El hecho se produjo en horas de la madrugada de este domingo y la víctima fue identificada como Alan Pereira, de 23 años, domiciliado en loteo Belén, de la ciudad de Reconquista, en el norte de Santa Fe
Alan Pereira, de 23 años, quiso entrar a robar en un departamento del barrio Lorenzón, en la ciudad de Reconquista, en el norte de esta provincia, casi en el límite con Chaco. Para hacerlo, rompió un vidrio de una mampara, sin medir las consecuencias. Se cortó en varias partes del cuerpo, especialmente en una pierna, y las heridas fueron tan graves y profundas que a los pocos minutos “murió desangrado”, según precisaron los investigadores.
El posterior informe médico señaló que Pereira sufrió un profundo corte en una de sus piernas tras romper el vidrio de una ventana. Luego de recibir las heridas, trató de alejarse del inmueble para pedir ayuda, pero se desvaneció en una cuneta cercana y allí falleció.
El hecho se produjo en horas de la madrugada de este domingo y se informó que el ladrón era de la misma ciudad; estaba domiciliado en el loteo Belén, de Reconquista.
“Habría intentado romper el vidrio de una ventana. Logró hacerlo, pero cuando intentó ingresar, un trozo de ese vidrio le perforó la pierna, lo que le produjo una severa hemorragia que a los pocos minutos lo descompensó”, dijo uno de los investigadores del caso.
Según estimaron los detectives a cargo de la pesquisa, el joven, ante la necesidad de ocultarse de la policía, logró llegar a una cuneta de un predio ubicado enfrente del edificio al que intentó asaltar, donde a los pocos minutos, por la pérdida de sangre, terminó muriendo por el consecuente shock hipovolémico.
Quien advirtió lo que había sucedido fue una vecina de la zona que, alertada por la gravedad del hecho, alrededor de las 5.20, no dudó en llamar al 911. A los pocos minutos llegaron los primeros patrulleros y el cuadro con el que se encontraron los uniformados fue impactante: el joven, que aparentaba ser mayor de edad, se encontraba sin vida, rodeado de un charco de sangre.
Las primeras pesquisas revelaron que el desafortunado ladrón había intentado ingresar al departamento por una ventana, rompiendo el vidrio de una patada. Sin embargo, la violencia de su propia acción le jugó una mala pasada, ya que una afilada arista del vidrio le provocó un profundo corte en la pierna del que comenzó a brotar sangre a borbotones.
Dada la gravedad de la herida, la pérdida de sangre –imparable-, comenzó a debilitar el cuerpo del joven que había intentado el robo. Los agentes que arribaron al lugar solo pudieron constatar su muerte. El cuerpo, exánime y ensangrentado, yacía a escasos centímetros de la cuneta, un macabro recordatorio del desenlace fatal.
Por José E. Bordón-LN