“Me pidió que no le insista con el tema”, admitió Karina a allegados sobre sus intentos de conseguir que su hermano baje a Espert de la lista.
“Me pidió que no le insista con el tema”. Allegados a Karina Milei dejan trascender su frustración ante los fallidos intentos de convencer a su hermano, el Presidente, de la necesidad de bajar de la lista bonaerense a diputados nacionales a José Luis Espert, cada vez más hundido en una antigua y explosiva trama de financiamiento ilegal, lavado de dinero y aportes narcos.
El propio Espert ha venido realizando en los últimos días una enorme contribución al desasosiego libertario. Fue después de que PERFIL y elDiarioAr divulgaran el domingo pasado que –según documentos de la Justicia norteamericana– había recibido 200 mil dólares en 2020 de Federico “Fred” Machado, con detención domiciliaria en Río Negro a la espera de un pedido de extradición por actividades vinculadas al narcotráfico.
Lo que en principio fue el préstamo de un avión privado para un viaje como argumento defensivo derivó en una “operación sucia kuka”. El libreto fue empeorando a medida que pasaban las horas y los medios ponían la lupa en el caso y aportaban nuevas evidencias.
Así, a pedido del Gobierno, Espert se presentó en A24 el miércoles por la noche. Lejos de aclarar el cúmulo de dudas, las multiplicó, al negarse a responder si había recibido los 200 mil dólares que Machado le envió desde una cuenta del Bank of America, como mostró el diario La Nación. “No le hago el juego a (Juan) Grabois”, fue la repetitiva contestación espertiana.
En la mañana del jueves, el asesor y estratega de campaña Santiago Caputo convocó a Espert a su despacho en el salón Martín Fierro de la Casa Rosada. Testigos cuentan que la reunión no fue en el mejor de los tonos. Caputo le reprochó sus dichos televisivos y lo conminó a una nueva aclaración.
A ese encuentro, el diputado-candidato asistió con su consultor, Daniel Ivoskus, recién llegado –“cansadísimos pero muy felices”, como escribió en sus posteos– de una encantadora cumbre de comunicación política en la bellísima Cartagena de Indias, en Colombia. También esos detalles propagan el mal clima con Espert en lo alto del poder.
El reclamo de Caputo pretendió ser atendido a través de un video grabado, de poco más de seis minutos, que Espert subió a su cuenta de X casi a la medianoche. Allí, leyendo varias páginas, especificó como nunca antes aspectos de sus vínculos con el narco Machado. Sin embargo, el guion resultó insostenible cuando no contradictorio con la información documentada tanto en la Justicia estadounidense como en la argentina. En vez de aclarar, oscureció.
Al punto que el último viernes, en su habitual conferencia de prensa, el vocero presidencial Manuel Adorni debió insistir en que “si siguen faltando explicaciones, las deberá seguir dando”. Adorni lo dijo, no Grabois.
La declaración del vocero y triunfante candidato a legislador porteño está lejos de ser antojadiza o conveniente para la ocasión. Por un lado, expresa el convencimiento del Gobierno de que las dudas persisten y se pueden acrecentar con nuevos aportes de información por parte del periodismo. Tienen razón.
Por el otro, Adorni ratifica el profundo malestar y enojo de todo el mileísmo para con Espert. Esos sentimientos lograron el milagro de que por fin la hermanísima Karina y el asesor Caputo coincidieran en algo e hicieran una tregua en su interna sin fin. Bajo estrés postraumático tras la derrota bonaerense, ni la jauría digital salió a defenderlo.
La inquina con Espert es de hace años, cuando tras ser candidato presidencial en 2019 (donde salió último pese a la ayuda de Machado) se acercó a Milei para las legislativas 2021 y se divorciaron rumbo a la campaña 2023.
