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Caputo vende cara su derrota

“Ok, yo me corro. Pero arrastro conmigo a un par”. Este leitmotiv amenazante parece ser la hoja de ruta de Santiago Caputo en los últimos días, como parte de la escalada inédita que tiene la puja con los principales operadores de Karina Milei, los primos Martín y Eduardo “Lule” Menem.

Los cierres de las listas bonaerenses del oficialismo probablemente hayan pesado en el ánimo vengativo del asesorísimo, cuyos adláteres eran convidados de piedra a la hora de las candidaturas definidas por Sebastián Pareja, el delegado provincial karinista.

La disputa viene de antes, como se ha reseñado en este espacio en varias oportunidades (la última vez fue a principios de este mes). Mientras la hermanísima y los Menem propician un armado electoral más “puro”, Caputo cree que hay que establecer alianzas y guiños con otras fuerzas y hasta con mandatarios provinciales, para garantizar gobernabilidad a Javier Milei hasta 2027.

El exjoven Caputo (cumplió 40 hace diez días) pasó factura por la derrota en las constituyentes de Santa Fe (donde alentaba que LLA fuera con Amalia Granata) y la victoria en Chaco, donde los libertarios se sumaron a la lista oficialista del gobernador radical Leandro Zdero.

Otro distrito que exhibió las contradicciones de la táctica electoral mileísta fue Corrientes. Pese a todo el tejido previo de Caputo con el mandatario Gustavo Valdés y el senador Carlos “Camau” Espíndola, rompió lanzas y lleva su propio candidato, el diputado karinista Lisandro Almirón. Los tres senadores correntinos votaron todos los proyectos en contra del Gobierno en la célebre sesión del pasado jueves 10.

La rebelión unánime de los gobernadores para conseguir que Nación reparta obligadamente fondos coparticipables (ATN e impuesto a los combustibles) también fue tomada por Caputo como un efecto de la inflexibilidad de la hermanísima presidencial.

Sin embargo, lo que más enardeció al asesorísimo es lo que él considera una operación en su contra. Se trata de la difusión de las imágenes que mostraron el paso irregular de bolsos y valijas por los controles aduaneros de un vuelo privado desde EE.UU., con una sola pasajera que trabaja para el dueño de la aerolínea, Leonardo Scatturice. Hombre con historial en los servicios de inteligencia, Scatturice tiene un puente directo a Caputo, vía Manuel Vidal, un ex-PRO que es asesor del asesor. Cosas que pasan.

Precavido, Caputo evitó confrontar directamente con la secretaria general de la Presidencia y eligió culpar internamente a los Menem de la difusión del caso. Máxime cuando súbitamente comenzaron a propagarse múltiples contratos de las empresas de Scatturice con el Estado.

Consciente como nunca antes de que el famoso Triángulo de Hierro del que habló alguna vez Milei es cada vez más isósceles (dos lados iguales –los hermanos– y uno acortado), Caputo recargó los dardos contra Lule y Martín Menem, a quienes dejó de ver en las reuniones habituales de la mesa chica política que encabeza Karina: el asesorísimo ya no participa de ellas.

Después de una sucesión de denuncias sobre numerosas designaciones irregulares en Anses y PAMI –decididas por los Menem como parte del armado político nacional “puro”– se le atribuye dentro del Gobierno a Caputo la filtración de un millonario contrato con el Banco Nación de una firma vinculada al presidente de la Cámara de Diputados.

Tech Security da servicios en el BNA desde el macrismo y Martín Menem cedió sus acciones a sus hermanos cuando se incorporó a Diputados. Varias curiosidades al respecto. Una es que es la primera vez que le renuevan un contrato anual por dos años, con opción a un tercero. La segunda, que en la licitación de la entidad bancaria se evita plantear un conflicto de intereses, de los que ya fue informada la Oficina Anticorrupción (¿viva?).

El viernes último, el inefable vocero Manuel Adorni (que dejaría su cargo para ir como legislador porteño y sería sustituido por su segundo, Javier Lanari, otro karinista) marcó que la adjudicación era normal, que se trataba de otra operación periodística y que la noticia incluso era vieja.

Alguna vez Adorni tenía que pegarla. En parte, al menos. Es cierto que ya se habían difundido los profusos vínculos comerciales entre Tech Security y el BNA. Fue en enero de este año, cuando la colega Ivy Cángaro apuntó desde el sitio Data Clave a múltiples contrataciones públicas y privadas de firmas pertenecientes a los Menem o extrañamente vinculadas a ellos. La magia del reciclado.

Lo que el vocero, ni nadie, explica hasta ahora es el rol que en esta renovación con la empresa de la familia Menem pudo haber tenido Darío Wasserman, vicepresidente del Banco Nación. Vigoroso desarrollador inmobiliario en CABA, Wasserman fue un activo armador de la lista porteña libertaria, gracias al excelente nexo con la hermanísima Karina a través de su esposa, María del Pilar Ramírez, jefa del bloque y referente mileísta en la Ciudad. Nombres nuevos, prácticas clásicas.

Otro distrito que exhibió las contradicciones tácticas fue Corrientes

En intrigantes despachos de la Casa Rosada se le asigna además a Caputo la reciente difusión de que otra firma de un socio de Martín Menem consiguió ser contratada por una obra social intervenida por el Gobierno.

Según el diario La Nación, Htech Innovation consiguió que la intervención libertaria en Osprera (la obra social de los trabajadores rurales, la segunda con más afiliados del país) la contratara para dar soluciones informáticas. El dueño de Htech es Sergio Andrés Aguirre, socio de Menem en TR Nutrition, de suplementos dietarios. Aguirre creó Htech en abril de 2024 y ese mismo año ya cobraba de la gestión mileísta en Osprera, recomendada por Lule Menem. Gente que la ve.

Caputo recibió el lunes 14 a Patricia Bullrich, que un día antes se dejaba fotografiar en la quinta de Olivos en un promocionado desayuno con el Presidente. Allegados a la ministra de Seguridad dejaron trascender que Milei le había pedido que convenciera al asesorísimo de bajar los decibeles de la batalla con los Menem, que son Karina. ¿Habrán hablado de los videos de la PSA del nuevo valijagate?

Tras ese encuentro de dos horas, surgió la versión de que, desde el Mundial de Clubes, Mauricio Macri habría llamado a Caputo por el presunto interés de compañías italianas en inversiones energéticas. Un tema caro a los ojos y oídos del asesorísimo. Y que plantea interrogantes; políticos, claro. ¿El enemigo de mi enemiga es mi amigo? ¿Otra devolución de gentilezas de los Menem? ¿O señal de Caputo sobre lo que es capaz en esta guerra interna?

En lo alto del poder mileísta siguen jugando con fuego. Cuidado, se pueden quemar.

Por Javier Calvo-Perfil