Los restos de Juan Ignacio Castañón fueron hallado por un pescador. Estaba en un lugar recóndito, a 1500 metros de la costa. Al lado de él había cuatro cajas de veneno para ratas y jeringas. La hipótesis principal es muerte por hipotermia, pero no descartan otras teorías.
El lago Falkner, ese hermoso rincón cerca de San Martín de los Andes, se volvió el escenario de un hecho trágico que conmocionó a la provincia de Neuquén. En las últimas horas, encontraron el cuerpo de un hombre que llevaba 15 días muerto. No había sido reportado como desaparecido y crecen las dudas respecto a su fallecimiento.
Según describió el fiscal Manuel González a TN, el cuerpo estaba en un lugar recóndito, a 1500 metros de la costa, en un refugio improvisado, casi desnudo y en medio de temperaturas bajo cero. La hipótesis principal es que murió por hipotermia, pero lo más inquietante del caso es que al lado del hombre encontraron cuatro cajas de veneno para ratas, jeringas y diazepam, por lo que no descartan ninguna teoría.
Todo empezó el martes, cuando un poblador que salió a navegar en lancha por el lago Falkner se topó con un cuerpo sin vida que estaba cubierto con una lona negra. El hombre, al ver la escena, rápidamente dio aviso a los bomberos voluntarios de Meliquina. La noticia no tardó en correr, y al día siguiente, las autoridades organizaron una expedición para recuperar los restos, que fueron sacados de la escena a primera hora del miércoles.
La identidad de la víctima se conoció recién el jueves por la tarde, después de que la fiscalía utilizara una técnica forense llamada identificación necrodactiloscópica, ya que el cuerpo se encontraba en estado de descomposición. El fallecido era Juan Ignacio Castañón, un marplatense que, según los datos de su perfil genético que estaba en una base de datos, tenía 38 años recién cumplidos.
Pero lo que hace este caso aún más inquietante son las circunstancias que rodean su hallazgo. El cuerpo fue encontrado en un lugar de difícil acceso, a unos 10 minutos de la costa, al lado de un arroyo, cerca de las tres islas. Desde allí, tras navegar un poco más y caminar 20 minutos, se llegó a la escena. El refugio, hecho con una lona atada a dos árboles, contaba con un panorama escalofriante.
Alrededor del cuerpo, se encontraron elementos que no hacen más que aumentar las preguntas: cuatro paquetes de veneno para ratas, diazepam, jeringas y cánulas. La falta de documentos que identificaran al hombre llevó a las autoridades a recurrir a una pericia forense para establecer quién era.
El fiscal González también reveló que, según la autopsia, el cuerpo no tenía lesiones externas, como golpes, cortes o rasguños, lo que sugiere que la muerte no fue violenta. Sin embargo, se apuntó a la hipotermia como la causa probable de su fallecimiento. “Estaba en remera y calzoncillos, en medio de temperaturas bajo cero”, sostuvo el funcionario a cargo del caso.
La investigación sigue su curso y los peritos están analizando el celular hallado en el refugio, que podría contener información valiosa sobre sus últimos contactos. El fiscal confirmó a TN que ya se pudieron comunicar con el padre de Castañón, que estará viajando a la provincia de Neuquén en las próximas horas para identificar el cuerpo, aunque -de acuerdo a fuentes periciales- estaba irreconocible.
Sobre el hecho de que no estaba reportado como desaparecido, a pesar de haber estado 15 días sin comunicarse con sus familiares, se detalló que el hombre acostumbraba a viajar por mucho tiempo como mochilero.
Las autoridades tienen que esperar todavía los resultados de un estudio toxicológico. La presencia de veneno y medicamentos en el lugar hace que muchos consideren la posibilidad de un suicidio, aunque hasta el momento no hay nada confirmado.
Por Carolina Villalba- TN