Fue en el contexto de esa ruptura que connotados dirigentes libertarios (Marra, Lemoine, Romo, entre otros) le achacaron a Espert sus nexos con el narco. Y desde el mileísmo se expandió que el economista le había ofrecido 300 mil dólares a Milei para que bajara su candidatura.
Esos antecedentes, más la decisión de Espert de subirse a la postulación presidencial de Horacio Rodríguez Larreta hace dos años, lo bloquearon ante Karina. La hermanísima no levantó el veto ni cuando el Presidente se reconcilió después de vencer en el balotaje y lo erigió en presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados. Tampoco cuando en público el jefe de Estado anunció hace meses que sería la cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires.
Contra todo y contra todos, en especial dentro del Gobierno, Milei mantiene el respaldo a Espert. Es su única ancla. Pasados unos minutos de su sombrío descargo en video por X, llegó la reacción presidencial por la misma red social: “El PROFE @jlespert desmontando la inmunda y burda operación montada por el kirchnerismo”. Días antes había dicho que eran “chismes de peluquería”.
Incómodos, algunos de sus principales funcionarios salieron a demandar aclaraciones, como ocurrió con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en un evento de AmCham (la cámara que agrupa a las empresas norteamericanas, justo en este momento), y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que además lidera la boleta oficialista para el Senado por CABA.
La irritación libertaria podría entenderse más allá de aspectos éticos, para decirlo de manera elegante. Preocupa sobremanera el impacto en la imagen del Gobierno, en caída por las dificultades económicas y el escándalo de las presuntas coimas en Discapacidad, y su efecto electoral, a apenas tres semanas de los comicios legislativos.
Esos temores exceden el marco de lo hipotético. Encuestas que circulan por ciertos despachos oficiales exhiben la repercusión negativa del caso Espert. El epicentro geográfico, lógicamente, está en la provincia de Buenos Aires aunque se expande a otros distritos. ¿Será ese el disparador de Bullrich? Y respecto a los electores, impacta más en el núcleo blando, conformado por exvotantes de Juntos por el Cambio.
Las fuentes oficiales consultadas están en desacuerdo si fue solo la hermanísima quien le pidió a Milei que baje a Espert de la candidatura. Hay quienes suman al asesor Caputo (el otro Caputo ya tiene bastante con sus propios problemas). Difieren también sobre si le recomendaron a Espert que dé un paso al costado, para proteger al Presidente. El dipucandidato niega cualquier chance de que lo haga. Quienes lo conocen ratifican que esa opción no saldrá de él.
Por eso resultó llamativa la súbita visita que Espert hizo a Milei el viernes por la noche a Olivos, con la supuesta idea de anunciarle su renuncia a la candidatura. La especie partió desde el propio gobierno, que presiona por esa abdicación. El candidato no solo ratificó su postulación en un posteo: el Presidente lo avaló con su reposteo.
Es más, Espert tiene previsto participar del acto que Milei encabezará este lunes 6 en el Movistar Arena, donde presentará un libro de recopilaciones. Y compartirían otro evento en San Isidro, el martes, que iba a ser ayer. Está previsto que hoy por la noche, en un reportaje amigable, el mandatario vuelva a respaldarlo en público.
¿Habrá novedades en el escándalo que puedan torcer esa hoja de ruta? En el Gobierno temen la posibilidad de que surjan más datos contundentes que puedan empeorar la ya complicadísima situación del candidato. Y auguran, ante ese escenario, el final de la carrera de Espert, incluso más allá del 26/10. ¿Deseo o realidad?
El interrogante que circula en la Casa Rosada es por qué Milei se expone a un nuevo ejemplo de daño autoinfligido. Las especulaciones varían. Que no quiere dar el brazo a torcer. Que sería una muestra de debilidad. Que cómo va a sacar a alguien cuyo rostro y nombre ya están impresos en la Boleta Única Papel que se distribuirá en la Provincia. Hay elucubraciones más opacas, por cierto. Sin verificar. Por ahora.

Por Javier Calvo-Perfil