y cuidado de la imagen personal.
En efecto, varias voces coincidieron en que las reglas no se aplican con el mismo rigor sobre las personas cercanas a Kim Jong Un.
En el periódico Daily Mail reportaron por ejemplo que la hija del dirigente, Kim Ju Ae, recientemente tuvo una aparición pública y llevaba puesta una blusa con mangas semitransparentes, lo que supuestamente representa una grave contravención de las recientes disposiciones oficiales.
“Hasta la hija del líder apareció con una prenda transparente”, graficó un vecino.
En lo que atañe a los peinados, una situación similar involucra a Hyon Song Wol, subdirector del departamento del Partido de los Trabajadores de Corea, quien luce la llamativa cresta prohibida por el régimen norcoreano.
La tendencia cada vez más pronunciada a la uniformidad se extiende hasta los dominios más triviales de la esfera social.
Los cortes de pelo, uno de los rasgos mas notables de la identidad individual, están sujetos a la estricta aprobación del Estado norcoreano. Para definir su peinado, los ciudadanos cuenta con aproximadamente unas 15 opciones avaladas por el gobierno.
La mirada tradicional pretende que los hombres mantengan su cabello corto, mientras que las mujeres disponen en cambio de una gama ligeramente más amplia de opciones, si bien no dejan de estar condicionadas por los modelos autorizados por el Estado.
De esta forma, los “rebeldes” que ostentan peinados no autorizados se exponen a ser castigados, lo cual puede traducirse en la aplicación de multas, trabajos forzados o incluso prisión.
En 2017, el periodista finlandés Mika Mäkeläinen reveló los cortes de pelo que se ofrecían en los salones de belleza de Corea del Norte cuando difundió las imágenes de unos carteles que mostraban los peinados autorizados en aquel entonces.
La cobertura de prensa que realizó el cronista en Pyongyang fue con motivo del Día del Sol, una celebración que conmemoraba los 105 años desde que nació el fundador de la nación, Kim Il-sung.
La regulación de la vestimenta y el peinado revela uno de los mecanismos de ingeniería social que el Gobierno norcoreano promueve para mantener el respeto por las tradiciones y lograr la homogeneidad social, borrando todo vestigio de disenso en la ciudadanía.
Al mismo tiempo se exige modestia y austeridad en el vestir, lo cual se traduce en un rechazo absoluto de las últimas tendencias de la moda occidental.
El año pasado, llegó a plantearse que toda mujer con ropa que no llegue por debajo de la línea de las rodillas, está incumpliendo con los principios de la etiqueta socialista. Gracias a dicha disposición, el Estado norcoreano puede responder a estos supuestos desvíos con severas represalias.