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El nuevo disco de Taylor Swift canción a canción: ‘The Tortured Poets Department’ es un salvavidas contra la tristeza

La cantante propone en su undécimo álbum la ‘poesía torturada’ como cura para despojarse de la pena y poder seguir adelante, sea cual sea la ruptura a la que haga que hacer frente.

Taylor Swift continúa subida en su particular locomotora de canciones, introspección, conciertos y billetes. La cantante, que sigue regrabando sus álbumes –le quedan su debut y Reputation– sorprendió a principios de febrero con el anuncio de su undécimo disco, The Tortured Poets Department. Lo hizo durante la ceremonia de entrega de los últimos premios Grammy, en los que hizo historia al conseguir su cuarto gramófono en la categoría de Mejor álbum del año. Gesta que ningún artista había logrado hasta el momento.

Su nuevo trabajo discográfico, publicado este viernes, permanece en la senda de su anterior, Midnights, que lanzó a finales de 2022, donde sacó partido al insomnio. En él propuso un viaje nocturno plagado de reflexiones en voz alta sobre temas que habían conseguido quitarle el sueño, desde su imagen pública a su vida sentimental. Anclada en el pop, algo más alejada del country y más cercana al rock y destellos de electrónica, la propia intérprete había avanzado que The Tortured Poets Department era su álbum “más necesario”, para el que ha necesitado dos años de gestación.

“Refleja eventos, opiniones y sentimientos sobre un fugaz y fatalista momento en el tiempo, que fue doloroso y triste a partes iguales”, ha descrito en sus redes sociales. La icono pop habla de “un período de la vida del autor que ya ha terminado, el capítulo está cerrado y tapiado”. Hay pena, mucho desamor y despecho en este cedé firmado por una Swift que usa su música como liberación. Rompe con un pasado dispuesto a anclarla en un estado de pena, melancolía y nostalgia; permitiendo –y permitiéndose– mirar hacia un adelante despojada de ataduras emocionales.

“No hay nada que vengar ni cuentas que ajustar cuando las heridas han sanado”, ha defendido. Taylor reconoció que el ejercicio de reflexión, en el que ha ido “más allá”, le permitió darse cuenta de que “un buen número de estas” habían sido “autoinfligidas”. “Esta autora cree firmemente de que nuestras lágrimas se convierten en sagradas al transformarse en tinta sobre una página. Una vez hayamos contado nuestra historia más triste, podremos liberarnos de ella. Y así, lo único que queda, es la poesía torturada”, concluyó.

‘Fortnight’ (junto a Post Malone)

El disco lo abre esta colaboración con Post Malone, sobre el que aseguró en X que, durante el proceso de composición, había podido ser “testigo” de cómo su “música experimental y melodías que crea se te quedan en la cabeza para siempre”. “Te quiero y eso me está arruinando la vida. Solo te acaricié durante quince días, pero te acaricié”, reivindica en el estribillo de un sencillo que abre la ‘despedida’ a la que Swift se refirió en la breve descripción del álbum que compartió en sus redes sociales.

La cantante evoca un antiguo amor del que pudo disfrutar únicamente durante dos semanas. “Todas mis mañana son lunes, estancadas en un febrero interminable. Tomé el milagro, me pasé a la droga. Los efectos fueron temporales”, reconoce en una letra que refleja la tortura que implica no poder disfrutar de una efímera y relativamente prohibida relación.

‘The Tortured Poets Department’

La segunda canción toma el nombre del propio disco para hablar del “departamento de los poetas torturados”, en el que la pareja a la que hace referencia, “se dejó su máquina de escribir”. “Me reí en tu cara y fije: no eres Dylan Thomas. Yo no soy Patty Smith. Esto es el hotel Chelsea. Somos modernos idiotas. ¿Quién te va a querer como yo? Nadie”, asegura en un estribillo que funciona como dardo dispuesto a clavarse en la conciencia y desesperanza del que fuera su amante.

‘My Boy Only Breaks His Favorite Toys’

La tercera canción del álbum toma algo más de ritmo gracias a sus baterías, tintes electrónicos y unos versos que denotan el paso de la nostalgia al enfado tras una ruptura, aderezados con ironía. “Mi chico solo rompe sus juguetes favoritos. Soy la reina de los castillos de arena que él destruye, porque encajaba demasiado bien las piezas del rompecabezas en la oscuridad de la noche. Debería haber sabido que era cuestión de tiempo”, se lamenta continuando con la metáfora del ‘juego’ para hablar de una relación acabada.

