Teresita López (35) trabajaba como secretaria de una médica en el corazón de la capital de Formosa. Planeaba denunciar a su ex el mismo día en que fue asesinada. El policía Sergio Patricio Galván afronta una prisión perpetua.
“No te preocupes. Mañana salgo de trabajar y lo denuncio”. La decisión, contenida hasta entonces por las dudas y el temor, ya estaba tomada. Aquel lunes era el día en que Teresita Luciana López (35), secretaria de un centro de estética ubicado en el corazón de la ciudad de Formosa, iba a denunciar al policía Patricio Galván (31). Habían mantenido una relación que apenas duró tres meses: ella lo dejó al advertir los primeros signos de violencia.
Teresita se resistió a que Galván la controlara permanentemente y no la dejara en paz. Se cansó de los maltratos, de tener que hacer videollamadas únicamente para mostrarle a él dónde estaba y con quién, de no poder reunirsesiquiera con su familia. Sentía que su luz se había apagado, que aquel no era un amor sano. Tenía miedo y la necesidad de vencer ese miedo.
“Sos mía o de nadie”
Galván no le dio tiempo. Antes de las 9 de la mañana del 18 de septiembre del año pasado, irrumpió en el consultorio de Dermatología y Medicina Estética de la doctora Mariana Barbetti. Según testigos, cuando estuvo frente a frente con Teresita, el policía dijo una frase propia del manual del femicida: “Sos mía o de nadie”. Fueron las últimas palabras que escuchó la joven antes de ser asesinada.
Sin que le importara la presencia de los clientes del lugar y los compañeros de Teresita, Galván sacó su arma reglamentaria y le disparó en la cabeza. La mató en el acto. La autopsia determinó que la víctima, que tiempo atrás se había recibido de abogada, sufrió fractura de cráneo y un paro cardiorrespiratorio traumático. Todo consta en el expediente.
Acto seguido, el policía se disparó a sí mismo en la cara. El balazo le voló un par de dientes, pero no le afectó zonas vitales. Minutos más tarde, salió caminando del lugar y se subió a una ambulancia. Estuvo internado un mes en la terapia intensiva del Hospital Central de la capital formoseña y luego la Justicia le dictó la prisión preventiva. En los últimos días, Galván recibió una noticia: la elevación a juicio de la causa que podría sentenciarlo a prisión perpetua, única pena contemplada por el Código Penal para la figura de femicidio.
“Él no soportó que ella lo dejara”, menciona Patricia, hermana de Teresita y -al igual que Galván- miembro de la Policía. “Vivíamos juntas y éramos muy compinches. “Mi hermana era una persona muy alegre, estaba muy feliz en su trabajo. Lamentablemente, este tipo se cruzó en su vida”, cuenta a TN.
Patricia le insistía a su hermana que denunciara a quien finalmente le quitó la vida. “Habíamos quedado en eso el domingo. Y la mañana siguiente me levanté con la noticia de que él la había matado”, lamenta.
“Estaba atendiendo a un paciente en el consultorio y escuché los gritos de una de mis secretarias: ¡Llamá a la Policía!”, contó Mariana Barbetti, directora del centro. “En un primer momento, pensé que se trataba de un robo y salí a la calle por la ventana. Ahí la vi a la chica que estaba esperando en la sala y me dijo: ‘Doctora, entró un señor, le pegó un tiro a su secretaria y él se pegó otro tiro”, relató.
“Teresita había conocido a esta persona a través de Facebook en diciembre de 2022. En mayo empezaron a salir”, detalla Patricia. “El 31 de julio del año pasado, mi hermana le puso fin a la relación. Si bien nunca llegaron a convivir, ella había dejado algunas cosas en la casa de él. Después lo bloqueó de todos lados, pero él la seguía hostigando. Varias veces se le apareció en el trabajo, hasta que pasó lo que pasó”, profundiza.
En sus últimas intervenciones en redes sociales, víctima y victimario publicaron mensajes que fueron leídos como señales. “Estoy aprendiendo a sanar lo que yo no rompí, pero sí permití”, escribió Teresita en Facebook cinco días antes de que la mataran. “Quedate donde todo sea mutuo”, posteó Galván la semana previa al femicidio.
Guillermo Caballero, juez penal de instrucción que intervino en el caso, acusó al policía de “homicidio cuádruplemente agravado por la relación de expareja, utilización de arma de fuego, por ser cometido por un funcionario público y mediar violencia de género”. En su requisitoria de elevación a juicio, la fiscal Silvana Ontiveros desestimó el agravante de que el atacante era policía.
“Es lo que más nos llama la atención. Ella adujo que, en el momento del hecho, el imputado estaba en su día de franco y no ejercía su función como policía. Pero no deja de ser un miembro de las fuerzas de seguridad que utilizó su arma reglamentaria para matar, y que tenía pleno conocimiento de cómo manejarla”, argumenta Agustín Zucchet, abogado de la familia de Teresita
La Cámara 2° en lo Criminal de Formosa, encargada de juzgar a Galván, definirá en los próximos días la fecha del debate. “La tipificación quedó, por el momento, en homicidio triplemente agravado. Si hay algún otro cambio, lo definirá oportunamente el tribunal de juicio. La eventual condena -perpetua- es la misma”, aclara el representante de la querella.
La investigación duró un poco más de ocho meses y llega a juicio en un plazo menor a la mayoría de los casos penales. “Afortunadamente, el Poder Judicial de la provincia dispone prioridad sobre los casos de femicidio y que siempre se juzgue con perspectiva de género”, valora Zucchet.
Patricia concluye: “El juez se movió muy rápido y, como familia, estamos esperanzados. Esperamos que haya una condena ejemplar. Que (a Galván) le den perpetua y nosotros podamos tener algo de paz”.
Por Mariano López Blasco-TN