Misiones Para Todos

La alucinación argentina

La lógica libertaria marca hasta ahora que elige apoyarse en el PRO en lo nacional pero lo combate a nivel distrital (con excepción de la provincia de Buenos Aires). Esa aparente contradicción arrastra y desnuda al macrismo.

“Tus declaraciones son una alucinación seria”, le espetó Mauricio Macri a Javier Milei como parte de la nueva escalada de campaña entre los ¿aliados? PRO y LLA. La anécdota es que el cruce se recargó por las acusaciones cruzadas por quién carga con la culpa de que se haya caído el proyecto de Ficha Limpia, que le hubiera impedido ser candidata nacional a Cristina Fernández de Kirchner.

Lo que no resulta anecdótico es explicar cómo dos fuerzas que están asociadas en su política nacional se defenestran en los niveles locales. Difícil de entender para gran parte de una sociedad más ocupada y preocupada en ver si se pueden resolver los graves problemas que la aquejan.

El caso paradigmático es la Ciudad de Buenos Aires, donde este domingo 18 se dirimirá -en una simple elección para renovar la mitad de la Legislatura- si el PRO que gobierna el distrito hace casi dos décadas tiene más votos que los libertarios.

Esa suerte de competencia interna de la derecha es lo único que les importa a ambos espacios. Creen que así acomodarán la estrategia futura para la elección bonaerense de septiembre y la nacional de octubre. ¿Quedarán en el olvido las graves acusaciones que se regalaron? Todo es posible.

Tal vez hasta desdeñen lo que ocurrió en los cuatro comicios del domingo pasado. Por ejemplo, en Chaco venció el oficialismo provincial del gobernador radical Leandro Zdero, muy por encima del caudillo peronista Jorge Capitanich.

Ese triunfo adquiere una curiosidad. A la lista victoriosa se incorporó LLA y se excluyó al PRO a último momento. Vale preguntarse por la pureza libertaria que promociona la hermanísima Karina Milei (no el asesorísimo Santiago Caputo), así como la alianza con un mandatario que integra la UCR, el partido más vapuleado por el Presidente, pero que en el Congreso es amigable.

Otro gobernador radical cercano a la Casa Rosada, el jujeño Carlos Sadir, también triunfó con holgura. Con LLA en segundo lugar y el peronismo postergado al tercero (la intervención partidaria de CFK no tuvo mucho éxito).

En Salta ganó la lista del gobernador peronista Gustavo Sáenz, más cercano a Sergio Massa que al kirchnerismo. Sin embargo, perdió en la única zona que no quería perder, el distrito Capital, donde venció LLA. Allí ya arrancó la campaña 2027.

También en San Luis se alzó con el triunfo el oficialismo provincial de Claudio Poggi, aliado con el peronismo de Adolfo Rodríguez Saá y en contra del peronismo de Alberto Rodríguez Saá. Hubo dos listas libertarias no avaladas por la hermanísima y con pobres cosechas.

Pese a estos matices, el Presidente volvió a hacer un elogio público y desmesurado sobre el valor y la astucia política de su hermana. El autobombo avanza. ¿Será además un mensaje para acallar la interna electoral con el asesorísimo Caputo?

La lógica libertaria marca hasta ahora que elige apoyarse en el PRO en lo nacional pero lo combate a nivel distrital (con excepción de la provincia de Buenos Aires). Exactamente lo opuesto a lo que hace con la UCR. Esa aparente contradicción arrastra y desnuda al macrismo, que le reza a los porteños para resistir.

Por este juego perverso, el peronismo es favorito para alzarse este domingo con la victoria en CABA. Todo ello al mismo tiempo que en provincias peronistas históricas se hunde en las urnas y la batalla interna entre CFK y Axel Kicillof en PBA los expone a una derrota legislativa de efectos imprevisibles.

Acaso estas alucinaciones de la dirigencia política oficialista y opositora agraven la incredulidad ciudadana, que se traduce en nuevos récords de baja participación electoral. ¿Tomarán nota o seguirán en la suya?

Por Javier Calvo- Perfil