“Hubo una letanía de razones por las que podríamos haber jugado para siempre esta vez”, critica antes de incluir una alusión al muñeco de Mattel Ken que Ryan Gosling ha convertido en un fenómeno gracias a la película Barbie de Greta Gerwig. “Me sentí más cuando jugamos a fingir que con todos los Kens, porque él tomó mi caja, me robó mi torturado corazón, dejó todas estas partes rotas y me dijo que estaría mejor. Pero no lo estoy”, lamenta.

‘Down Bad’

Down Bad es un canto al momento en el que, tras haber tenido que decir adiós a un antiguo amor –o incluso del que se quedó en los prolegómenos de haberlo sido–, la tristeza y la impotencia lo nublan todo. Se apoderan como si de una planta enredadera se tratara, que ahoga, incomoda, aprisiona y bloquea. Y desde ahí, la rabia es la única capaz de hacer resurgir de las cenizas. “Ahora estoy deprimida, llorando en el gimnasio. Que se joda si no puedo tenerlo”, clama.

‘So Long, London’

Swift suena mucho a Lana del Rey en este tema que cuenta con un marcado beat que articula esta canción en la que la cantante se despide de una Londres a la que entregó su corazón. “Me cabrea que me dejaras darte gratis toda esa juventud”, reclama. Los fans consideran inevitable pensar que el tema remite a su relación con el actor británico Joe Alwyn, con quien estuvo saliendo durante seis años. “¿Cuánto de abajo pensaste que llegaría antes de implosionar? Juraste que me amabas pero, ¿dónde estaban las pistas? Morí en el altar esperando la prueba”, expone.

‘But Daddy I Love Him’

No es la primera ni será la última vez que las canciones de una artista –Swift cuenta con una amplia lista– generan teorías sobre sus posibles referencias a la vida real de sus artífices. But Daddy I Love Him, que musicalmente se aproxima al house, es una de ellas, en gran parte porque su título remite a una escena de La Sirenita en la que la protagonista pronuncia “pero papá, yo le quiero” antes de que este destroce la estatua del Príncipe Eric que le descubre en su guarida. “Ahora voy corriendo con mi vestido desabrochado gritando, pero papá, yo le quiero”, repite.

‘Fresh Out The Slammer’

Fresh Out The Slammer arranca con una guitarra eléctrica que embauca en un tema en el que la artista asegura: “Todavía estamos esperando en el brillo del porque al que dice que soy la chica de su sueño americano”. La cantante indica que ya ha “cumplido” con su “condena”, despojándose de una nostalgia que no está dispuesta a que le paralice.

‘Florida!!!’ (junto a Florence+The Machine)

Las voces de Swift y Florence + The Machine empastan con solvencia en una de las canciones más movidas del disco. “Puedes vencer al calor si también vences las cargas. Dieron que había sido una tramposa, supongo que debe ser verdad”, comienza reconociendo la primera. Juntas describen la ciudad de Florida como “una droga increíble” a la que pedir ayuda para descender a un infierno en el que poder tocar fondo para, a partir de ahí, emerger.

“El huracán era mi nombre cuando llegué. Me emborraché y me reté a que me limpiara. Atrincherada en el baño con una botella, mi fantasma y yo lo pasamos genial”, recitan.

‘Guilty as Sin?’

“¿Puedo llorar?”, se pregunta Swift en esta balada en la que la cantante habla sobre el momento en el que, sumida en el dolor, llega al punto de consciencia de que la tristeza que le invade necesita ser drenada. “Sueño con abrir cerraduras, tirando mi vida a los lobos o a las rocas del océano”, comenta tras dudar sobre si esa noche se ha encontrado con su ex.

“Sigo recordando cosas que nunca hicimos”, confiesa desnudándose emocionalmente, inmersa en la enajenación del desamor: “Si es una fantasía, ¿por qué lo siento como una promesa que acabaremos cumpliendo alguna manera?”.

‘Who’s Afraid of Little Old Me?’

Y de ahí a plantearse cuánto miedo da la tristeza, si es que la da. Swift continúa este viaje de liberación en forma de ‘poesía torturada’ con este hit más electrónico en el que aprovecha los tonos más agudos de rango vocal para transmitir el desgarro. “Salto de la horaca y levito por tu calle, arruino la fiesta como un disco rayado y guito: ¿Quién tiene miedo de mi pequeño yo?”, grita. “Era mansa y gentil hasta que la vida del circo me hizo mala”, confiesa.

El tema funciona como protesta ante la presión que sufre, dispuesta a ahogarla. Algo que no está dispuesta a permitir. Who’s Afraid of Little Old Me le sirve para reivindicarse a sí misma, su tesón. “No duraríais ni una hora en el psiquiátrico en el que me criaron para que podáis colaros en mi casa con todas las telarañas”, afirma.

