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Familiares de Reinaldo Andrade piden justicia: “Lo que no queremos es que pase el tiempo y el caso quede impune”

El asesinato se registró en noviembre de 2013, en Paraje San Ignacio, El Soberbio

Familiares de Reinaldo Andrade (37), ultimado por un disparo del arma de un efectivo de la Policía, piden celeridad y que se defina la fecha de debate oral

A tres años del episodio en el que un hombre terminó con una bala en la cabeza tras una presunta persecución por parte de efectivos de la Policía de Misiones, la familia de la víctima pide que se acorten los tiempos del proceso judicial y que los hechos se ventilen a un juicio oral y público. Según comentó, la semana pasada le notificaron que el expediente ya fue girado al Tribunal Penal de Oberá.

El hecho fue registrado el 13 de noviembre del 2019, en una zona conocida como Paraje San Ignacio en la localidad de El Soberbio, cuando Reinaldo Andrade (37) fue asesinado luego de que dos efectivos de la Policía, quienes se encontraban de civil, abrieron fuego contra un automóvil el presumieron que se trataba de contrabandistas.

En diálogo con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7, Pablo Andrade, hermano de la víctima, contó en qué situación está la causa: “Tengo entendido que los policías involucrados están detenidos, procesados en un penal exclusivo para gente de las fuerzas en Loreto”.

Y añadió que  “la causa ya está en la instancia para ser elevada a juicio, pero aún resta definir la fecha”. En esa línea, el hombre comentó:  “La semana antepasada me notificaron que están esperando fecha para el juicio en el Tribunal Penal Uno de Oberá”.

Sin embargo, cuestionó las dilaciones vinculadas a las apelaciones presentadas de los abogados defensores, quienes habían apelado la elevación a juicio en agosto de este año: “Nosotros lo que no queremos es que pase el tiempo y el caso quede impune. Esperemos que se acelere la justicia”.

 Sin embargo, por la cercanía del inicio de la feria judicial, todo hace pensar que el debate se fijará para el año que viene.

“Mi mamá era una persona enferma cuando mi hermano estaba vivo, él vivía al lado y la cuidaba. Ella siempre lloraba y pedía que se haga justicia, que no se quería morir sin que antes se haga justicia. Luchamos hace tres años, pero lamentablemente hace unos quince días perdimos a mi mamá.  Se fue sin ver que se haga justicia por su hijo”, lamentó.

 Los hechos y los involucrados

 Pablo recordó cómo fue la secuencia en la cual su hermano terminó perdiendo la vida, confirmó que los autores del hecho eran policías y negó que el hermano fuera un contrabandista.

 “Fueron dos policías de El Soberbio que estaban en actividad en el comando pero ese día no estaban trabajando sino de franco de servicio”, explicó Andrade.

 “Ellos, lo que en principio dijeron fue que mi hermano era contrabandista, que lo seguían y estaban en una persecución, pero ese día ellos estaban totalmente de civil, habían salido de la guardia de la mañana. Estaban con un auto particular y vestidos normalmente como cualquier persona común y corriente”, añadió.

 El crimen ocurrió en una calle de tierra del Paraje San Ignacio.

 Según las declaraciones de los acusados, entre ellos y la víctima hubo una persecución y posterior enfrentamiento con disparos, versión que fue descartada por las pericias realizadas por personal de Gendarmería Nacional.

 “Supuestamente mi hermano sacó un arma. Eso está aclarado que es totalmente mentira, porque las pericias dicen totalmente lo contrario, mi hermano recibió un tiro a quemarropa en la cabeza, en la nuca en un sentido casi contrario de lo que es un enfrentamiento de costado como ellos dicen”, explicó Pablo.

 “No sabemos por qué ellos fueron a matarle a mi hermano. La Policía hoy por hoy está capacitada para detener a una persona sin matarle, si ellos no tenían ni un pedido de captura por qué no hicieron distinto las cosas. Mandaron a dos locos a matar ”, aseveró.

 “El pedido de justicia no termina nunca, nosotros queremos que sean condenado como establece el Código Penal para una persona que cometa tan aberrante hecho, como es esto que le hicieron a mi hermano, porque a mí nadie me saca de la cabeza como lo dije de un principio que ellos fueron directamente a matarlo mi hermano en un camino terrado donde pensaron que nadie iba a saber”, apuntó.

 “Nuestra duda es que no sabemos por qué realmente hicieron eso, si alguien los mandó o si ellos tenían algún problema con mi hermano; únicamente mi hermano y ellos saben bien lo que pasó”, finalizó.

 Diligencia clave

 Uno de los últimos pasos importantes para el esclarecimiento del caso, y que permitió establecer varios puntos considerados de relevancia para establecer la mecánica del homicidio se produjo en agosto del año pasado con la realización de la reconstrucción del hecho.

 La pericia realizada por peritos de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) llegados desde Buenos Aires, y considerada clave para echar luz sobre algunos grises de la secuencia de muerte, concentró en el punto exacto del crimen -un camino terrado que conecta con la ruta costera 2 del paraje San Ignacio- a los abogados defensores de los acusados; Gabriel Miranda, Hugo Zapana y Martín Tilli; al representante de la querella, Daniel Braunstein; al fiscal de instrucción de San Vicente, Rodolfo Cáceres; y al juez a cargo de la instrucción de la causa, Gerardo Casco.

 Sus testimonios no fueron coincidentes en relación a la distancia y dirección del disparo, aunque afirmaron que fue para persuadir hacia la luneta porque estaban siendo amenazados por la víctima que -según ellos- sacó el brazo derecho y apuntó hacia atrás.

 La autopsia concluyó que la bala ingresó detrás de la oreja derecha y que el disparo pudo haber sido a corta distancia, a lo que luego se precisó que fue a menos de 10 milímetros de distancia.

 Sobre la colisión al auto particular de los uniformados -que estaban de civil-, ambos mantuvieron su versión de que la víctima le cerró el paso cuando perseguían a un auto negro sospechado de contrabando, distinto a lo declarado por el testigo que iba en el auto de Andrade y ratificó que se habían detenido a orinar cuando escucharon disparos, ingresaron al auto y al momento de continuar la marcha los policías irrumpieron sin identificación, concretando el asesinato.

 Al detalle, a Matías Lohn (23) se lo acusa de homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad y agravado por el uso de arma de fuego -se comprobó que la bala que mató a Andrade salió de su arma- y a Fabio Boges (23) como partícipe necesario del mismo delito.

 Igual que Lohn y Boges, decenas de preguntas debieron responder diez testigos, entre los que estuvo el amigo de la víctima y ahora imputado Sievers, quien esa tarde iba en el asiento del acompañante y fue una de las declaraciones más relevantes de la reconstrucción.

 También fue citado el jefe del Comando Radioeléctrico, Luis Donatti, de quien la familia del hombre asesinado sospecha que pudo haber plantado las armas en razón de que luego del crimen habría entrado y salido de la escena de civil, para un tiempo después volver a ingresar con uniforme.

 Entre los otros estaba un ambulanciero, un motociclista que casualmente pasaba por el lugar y se topó con la escena y los habitantes de una propiedad que el Gol Trend de la víctima invadió luego de quedar acelerado con el cuerpo de Andrade caído sobre el volante y pedales. 

Fuente: El Territorio