‘I Can Fix Him (No Really I Can)’

Probablemente la canción más oscura el disco, que arranca con un punteo rockero de guitarra, en la que la artista asegura que “puede hacerse cargo” de la situación. En este caso, de conquista a un hombre al que conoce en un bar. “Puedo verlo desde una milla de distancia, es un caso perfecto para mi conjunto de habilidades. Tenía una aureola en el grado más alto, simplemente aún no me conocía”, indica sobre el que parece un plan de conquista perfecto, que cierra envuelto en dudas. “Quizás no pueda”, se termina reconociendo.

‘Loml’

Swift pasa de la oscuridad de I Can Fix Him (No Really I Can) a esta triste balada en la que su voz y el piano se funden con la tristeza de quien recuerda con dolor una relación acabada. “Si lo sabes de un vistazo, es legendario. Tú y yo pasamos de un beso a casarnos. Sigo viva, matando el tiempo en el cementerio”, lamenta.

“Me dijiste que era el amor e tu vida, aproximadamente un millón de veces”, expresa en una canción impregnada de desengaño. “Un estafador le vende aun tonto un plan para conseguir el amor rápidamente”, describe apenada porque aquella –como tantas– historia que pensó que “sería para siempre”, se quedó en “momentánea”.

‘I Can Do It With a Broken Heart’

En su personalísimo y marcado por el desamor The Tortured Poets Department, Swift incluye esta canción en la que habla de las costuras de su profesión, en la que en muchas ocasiones se ve obligada a “disimular” para que, desde las gradas que abarrota en cada escenario que pisa, nadie se dé cuenta de si está bien o mal. “Puedo hacerlo con el corazón roto”, es su título. Y lo hace con otra de las canciones más rítmicas del álbum, que mezcla pop y electrónica. “Puedo mostrarte mentiras porque soy una chica muy dura. Puedo manejar mi mierda”, se repite.

La estadounidense expone que le dijeron que tenía que “fingir hasta conseguirlo”, y que eso fue lo que hizo. “Luces, cámara, perra, sonrisa. Incluso cuando te quieras morir. Dijo que me amaría toda su vida”, reclama, “todos mis pedazos se hicieron añicos mientras la multitud cantaba aún más. Estaba sonriendo como si estuviera ganando, estaba alcanzando mis marcas, porque puedo hacerlo con el corazón roto”. Uno de los sencillos más interesantes de su nuevo trabajo discográfico.

‘The Smallest Man Who Ever Lived’

The Smallest Man Who Ever Lived es la gran canción del despecho del nuevo disco de Swift. Un tema que va de menos a más y que rompe en su segunda mitad para encumbrar el mensaje de su letra. Una Taylor que se pregunta por qué ese ex tuvo que hacerla tanto daño. “Te olvidaré pero nunca te perdonaré. El hombre más pequeño que jamás haya existido”, asegura en en su final tras hilar numerosos reproches por los que asegura que “merece prisión”. “¿Por qué una vez que tu reina vino la tratas como a una perdedora?”, llega a preguntarle.

‘The Alchemy’

Swift acude a la “alquimia” para intentar entender por qué, viniendo de un romance en el que todo parecía funcionar a la perfección, él tuvo que enamorarse de otra “ella”. “No tienes que alzar la voz. Sigo sin comprenderlo. Estamos tú u yo. Yo y tú. ¿Por qué tienes que quererla a ella?”, quiere saber, “recoge todo lo que cuidadosamente hicimos. Llévate todas tus mentiras”.

‘Clara Bow’

La estadounidense recuerda en este tema a la actriz Clara Bow, una de las más importantes del cine mudo en la década de 1920. “Toma la gloria, dalo todo. La corona está manchada pero tú eres la verdadera reina, de carne y hueso entre las máquinas de guerra”, describe Swift. “Eres la nueva diosa a la que adoramos y que promete deslumbrar. La Bella es una bestia que ruge a cuatro patas, exigiendo más”, expone Swift, que acaba identificándose ella misma con la descripción de la intérprete.

15 canciones extra

La capacidad y velocidad de composición de Swift no es una novedad. The Tortured Poets Department no iba a quedarse atrás. Dos horas después del lanzamiento del disco, la cantante anunció que el disco contenía una sorpresa: ser doble.

“He escrito tanta poesía en los dos últimos años que quería compartirla con vosotros”, ha explicado en sus redes sociales. “La historia ya no es mía… Ahora es toda vuestra”, concluyó.